CAPÍTULO LÁGRIMAS II

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La esfera que creó Farid cada se debilitaba y se volvía inestable para él, quien no encontraba la manera de detenerla.

—No podré soportar más —. Pensó Farid quien se debilitaba.

La lluvia no cedía.

Izan corrió hasta Farid.

¿Hermano, cómo puedo ayudar? —. Preguntó Izan mirando la esfera que Farid creó.

Farid se arrodilló con los brazos extendidos hacía la esfera.

—Coloca tus manos sobre mis hombros... —

—Necesito energía para retenerla —. Dijo Farid.

Ha cientos de metros, Dario caminaba hacía un brillo rojo que sobresalía de las llanuras.

Desdé las lejanías, Iker se encontraba furioso.

—¡¿Por qué diste la retirada?! —. Preguntó Iker.

—Es más poderoso que yo, no hubiera ganado —

—Pero tampoco vivirá, ni nosotros si nos que damos aquí —. Respondió Wyatt, colocando el cuerpo de Hided dentro de una carroza.

—Maldito seas —

—¡Vámonos de aquí! —. Grito Iker.

De regreso donde Farid.

—¿cuál es tu plan? —. Preguntó Izan.

—Lograr que la esfera resista lo suficiente para escapar de la explosión —.  Contestó Farid.

—Imposible —. Dijo un comandante que acababa de llegar.

—¿Qué quiere decir? —. Preguntó Izan.

—la esfera que creó aquél hombre es el ataque más poderoso de los Entferne Seelen... —

—Hace más de trecientos años eliminaron tres imperios con ese ataque —. Contestó él comandante.

Cientos de soldados llegaron al lugar.

—Seguro la explosión llegaría hasta el imperio Heroriano —. Comentó otro comandante.

—¡Mierda! —

—¿Que haré? —. Pensaba Farid mirando su esfera.

Izan se acercó a Farid.

—Tranquilo hermano —

—Encontraremos otra oposición —. Argumento Izan. Sabía que la detonación de la bomba los mataría.

—Creen que... —

—¿Podrían teletransportarla a otro lugar? —. Preguntó Farid.

Los comandantes se miraban entre si.
Varios segundos después.

—¡Es verdad! —

—En la antigüedad se utilizó, pero necesitaríamos cinco mil hombres para que den su poder y crear un teletransporte lo suficientemente grande para llevar esa cosa —. Comentó él comandante.

Izan estaba a punto de caer en llanto.

—¡No tenemos tal cantidad, hemos sufrido más de veinte mil bajas en sólo tres horas! —

—¡Los heridos no pueden ayudarnos, si lo hacen morirán, y los demás soldados están a cientos de kilómetros de distancia! —

—Tardaran horas en llegar! —. Dijo izan desesperado.

—Cálmate joven Izan, yo valgo esos cinco mil hombres —. Dijo Dario, caminando hacía la esfera de Farid.

Farid suspiro.

EL DESTINO DE FARIDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora