Observaba a su bebé jugar con sus juguetes. Veía como André imitaba los sonidos de los animales de juguete. Extrañamente no le había dado ningún juguete para que jugara con él y eso, de alguna manera, lo ponía triste. Le preocupaba porque el niño llevaba una semana actuando raro, específicamente desde que fueron a la entrevista con la tal Vanessa y desde que confirmó lo que muchos ya sabían, estaba en espera y tenía cinco meses.
— ¿André? — el niño dirigió su vista hasta su papi — ¿No acariciaras la panza de papi? — André negó con su cabeza y continuó jugando.
Tocar la abultada pancita de Louis era el pasatiempo favorito de André, pero desde aquello el niño se había negado a hacerlo. Se había aislado de sus padres y de sus hermanos, y ninguno tenía idea del porqué. Y estaban más que seguros que no era por el hecho de que Louis estuviera embarazado, cuando se la habían dicho, hace tres meses, lo había tomado de la mejor manera.
— ¿Quieres que juegue contigo? — volvió a preguntar Louis, esperando alguna respuesta de su hijo.
— Soy un dinosido, y comedé a todos. — el dinosaurio comenzó a perseguir a todos los animales de la selva y a los de la granja también. Y de esa manera, Louis fue vilmente ignorado.
Louis dejó escapar un suspiro de tristeza, ya no sabía que más hacer, junto con Harry habían intentado de todo. Él niño se negaba a hablar a cerca de lo que le pasaba.
— ¿Quieres galletitas con chispas de chocolate, bebé? — a esas alturas, los ojos de Louis brillaban por las lágrimas que estaba intentando retener. André, nuevamente, negó con su cabeza.
Louis con un poco de dificultad por su embarazo se levantó del sofá y caminó hacía la cocina donde se dispuso a preparar algo sencillo para el almuerzo.
Mientras cocinaba, algunas lágrimas se deslizaban por sus mejillas. No sabía qué hacer, no tenía idea de qué era lo que había hecho mal, no sabía cómo podía ayudar a André, y eso lo hacía sentir como un mal padre.
[...]
Cuando tienes cuatro años es difícil darte cuenta de todo lo que pasa a tu alrededor. No eres capaz de entender la mayoría de cosas, hay alguien que tiene que guiarte para entender o hacer ciertas cosas, alguien que te da el ejemplo, y no siempre es de la mejor manera. A esa edad estas expuesto a todo tipo de personas, tanto buenas como malas, personas que se encargan de llenar tu cabeza con porquería, por comentarios malintencionados, hirientes y, posiblemente, traumáticos para un niño de cuatro años.
— Hola, amor.
Harry acababa de entrar a la casa junto a Payton y Austin, y lo primero que hizo fue saludar a su pequeño bebé. Se acercó a él para darle un beso, pero, como había estado pasando toda la semana, él niño se negó.
— ¿Bebé? ¿Qué sucede? — preguntó afligido por la actitud de André. — ¿Cuándo vas a decírmelo? — el niño continuó jugando como sí nadie existiera.
Rendido, Harry suspiró y caminó hacia la cocina donde sabía que su hermoso esposo estaba.
— Hola, enano. Hoy vendrá Jordy, ¿jugaras fútbol con nosotros? — preguntó Austin, el también estaba mal, no le gustaba ver a su hermanito de esa manera, le dolía la indiferencia de André. No hubo respuesta.
— Si no quieres jugar fútbol, puedes venir conmigo de compras, en unos minutos iré a recoger a Avery para ir a la plaza, ¿quieres acompañarme? — intentó Payton, y nuevamente André se negó a hablar con ellos.
Estaban demasiado preocupados y, a esas alturas, ya estaban pensando en opciones más drásticas, nada de golpes, obviamente; tal vez sesiones con un psicólogo, uno que no fuera Louis.
Después del almuerzo todo siguió igual, parecía que para André nadie existía, estaba en su propio mundos.
Estaban en la sala viendo un película, como todos los viernes lo hacían. André estaba en el suelo, acostado en su mantita, poniendo mucha atención a la película. Sus hermanos al igual que el estaban en el suelo, Harry y Louis estaban en el sofá muy abrazados. Harry acariciaba la pancita de Louis, le encantaba sentir la suave piel del ojiazul contra su mano, y en definitiva Louis amaba que su esposo hiciera eso, tanto que se estaba quedando dormido. Estaba entrando en un profundo sueño cuando sintió algo moverse.
— Lou, amor... El bebé, el bebé acaba de moverse. — exclamó Harry con mucha emoción. Todas las miradas cayeron sobre la escena, en especial la de cierto niño de ojos verdes.
— Si, si, se acaba de mover, el bebé acaba de patear. — Louis sonrió grandemente mientras ponía las manos sobre su abdomen.
Austin y Payton se acercaron a la panza de Louis, y comenzaron a decir palabras dulces hacia esa zona. Harry abrazaba a Louis con mucha fuerza.
— Gracias por darme este bebé. — dijo Harry al oído de Louis y la palabras no pasaron desapercibidas por André.
Tal vez ella si tenía razón. Él no es parte de la familia.
[...]
La hora de dormir había llegado. Su papá Harry se encargó de bañarlo y su papi Lou le puso su pijama. Los dos estuvieron un tiempo con el en la cama. Le decían lo mucho que lo querían, le leyeron un cuento y le daban pequeños besos en la frente.
— Te amamos. — dijeron al unísono antes de salir del cuarto. Louis lo arropó bien y salieron de la habitación.
Intentó por todos los medios dormir, pero no logró. Aquellas palabras se repetían en su cabeza. Tenía pesadillas con esa mujer.
— ¡Ellos dejaran de quererte! — le dijo la mujer con cinismo. — Se olvidaran de que existes y toda su atención estará concentrada en ese bebé. Tú no eres parte de esa familia, solo eres un intruso.
¿Porqué esa mujer había sido mala? ¿Ella había dicho la verdad? ¿Lo habían dejado de querer?
Ella había dicho muchas cosas feas, cosas que rondaban en su cabeza todo el día. Las palabras de esa mujer habían sido tan hirientes que lograron marcar al niño. Un niño no puede tomar ciertas actitudes solo porque si, hay un incentivo que lo lleve a actuar de ciertas maneras.
Se levantó de la cama, había olvidado su peluche favorito en la sala. Sin el, le era muy difícil dormir. Caminó descalzo por el pasillo, cuando pasó por el cuarto de sus padres, le fue imposible no poner atención a lo que decían.
— Me haces tan feliz, Louis. — vio como su papá Harry, repartía besos por el abdomen de Louis — Estoy tan feliz, no puedo esperar para verte, bebé. Ya quiero tenerte entre mis brazos.
Su papá ya no lo iba a abrazar a él.
— Y voy a darte mucho besitos. — volvió a dejar varios besos en la panza de Lou.
Su papá ya no lo iba a besar a él.
— Voy a amarte mucho, mucho.
Su papá dejaría de quererlo.
Y probablemente, ese era el mayor miedo que él tenía.
Caminó hacia la sala. Encontró el peluche en uno de los sofás. Si vista cayó sobre la puerta, y la idea de irse se hacía más tentadora. No quería estar ahí, el no pertenecía a ellos.
Abrió la puerta con mucho cuidado; al parecer la decisión estaba tomada. Unos dos pasos afuera y, de sorpresa, Strong comenzó a ladrar, asustando al niño. Él corrió rápidamente hasta la calle mientras Strong seguía ladrando, fuerte y sin parar. Probablemente, no llegaría muy lejos, pero quería intentarlo.
— ¿Qué haces, bebé?
Era su ángel.
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Simplemente... Louis |l.s|
FanfictionLouis comienza a trabajar como asistente personal de Siena Styles, la diseñadora de modas más importante de la industria. Nunca se imaginó que tras conseguir este trabajo se encontraría con el amor de su vida nuevamente. Su corazón se rompe al saber...