Hay momentos en la vida donde todo parece ir bien, donde crees que la tormenta pasó y estas por arrancar con todo de nuevo a la sima, pero desafortunadamente no es así.
La vida siempre te dará un giro cuando menos lo esperes, te hará añicos solo para verte luchar una y otra y otra vez. Te va a golpear, algunas veces no lo sentirás pero habrá otras donde te lanzará hasta el otro extremo de la habitación.
Tú cuerpo está lleno de cicatrices, de las cuales la mayoría no son visibles porque son cicatrices que te marcaron el alma y los huesos.
Será la pérdida de un familiar o alguien cercano, tal vez con una enfermedad que te condene de por vida o que atente contra esta; quizá, simplemente una noticia que no esperabas, con la partida de un amor, de un amigo.
Te pondrás mal, te llenará de estrés, de ansiedad, entrarás en pánico... Y es en estas situaciones, donde abres los ojos, donde te das cuenta quien está y quien no. Te darás cuenta que ese amigo que tanto quisiste se va a alejar, o te darás cuenta de que la persona que esperabas que se fuera, sea tu pilar más fuerte.
Hay momentos en tu vida, donde tienes que mantener tu postura ante todo, saber que no puedes tirarte a un posó sin antes haber luchado por superar.
Hay momentos, donde no habrá fuerzas, pero no te rindas, no lo hagas, rescata, cambia, corre o arrastrate, pero sigue avanzando que el mayor rival de la vida y sus problemas, eres tú mismo.
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Soy Sólo Ocasional.
RandomCartas, poesías o simples escritos con trozos de un alma rota con ganas de vivir entre escombros de amores temporales, a esas personas que ya no están o se fueron sin un adiós.