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No esperaban nada de lo que vieron al llegar al hospital

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No esperaban nada de lo que vieron al llegar al hospital. La habitación de su niño estaba custodiada por dos policías. Pensaron lo peor. ¿Qué buena señal podría ser que hubieran policías ahí? Todo pintaba para ser malo.

Intento entrar a la habitación, pero los policías se interpusieron en su camino.

— Es mi hijo... — informó con la voz entrecortada. Los hombres no respondieron. Harry se sentó en una de las sillas que estaban dispersadas en el lugar, acomodó sus codos en sus rodillas, tapó su cara con las manos y dejó que sus lágrimas salieran.

— Harry... Por favor, tranquilízate. Sé que esto es difícil, pero aún no sabemos lo que está pasando, no saquemos conclusiones apresuradas.

— Pero es mi hijo, Louis. — conectó su mirada con la de Louis. Era innegable los dos estaban sufriendo, sus ojos lo decían todo. — Es mi hijo... Y no puedo verlo... No sé como se encuentra. — Harry sintió los brazos de Louis rodear con delicadeza su cuello, por inercia él posó sus manos en la delgada cintura del ojiazul.

— Te quiero. — dijeron al unísono.

Esas palabras. Esas palabras eras las que necesitaban para aliviar un poco la angustia y sonreír en un momento como el que estaban pasando.

— Creo que ese es el doctor. — anunció Louis. Harry se levantó rápidamente y corrió hacia el doctor.

— Doctor... Mi nombre es Harry Styles y soy el padre del niño que se encuentra en esa habitación. — señaló hacia la puerta donde aún seguían los policías.

— Justo con usted quiero hablar. — Harry asintió, dispuesto a escuchar lo que el doctor diría.

— Antes que nada, el se encuentra bien. — los dos dejaron escapar el aire que habían tenido retenido — Él llegó aquí inconsciente por el fuerte golpe que recibió en su frente, la herida de su frente ya fue limpiada y cerrada.

— Pero no entiendo porqué que hay policías custodiando la puerta de Austin. — habló Louis, confundido por toda la situación.

— Bueno, cuando el niño llegó aquí, aparte de la herida en su frente pudimos observar algunos hematomas en su cuerpo, golpes que nos hacían pensar que éste niño sufre de violencia física… Ellos están aquí para saber más sobre el caso, pero nadie quiere hablar. Y, lamento decirle esto, pero el primer sospecho en su lista es usted. — Harry escuchó el fuerte sollozó de Louis.

Su mente no podía procesar correctamente las palabras del doctor. No podía ni por un segundo imaginar a Harry maltratado a su pequeño hijo, pero ahí estaban las pruebas. Un niño hospitalizado y las palabras del doctor.

— ¿No creerás que yo sería capaz de pegarle a mi hijo? — trató de acercarse a Louis, pero éste se alejó rápidamente.

— Puede pasar a verlo, pero será bajo supervisión, hasta que se aclaré el asunto será de esa manera. — el rizado asintió, y, posteriormente, entró a la habitación con Louis detrás de él.

Adentró de la habitación se encontraban sólo Austin, Payton y otro policía. Harry se acercó a Austin, no dijo nada, tocó con suavidad los moretones que tenía en sus bracitos.

— Amor, dime por favor quién te hizo esto. — Austin desvió la mirada — Cariño, por favor... Haremos que esa persona pague.

— Si el niño se niega a hablar, por ser usted el primer sospechoso, tendremos que llevarlo hasta la estación. — dijo el policía sin titubear y con voz autoritaria.

— ¡Pa-papá n-no e-es ma-malo! — gritó Austin, con lágrimas bajando por sus mejillas.

— ¿A qué te refieres? — preguntó el policía, mientras sacaba una libreta listo para apuntar todo lo que el niño dijera.

— Pa-papá es bu-buen pa-papá. E-Ella e-es ma-mala. — declaró Austin un poco más calmado.

— ¿Quién es mala, mi amor? — preguntó Harry, mientras acariciaba el cabello del niño. Austin nuevamente desvió la mirada.

— ¿Nos cuidarás? — preguntó Payton, haciendo acto de presencia en la conversación.

— Claro que sí, amores. Son lo más importante en mi vida, los cuidaré de cualquier cosa, sin importar que... Su mamá también los cuidara desde donde quiera que esté. — los tres se unieron en un lindo abrazó — Ahora sí, pequeños, tienen que contarle al policía todo lo que pasó, para que esto se aclare.

— Fue Claire. — declaró Payton, sin titubear — Claire por alguna razón estaba enojada. Austin cambió el programa que ella veía y puso sus caricaturas, eso la hizo enfurecer aún más. Austin tomó el  control de la televisión y se sentó a ver el programa, Claire lo tomó por el cabellos y lo tiró del sofá... — en medio del relato se podían escuchar los sollozos de Austin — Austin le dijo que no era su casa, que no tenía derecho sobre nada de la casa, y que papá nunca la iba a querer como nos quiere a nosotros. Claire apretó los brazos de Austin con fuerza y lo zarandeó fuertemente, Austin le dijo que no le tenía miedo, y eso hizo reventar la ira de Claire, lo tiró al suelo y comenzó a golpearlo, cuando se cansó lo tiro contra le mesa de la sala y Austin se golpeó la frente... — Payton inhaló profundo y continuó — Ella dijo que si decíamos algo nos mataría.

— ¿Eso es cierto? — preguntó el policía hacia Austin, él asintió. — ¿Y dónde está Claire?

— Ella sólo vino a dejarnos y se fue. — informó Payton.

— ¿Me puedes decir cómo es ella físicamente? — Payton asintió y comenzó a describir a Claire — Bien, con el testimonio que dieron es suficiente para meter a la cárcel a Claire. — el oficial caminó hasta donde estaba Harry — Disculpe las molestias ocasionadas. Le informaremos todo sobre el caso hasta tener bajo custodia a la señorita Claire. — Harry asintió y agradeció al oficial.

Habían pasado más de dos horas en el hospital, los niños estaban dormidos. Louis se acercó a Harry y le entregó un vaso con café.

— Harry, lo lamento.

— No entiendo, Louis. ¿Tú en verdad creíste que yo sería capaz de hacerle daño a lo más preciado en mi vida?— preguntó Harry, dolido por la desconfianza Louis.

— Yo en serio lamento no haberte creído. — Louis se acercó a Harry.

— Desconfiaste de mí. Aún no tenemos nada y ya estamos comenzando con el pie izquierdo.

— Lo siento…

— Si me das un beso, lo olvidaré... — dijo Harry y una linda sonrisa se marcó en el rostro de Louis.

— ¡Qui-Quiero u-un pe-perri-perrito! — se separaron al oír el grito de Austin.

— Y lo tendrás, cielo. Te lo mereces por ser un niño muy valiente. — dijo Louis, mientras sonreía al ver la cara de desaprobación de Harry. — ¿Verdad, señor Styles? — Louis sonrió, mientras batía sus pestañas.

— Sí. — afirmó Harry no muy convencido. Odiaba a los perros.

En ese momento Harry supo que con esa carita, Louis podría conseguir cualquier cosa que quisiera. Y es que Louis tenía en sus manos al ojiverde; también sabía que Louis de ninguna manera se aprovecharía de eso, bueno, no mucho. El ojiverde estaba realmente enamorado de ese lindo chico.

Simplemente... Louis |l.s| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora