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El imponente edificio se dejaba ver frente a él, con colores menos deprimentes y totalmente remodelado, aunque seguía teniendo su toque "vintage"

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El imponente edificio se dejaba ver frente a él, con colores menos deprimentes y totalmente remodelado, aunque seguía teniendo su toque "vintage". Verlo le traía demasiados recuerdos; buenos, malos, muy malos y extremadamente malos. Sólo recordarlos hacia que su cuerpo se sintiera débil.

Se sintió mareado al recordar las palabras, las burlas y abucheos. Todos esos recuerdos martilleaban en su cabeza, y le molestaba. Le molestaba porque no había  razón para sentirse de esa manera. Eso era cosa del pasado, y todo estaba bien en su futuro. Lo tenía a él, tenía una familia con él; no tenía porqué recordar todo lo malo, sólo tenía que dedicarse a pensar en todo lo bueno que la vida le había dado.

— ¿Te encuentras bien, amor? — preguntó Harry, al ver que el cuerpo de su esposo se balanceó hacia atrás. Harry tomó a Sienna de los brazos de Louis antes de que algo malo pasara. Con un brazo sostuvo a la bebé y el otro lo posicionó en la espalda del castaño.

— Sí... — confirmó con una sonrisa. Harry estaba más que seguro que era totalmente falsa — ¿Me puedes dar un beso? — le suplicó con lágrimas llenado sus ojos.

Harry sin rechistar presionó sus labios en los de su esposo. Con suavidad comenzó a moverlos y Louis copió su acción. Aquel beso lo hizo sentir seguro y le hizo saber que todo lo que pasaba en  su vida era real, que no era un cruel espejismo. Él, realmente, estaba viviendo todas esas cosas buenas con Harry.

Sus labios se separaron, pero sus miradas seguían clavadas en la del otro. Se amaban, no había duda de eso, y, ciertamente, Louis no tenía porqué dudar del amor de Harry.

La bebé, quien observaba aquella escena sin entender nada, soltó una risita infantil para recibir atención. Los dos adultos dirigieron su vista a la hermosa bebé. Sienna recién había cumplido sus nueve meses de edad. Y era la niña más energética y hermosa del mundo. Balbuceaba palabras que nadie entendía, pero que Louis creía que era su nombre.

— ¿Qué pasa, bebé? — preguntó Louis, acariciando las mejillas rosas y regordetas de Sienna; en el acto tuvo que pararse de puntillas para poder alcanzarlas ya que estaba en los brazos de su papá Hazz.

— Amo cuando haces eso. — le dijo el ojiverde, refiriéndose al esfuerzo que Louis hacia para alcanzarlo.

— Corrección, amas que sea enano para poder burlarte de mí cada vez que no alcanzo algo. — terminó con un puchero en sus labios.

— Corrección, amo que hagas eso porque tu hermoso trasero se ve jodidamente bien cuando lo haces. — le dijo Harry en el oído, y  las mejillas de Louis estaban por explotar.

— Cállate, imbécil. Sienna te está escuchando. — le reprochó y luego le golpeó el hombro. Harry simplemente rio al ver el rostro completamente rojo de su esposo.

— Te amo.

— Yo más, cariño. — respondió Louis, para luego depositar un beso en los labios de su esposo, volviendo a realizar la misma acción de poner el peso de su cuerpo sobre las puntas de sus pies, y ante eso, Harry sonrió durante el beso.

— ¡Ya llegamos!

Se separaron al escuchar el grito de Austin. Payton estaba detrás de él, con André en sus brazos. Desde que André supo que su hermana se iría de la casa para ir a estudiar no se había separado de ella, incluso los primeros días dormía con ella.

— Iré a ayudarla... — le dijo a Louis, entregándole a Sienna. Louis asintió, sabiendo que tenían que bajar cajas y maletas de los dos autos.

Harry intentó quitar a André de los brazos de Payton, pero el niño parecía estar aferrado al cuerpo de ella. Comenzó a llorar porque se negaba a separarse de ella. Harry no lo intentó más, era inútil.

[...]

El director de la Universidad los dirigía a la habitación designada a Payton y Avery. Las dos habían decidido estudiar en la misma universidad donde sus padres estudiaron.

Caminando por todos los pasillos. La cabeza de Louis y Harry se llenaba de recuerdos. Y Harry, realmente, se sentía avergonzado por todo lo que le hizo pasar a su lindo esposo.

— Te amo. — le dijo Louis, casi adivinando lo que su esposo estaba pensando. Y Harry, no pudo hacer nada más que sonreír.

— Ya estamos aquí. — anunció el director, al llegar a la habitación de las chicas — Está será su habitación a partir de ahora. Les daré un folleto con todas las reglas que deben cumplir.

Harry sonrió y dirigió su mirada a Louis, sabiendo que él también lo estaría viendo. Conocían bien esa habitación. Antiguamente fue del ojiazul. Louis nunca lo sabría, pero Harry todas las noches, como todo un buen acosador, llegaba a la ventana de la habitación para observar a Louis dormir.

— Antes, estas habitaciones pertenecían a los chicos, pero ahora ellos están al otro lado del campus. — explicó el director — Así que, no tienen porqué preocuparse por sus hijas.

Los padres de las dos chicas y Austin, estallaron en risas. Sabiendo que, la presencia de penes en el campus no era un problema.

Las dos chicas estaban sonrojadas. André y Sienna no entendían nada de lo que pasaba y mucho menos el director.

[...]

La despedida fue muy dura para todos. Louis y Harry pudieron disimular bien, pero los más pequeños no. Austin había bromeado sobre deshacerse de Pay, pero luego de unos minutos el llanto apareció. André no quería separarse de su hermana, fue muy difícil para ellos hacer que el pequeño soltara la pierna de la rubia. Sienna no entendía nada, pero el llanto de todos la había frustrado, entonces también lloró.

Después del gran berrinche de André, habían logrado salir de la universidad. Estaban en el estacionamiento. Harry acomodaba a Sienna en su asiento especial en el coche.

— ¿Estas bien? — le preguntó Harry a Austin quien tenía su mirada perdida en la ventana del auto.

— Sí... — susurró, tratando de que su voz no saliera entrecortada.

— Todo estará bien, pequeño. — le aseguró su papá Harry, acariciando su mejilla.

Louis estaba afuera del auto con André entre sus brazos quien en ningún momento había parado de llorar.

— Pa-papi, qui-quiero a m-mí her-hermana. — la camisa de Louis estaba mojada por las lágrimas y mocos de su bebé.

— Ella nos visitará cada fin de semana, cariño. —  Louis le limpió las lágrimas que estaban en sus mejillas. André negó en el hombro de su padre.

— Yo quiero quedarme aquí. — pidió entre lágrimas.

— No puedes hacer eso, amor. Ella necesita estudiar y será difícil para ella sí tiene que cuidarte. — le explicó al pequeño niño, pero él parecía no entender — Nos dejaras solos, a tu papi, a Austin y a mí, y te extrañaremos mucho. Además, Payton te pidió que cuidaras a Strong. Ella estaría muy triste sí no haces eso.

Y por la expresión en la cara de André, Louis supo que lo estaba convenciendo.

— ¿Vendrá a visitarnos? — Louis asintió con una sonrisa — ¿No se olvidará de mí?

— No, bebé. Ella no se olvidará de ninguno de nosotros; nos ama demasiado como para hacer eso. — le aseguró el ojiazul a André.

El niño asintió y poco a poco fue calmándose, hasta el punto de quedarse dormido entre los brazos de Louis. Harry al ver que Louis ya no podía con el peso, tomó a André entre sus brazos.

— ¡Harry Styles!

La sangre de Louis se heló al escuchar aquella voz tan irreconocible.

Simplemente... Louis |l.s| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora