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— No hagas esto, cariño

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— No hagas esto, cariño. Ve a casa. Hay gente mala acá afuera.

— Ella dice que ellos son malos.

— ¿Y tú crees eso?

André sabía que no era así, pero sólo era un niño de cuatro años, al cual le habían "
lavado el cerebro.

[...]

Strong ladraba fuertemente para alertar a sus dueños sobre lo que pasaba. En diez minutos la familia Stylinson había llegado al lugar donde el canino ladraba desesperado. La familia estaba visiblemente preocupadas por las acciones del perro. Strong caminaba de un lado a otro, rasguñaba la puerta del patio que daba a la calle.

— ¿Qué pasa, Strong? — preguntó Harry, agachándose a la altura del perro. El camino estaba visiblemente inquieto y preocupado.

Louis supo en ese momento que algo no andaba bien. Strong era tranquilo la mayoría del tiempo.

¡André!

El castaño corrió rápidamente el dirección al cuarto del menor. Sólo esperaba que al llegar su bebé estuviera tranquilamente dormido en su cama.

Entró a la habitación, y la cama estaba vacía. Su pecho comenzó a doler y lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas.

— ¡André! — gritaba mientras buscaba en cada rincón de la casa.

Harry entró a la habitación y copió la acción de ojiazul.

— ¡No está! ¡Mi niño no está! — Louis buscó un poco de consuelo en Harry. Se refugió en su pecho mientras continuaba sollozando. El ojiverde se limitó a acariciar su espalda, algunas de sus lágrimas caían sobre el cabello castaño de su esposo.

[...]

Ellos habían salido a buscarlo. Payton y Austin se quedaron en casa haciendo algunas llamadas.

Llevaban varias horas buscando a André, pero la búsqueda era inútil. Decidieron que irían a la estación de policías. No habían pasado las 48 horas, pero estaban hablando de un niño de cuatro años, no podían perder el tiempo.

Enteraron al lugar. Todos los que trabajaban en ese lugar corrían de un lado a otro, con papeles, otros hacían llamadas. Era todo un caos.

— ¡No lo entiendo! ¡Han pasado dos semanas! ¡¿Cómo es que se dieron cuenta hasta ahora?! ¡Han pasado dos malditas semanas!

— Lo sien...

— ¡Quiero a todas las unidades posibles buscando a esa mujer!  ¡Pero ya! — el policía rápidamente se retiró del lugar, visiblemente asustado por la actitud de su jefe.

El mismo que había gritado se estaba acercando a ellos con cierta sorpresa en sus facciones. El agente Warren, el fue uno de los encargados del caso de Austin, cuando Claire lo golpeó.

[...]

Louis era un manojo de nervios, lágrimas, sollozos y mocos. Todo se había salido de control. Pensaban que sólo buscaban a André, pero la búsqueda se había tornado más difícil y peligroso. No sólo buscaban a un niño de cuatro años, también buscaban a una prófuga de la justicia.

Todo estaba relacionado. Claire Lee, había jurado vengarse de la familia Styles. Habían pasado tantos años que, no creyeron que volverían a ver o a saber de ella. Era imposible que aquello les estuviera pasando. Aún no era algo seguro, pero todo apuntaba a que los casos estaban relacionados.

El auto de los esposos seguía de cerca a la patrulla del agente Warren.

La patrulla frenó, y Harry, quien iba manejando, copió la acción. El agente se bajó, y les indicó que hicieran lo mismo. Los dos, sin titubeos, siguieron las indicaciones.

— ¡Eso es de mi bebé! ¡Es su peluche! — gritó Louis, al ver el feo oso marrón que muchas veces le había dicho a André que tirara a la basura. Estaba ahí en medio de la nada, más sucio y roto de lo normal. — ¡André! — tomó el peluche entre sus brazos. Harry se acercó a él y lo abrazó fuertemente.

Los gritos y sollozos de su esposo estaban desgarrando el corazón de Harry. No sabía cuánto tiempo más podría fingir ser fuerte. Se trataba de su hijo perdido y en manos de una loca, se trataba de su esposo embarazado sufriendo por ello. No podía soportarlo más. Sentía como ese nudo en su garganta se hacía cada vez más grande.

— Amor, todo estará bien. Lo encontraremos. Seamos fuertes por él. — le dijo a su esposo mientras lo abrazaba más contra su cuerpo. Louis no dijo nada, se dedicó a acariciar el pelaje marrón del peluche.

El teléfono de Harry sonó. Lo sacó rápidamente de su bolsillo. Era Payton.

— ¿Qué sucede, cariño?

—Papá... E-es André, a-acaban de llamar. — los sollozos de Austin se escuchaban fuertes y claros, Payton trataba de tranquilizarse, su voz se escuchaba entrecortada. — E-era Claire, e-ella tiene a mi hermanito. Quiere hablar contigo. Dijo que volvería a llamar.

— Déjame hablar con el agente para ver que podemos hacer. — sin colgar, le contó al agente sobre la situación.

— Tenemos que ir, tal vez podamos rastrear la llamada.

— Vamos para allá. — le comunicó a Payton y colgó.

[...]

Habían llegado a su casa en tiempo récord. Todos estaban en la sala esperando la dichosa llamada. Nadie decía absolutamente nada. Lo único que se escuchaba eran los sollozos de Louis, quien poco a poco se quedó dormido. Era lo mejor para él y para el bebé. No podía saturar con tantas emociones y cansancio al bebé.

El teléfono sonó. El agente Warren les pidió a todos guardar silencio, puso a sus policías a trabajar para poder registrar la llamada.

— Contesta, Harry. — le indicó al rizado, quien con manos temblorosas tomó el teléfono, y lo puso en altavoz.

— ¿Claire? — preguntó, su voz se escuchaba entrecortada y el agente le indicó que tenía que tranquilizarse.

— Si, amor. Soy yo. — Harry pudo sus ojos en blanco. Odiaba su voz.

— ¿Dónde tienes a mi hijo? ¿Porqué lo hiciste? — preguntó alzando la voz.

— ¿Porqué? Por que juré vengarme de ustedes, por que ustedes destruyeron mi vida. Haré los mismo con ustedes, les voy a arruinar su maldita vida, voy a arruinar la existencia de éste maldito niño.

— Claire, por favor. No hagas nada en contra de él. Él no tiene la culpa de los asuntos que sucedieron en el pasado, él es sólo un bebé. — suplicó con lágrimas empapando su rostro.

El agente Warren levantó el pulgar. ¡La tenían!

— Te amo, Harry. Sé que no dejarás a ese estúpido por mí, y por eso, he decidido que quiero que vivas toda tu vida con él, pero les juro que no serán felices. Su vida será un maldito infierno. — dijo por último, y esas palabras erizaron el cuerpo de los que estaban ahí. ¿Qué tanto rencor guardaba Claire en su corazón?

Un disparo se escuchó antes de que la llamada se cortara.

— ¡No! ¡No, por favor! ¡Él no! ¡Mi bebé, no! — gritaba él rizado. Los gritos desgarraban su garganta.

Deseaba que todo eso sólo fuera una maldita pesadilla. Quería despertar, quería escuchar sus risas de infante mientras corre tras él por toda la casa. No quería volver a pasar por lo mismo. Ya había perdido a Sienna, al bebé que Louis estaba esperando hace varios años, no podría con algo más. No quería que eso se volviera "una costumbre" en su vida.

[...]

Llegaron al lugar donde, según los policías, la llamada se había realizado. Los policías decían que todo estaba en orden, Claire había actuado sola por lo que la misión se hacía más fácil.

Nadie pudo convencer a Louis de que se quedara en la casa. Payton y Austin habían quedado a cargo de Niall, Zayn y Liam. Quienes al enterarse de la situación rápidamente llegaron a la casa de los Stylinson.

Los policías rodearon el lugar. El agente Warren les dijo que no bajaran del auto hasta que ellos lo indicaran.
Habían encontrado el lugar exacto donde ella estaba. Era una choza, hecha de bambú y paja.

— ¡Ah! ¡Mi blacito! ¡Me duele!

Simplemente... Louis |l.s| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora