Austin y Payton corrían felices por el patio donde se encontraban los perritos; habían de distintitos tamaños, colores y razas. Todos eran hermosos, y no podían decidirse por uno, querían llevarlos todos a casa.
Louis y Harry hablaban con la dueña del lugar.
—... ¿Entonces todos han sido recogidos de las calles? — preguntó Louis, sus ojitos estaban cristalizados.
—Exactamente. La mayoría han llegado en estado deplorable, prácticamente apunto de morir, no les miento han llegado varios cuyas vidas no hemos podido salvar. — dijo la mujer con lástima. Ese fue el momento en el que Louis se echó a llorar, se escondió en el pecho de Harry para calmar sus sollozos.
En algunas ocasiones Louis odiaba ser tan sensible porque a veces llegaba a ser demasiado vergonzoso. Se sentía ridículo en ese momento, pero no podía evitar llorar. Pero no se daba cuenta de la hermosa mirada de ternura que Harry le dedicaba, para el ojiverde ver a Louis conmovido por cosas tan sencillas, era tierno, Louis era tierno, todo en Louis era perfecto, aún si millones de toneladas de lágrimas y mocos estuvieran mojando su bella cara.
— Ustedes son muy lindos. — alagó la encargada del lugar.
Louis no pudo evitar sonrojarse, volviendo a refugiarse en el pecho del ojiverde para evitar que notaran su vergonzoso sonrojo.
— Gracias. — respondió Harry orgulloso.
Pasaron aproximadamente dos horas y los chicos no se decidían, aunque la lista de posibles mascotas se había hecho más corta. Louis y Harry esperaban a los niños en una mesa junto a la señora Ventura.
- ¡Pa-papá, Lou-Louis! - gritó alegremente Austin. - ¡Lo encon- encontramos!
Y efectivamente un pequeño cachorrito caminaba detrás de ellos, mientras movía su colita.
— ¡Es hermoso! — chilló Louis, observando al lindo cachorro de pelo dorado.
— El es Strong... — la mujer suspiró — La mamá murió hace unos meses, los encontramos juntos en un puente a las afueras de la ciudad, sus hermanitos no sobrevivieron, su madre tuvo complicaciones de salud por varios mases, hasta que ya no pudo más. El ha sido muy fuerte, y por eso el nombre. A la mayoría de perritos aquí se les asigna el nombre según sus historias. — la señora Ventura sonrió hacia los niños.
Los chicos desde que vieron a Strong sintieron una conexión especial con el, y quizá era porque tenían una historia más o menos similar.
— ¡Lo llevamos! — exclamaron todos felices por tener un nuevo miembro en la familia. La señora Ventura sonrió.
[...]
Era el momento, ya lo había decidido. No había razón para estar nervioso, pero lo estaba. Sus manos sudaban, su pierna derecha subía y bajaba. Hacía mucho tiempo que no tenía ese tipo tics, se sentía como el chico gordito de esa famosa serie de televisión. Tenía que tranquilizarse.
— ¿Qué tal? ¿Les gustó? — preguntó Louis, expectante por la respuesta. Esperaba tener una respuesta positiva, le costó mucho hacer esa lasaña.
— ¡Riquísima! — alagó Payton, mientras besaba sus dedos.
— S-si e-eso... — Austin copió el gesto de Payton, haciendo que el ojiazul sonriera.
— ¿Qué te pareció, Harry?
— Acepto... — dijo distraídamente, todos en la mesa rieron a carcajadas. — ¿Qué preguntaste?
— Olvídalo — respondió divertido.
Entre bromas continuó la cena, todas dirigidas a Harry, y es que, el ojiverde era un blanco fácil para los chistes y burlas de los chicos y Louis.
— Hice algo especial... El que adivine tendrá doble ración.
— ¡Pas-pastel de cho-choco-chocolate! — gritó Austin. Louis asintió.
— ¡Sin fresas! — gritó Payton, haciendo que todos rieran y ladraran felices.
— También Strong quiere. — dijo Payton, mientras acariciaba el pelaje del perro.
Estaban a punto de terminar el postre, cuando Harry se paró y caminó hacia las escaleras que llevaban a su cuarto.
Las tres personas que quedaron en la cocina estaban en total silencio. La actitud de Harry había sido rara durante toda la cena, pero definitivamente lo último fue muy, muy raro.
Los tres habían terminado el postre, y para ese momento Harry aún no había salido de su habitación.
Louis comenzaba a preocuparse por la actitud que el ojiverde había tenido durante toda la cena. Y, como siempre, Louis comenzó a imaginar lo peor.
Para distraerse, fue con los niños a la sala para poder ver una película. Después de una pequeña pelea de hermanos, decidieron ver “Zootopia”.
Los tres estaban viendo la película, cuando oyeron pasos que venían desde las escaleras. Ninguno prestó atención, a excepción de Austin.
— ¿Pa-papá? — preguntó sorprendido.
Todos llevaron Louis y Payton dirigieron su vista a la escalera. Louis por inercia tapó su boca, sorprendido por la, escena frente a él.
Harry caminó hasta donde Louis se encontraba, trataba de ser cuidadoso para no arruinar el arreglo de rosas que compró especialmente para su Louis.
— ¿Lou? — Louis asintió con la cabeza, mientras las lágrimas comenzaban a deslizarse por sus mejillas, sólo esperaba no estar en lo equivocado — Louis se que desde que nos conocemos no he causado la mejor impresión en ti, no he sido nada cortés contigo. ¿Sabes?, dentro de todo eso se escondía mi miedo, mi inseguridad, tenía miedo de que me rechazaras, tenía miedo del qué dirán, pero eso es cosa del pasado porque no quiero seguir ocultando lo que siento por ti, porque no me importa lo que digan siempre y cuando lo que haga me haga feliz, y tú, Louis, tu me haces feliz y quiero estar feliz junto a ti por el resto de mi vida... ¿Quieres ser mi novio? — Louis limpiaba sus lágrimas con sus manos.
No podía creerlo. Espero tanto tiempo para escuchar esas palabras saliendo de la boca de Harry, que poco a poco sus esperanzas se iban terminando, pero ahí es donde llegan esas cursis palabras de cuentos de hadas "Todos los sueños se hacen realidad" y es que Harry era eso, él era, fue y seguirá siendo su sueño. Si era sincero, su sueño no incluía hijos, pero ahora Payton y Austin formaban parte de el, y estaba más que feliz por eso.
Los tres Styles estaban a la expectativa, esperaban que la palabra mágica saliera de la boca del ojiazul.
— Acepto. — y por fin llegó la respuesta. Los niños chillaron felices.
Harry dejó las rosas en el sofá, se acercó a Louis. Los dos unieron sus mirados. Sonrieron, una sonrisa sincera, cargada de amor y dulzura. El ojiverde limpió las lágrimas que yacían en las mejillas de su novio.
— Te quiero. — dijo Harry, no esperó una respuesta del ojiazul, no la necesitaba, el sabía de los sentimientos de Louis hacia.
Acercó sus labios a los delgados y rosado de su novio, y lo besó, lo besó como si el mundo acabara en ese momento. Tocar los labios de Louis, era sentirse protegido, era sentir que no necesitaba nada más, solo esos delgados, rosados y suaves labios.
Al separarse los dos sonrieron. Los niños estaban más que felices, estaban felices por su padre y por Louis.
— Te quiero... novio. — dijo tímidamente el ojiazul. Y Harry volvió a unir sus labios con los del ojiazul.
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Simplemente... Louis |l.s|
FanfictionLouis comienza a trabajar como asistente personal de Siena Styles, la diseñadora de modas más importante de la industria. Nunca se imaginó que tras conseguir este trabajo se encontraría con el amor de su vida nuevamente. Su corazón se rompe al saber...