Extraño cuando mis únicas preocupaciones eran llegar cuarenta minutos antes del toque de entrada al colegio, cuando sabía que por ese error en literatura no podría exentar.
Extraño a esa niña que prefería no dormir por tres días, beber más de seis tazas de café por día sólo para ver esa nota alta en una oficina.
Mis motivos son tan espontáneos, así mismo cuando llegan se van despidiendo al aparecer el sol y el gritar de los gallos, motivos vanos, sin seña de vida más que ser una cura placeba.
Mi mundo se cierra, a ver solo esa falta de autosuficiencia en mis ojos al ver ese espejo sucio. Con las vertebras al descubierto, a la dura mirada de un monstruo de llagas que amenaza con volver a alojarse en mis pequeños muslos y quizá en esa articulación que tanto anhela.
Fantasmas agobiantes que se roban mis ganas, mis sueños de seguir volando más allá de donde todos esperan que lo haga, para quedarme posando esa rama de cedro, viendo como se me pasa el tiempo y se caen mis plumas, para ver como vuelvo a ser parte de la rutina.
Mi único comodin para no regresar al núcleo, para no volver a ser parte de algo que también se muere; esa carta que me daba inmunidad contra todo, sé quema, se combierte tan rápido en cenizas que no sé como pararlo.
Mi fortaleza se ha vuelto mi debilidad, se ha vuelto eso que no quiero en mi vida un instante más. Algo que me compuso una melodia de magnitud impresionante, y al final, sin contar con ello, era una canción de muerte por la persona más bella y sin embargo con las manos tan podridas, con la mente tan vaga a sólo existir sin moverse.
Se me van los suspiros, los mismos que mamá juro guardar pero que ahora sus manos están muriendo más rápidos que mi alma, reposando en mi cabeza secando mis lágrimas.
Se me va todo, así de literal y de figurado, pero sin duda a que no le voy a temer a la catástrofe el día que me venga a buscar siempre que sus brazos cansados estén rodeando mi pequeña composición.
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Soy Sólo Ocasional.
RastgeleCartas, poesías o simples escritos con trozos de un alma rota con ganas de vivir entre escombros de amores temporales, a esas personas que ya no están o se fueron sin un adiós.