EL DESTINO DE FARID

CAPÍTULO LÁGRIMAS

El día estaba totalmente nublado.
Solo habían pasado tres horas desdé el ataque enemigo. Farid se encontraba aún entré los escombros.

—Mamá, papá... Ainara perdón por no estar con ustedes... —

—¡Lo siento! —. Grito Farid, postrado aún en el suelo, dejando caer lágrimas de su rostro.

Mientras a unos kilómetros de distancia.
Izan se dirigía con un batallón de soldados para ayudar. Seguían las bengalas en el cielo, justo cuando subieron una llanura.
Izan avisto a tres personas en pié y cientos de cuerpos de soldados a sus pies.

—¡Esperen! —. Izan levantó su mano en señal de alto.

—¿Que sucede comandante? —. Preguntó un centurión.

—No me gusta nada de esto...—

—Ustedes peleen contra la mujer y él rubio, yo pelearé contra aquél tipo —.
Contestó Izan mirando fijamente al castaño.

Lamentablemente todos los soldados se dirigieron hacía la mujer y él rubio.
Mientras Izan camino hacía él castaño.

—¡¿Otra vez?! —. Preguntó Hided de forma burlona.

—Así parecé... —. Respondió Ila sacando sus espadas.

A unos metros de distancia.

—¿No piensas empuñar tu espada? —. Preguntó Izan apuntado su katana contra el castaño.

El viento sopló el cabello del castaño.

—No será necesario —. Contestó él carmesí seriamente.

—Esta bien... Mi nombre es Izan de kanan —

—¿Cual es el tuyo? —. Argumento Izan.

—Soy Wyatt... —. Contestó.

—Wyatt es un honor, ahora que gané él mejor —. Dijo Izan.

Izan atacó al instante a Wyatt, pero esté solo esquivaba todos sus ataques sin utilizar su poder.
De un momento a otro la katana de Izan tomo un brillo azul al igual que unas manchas se formaban en su cuerpo y rostro.
Su katana golpeó a Wyatt y lo lanzó contra unos árboles.

—¡¿No se cansan de venir?! —

—¡¿ Ha cuantos más tendré qué eliminar?! —. Grito Wyatt sacando la energía de las palmas de sus manos.

A lo lejos, Farid se encontraba llorando por la pérdida de toda su familia y de lo que una vez fue la raza de los Macht ärdern.

—¡¡¿Por qué?!  ¡¿por qué?! —. Golpeó el suelo con todas sus fuerzas.

—¡No dejaré que causes más daño!
¡No dejaré que la toques! —. Grito Farid levantándose del suelo mientras sus heridas se curaban con un vapor blanco que salía de su cuerpo.

En la lucha del comandante Izan parecía tener serios problemas con Wyatt a pesar de no usar ninguna arma.

—¡Está acabando conmigo, si sigue así acabaré muerto! —. Pensó Izan, evadiendo los ataques de Wyatt.

En un pestañeo, Wyatt tomo a Izan del cuello y lo azotó contra el suelo, con tal fuerza que causó heridas graves en todo su cuerpo.

—Ya es hora de tu muerte —. Wyatt sacó su espada lentamente.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Wyatt.
Miró hacía todos lados, en un segundo fue golpeado con gran fuerza, mandándolo contra el bosque.

—¿Farid? —. Preguntó izan, moribundo por el ataque de Wyatt.

—Tranquilo hermano —. Farid se agacho para curarlo.