Louis comienza a trabajar como asistente personal de Siena Styles, la diseñadora de modas más importante de la industria. Nunca se imaginó que tras conseguir este trabajo se encontraría con el amor de su vida nuevamente. Su corazón se rompe al saber...
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Los ataques por las redes sociales, televisión y revistas, las malas miradas en la oficina y en la calle, el acoso de los paparazis eran el pan de cada día para Louis. Él lloraba todas las noches mientras le pedía perdón a Sienna. No quería salir de su departamento. Llevaba varías semanas sin visitar a los Styles, y es que, en ese momento, pensaba que lo mejor era mantener la distancia con ellos. Ellos no tenían por qué estar siendo acosados por los medios de comunicación. Aunque no servía de nada, puesto que cuando Harry salía a trabajar, a comprar o a hacer otra actividad con los chicos las cámaras estaban ahí.
Su teléfono sonó anunciando una llamada. Era Harry. Lo había estado ignorando, pero no podía hacerlo más. Necesitaba que le dijera que todo estaría bien.
- ¡Ya no lo soporto, Harry! - gritó entre sollozos lastimeros. Él corazón de Harry se rompió al oír a Louis tan destrozado.
- Te amo... y te prometo, que saldremos de esto juntos. No quiero que te alejes de nosotros. - pidió o más bien, rogó. - Somos una familia, ¿cierto? Por eso ahora más que nunca debemos estar unidos.
- Yo... Harry, lamento haberme portado tan cobardemente. Los am... - sus palabras quedaron atoradas en su garganta al sentir un terrible dolor en su abdomen - ¡Duele! - gritó con fuerza.
- ¡Me duele! ¡Harry! - su respiración se tornó agitada, apretaba su abdomen con fuerza. Miró hacia abajo al sentir algo mojado recorrer sus pierna. Su pantalón de dormir estaba empapado de sangre - ¡Harry, hay sangre!
- Louis, llamaré a la ambulancia.
- No, Harry, no puedo aguantar más. Ellos tardarán en venir. - respiraba con dificultad.
- No, Louis. Espéralos. No puedes manejar en el estado en el que estás. - regañó Harry, pero su voz sonaba con preocupación.
- Está bien. - aceptó, finalmente. Tendría que esperar, pero ya no podía aguantar más. Estaba preocupado.
[...]
Treinta minutos después Harry llegó al departamento de Louis para verificar que ya lo hubieran llevado al hospital. Grande fue la sorpresa cuando vio que la ambulancia apenas estaba estacionándose.
- ¡¿Acaban de llegar?! - preguntó alterado. Su enojo se notaba en las venas que sobresalían en sus brazos y cuello.
- Lo siento, señor, pero este día ha estado lleno de mucho trabajo. - respondió él paramédico.
Harry junto a los paramédicos subieron al piso de Louis. Harry abrió la puerta. Su pulsó se acelero al notar que no había nadie en el lugar.
- ¡¿Louis?! - lo llamó preocupado. No obtuvo respuesta.
- Señor, sí no hay nada más que hacer aquí tenemos que ir a atender otra emergencia. - los paramédicos se fueron.
Salió del departamento y se dispuso a buscar a Louis. Fue al hospital dónde supuso abría ido, pidió información, pero él no estaba registrado. Siguió buscando por todos los lugares, pero fue inútil.
- ¿Dónde estás, amor? - preguntó a la nada. Golpeó el volante. Estaba muy frustrado.
Louis le había pedido tiempo, pero él nunca debió haberlo dejado sólo.
Volvió a la casa hizo varías llamadas, pero nadie tenía idea del paradero de Louis. Recibió una llamada de un número desconocido.
- ¿Usted es familiar de Louis William Tomlinson? - preguntó una voz femenina e instantáneamente sintió un mudo en su estómago.
- ¡¿Quién es usted?! ¡¿Qué pasó con Louis?! - su voz se oía quebrada. Él se estaba quebrando por dentro, y es que, él sabía que esa llamada no pintaba nada bueno.
- Su contacto estaba entre las llamadas recientes que el señor Tomlinson había he... - las palabras de la mujer se vieron interrumpidas por los gritos de Harry.
- ¡¿Qué pasó?! ¡Maldita sea! ¡¿Qué pasó?! ¡¿Qué pasó con mi Lou?! - gritaba haciendo que su garganta doliera. Sus lágrimas salían sin control de sus hijos.
- El señor Tomlinson está gravemente herido, sufrió un accidente automovilístico... Lamento decirle...
- ¡No! ¡Por favor! - no quería seguir escuchando. Se negaba a pensar que podría llegar a perder a su Lou.
Llamó a su mamá y le pidió que cuidara a los chicos. Anne con mucho gusto aceptó.
[...]
Llegó al hospital corriendo, tanto era la desesperación que hasta olvido cerrar la puerta del auto, pero un buen samaritano le ayudó a cerrarla, algo que Harry no vio.
Pidió información a sobre Louis a la misma enfermera de antes. Sinceramente, esperaba que ella le diera una buena respuesta para luego llevarse a su novio a casa, y besarlo y abrazarlo hasta gastárselo.
- Habitación 21. Llegó hace aproximadamente unas tres horas en un estado muy delicado, pero luego se lo explicará mejor el doctor. - Harry asintió con la cabeza y caminó hasta el ascensor.
Harry esperaba tenerlo por muchos años junto a él. Quería que su familia creciera. Lo quería todo con Louis. Para una persona como Harry que había perdido a la mujer que amaba, era difícil quitar el miedo de que en cualquier momento podía perder a Louis también, justo cuando acaba de reencontrarlo. Y en ese momento su más grande miedo se estaba haciendo realidad. Su Lou estaba entre la vida y la muerte.
