El día era nublado y tranquilo.
Los ancianos iban montados en su caballo al igual que Farid y los mellizos.
—¿Cuánto falta para llegar al imperio? —. Preguntó la anciana.
—Dos meses, cada día estamos más cerca —. Respondió Farid.
—Ha sido un viaje tranquilo, no hemos encontrado al enemigo por milagro —. Comentó él anciano.
Pasarían varios minutos, los viajeros se toparon con un pueblo.
—Parece que aquí no ha llegado el enemigo, acaso habrán soldados Herorianos patrullando la zona... —. Pensó Farid.
Los viajeros llegarían al centro del pueblo, justo donde se encontraba una fuente de agua dulce.
—Descanremos aquí esta noche, buscaré una posada donde podríamos quedarnos —. Comentó Farid.
Antes que Farid diera el primer paso un grupo de hombres al parecer cazadores pasaron delante de los viajeros.
—Ha sido un mal mes, no logramos cazar nada —
—Si no casamos algo grande este pueblo morirá de hambre —. Dijo un cazador preocupado.
Malek escucho atentamente y no dudo en gritar.
—¡Mi papá es un buen cazador! ¡Él puede cazar a un bisonte con una sola flecha! —. Gritó ancioso.
Los cazadores escucharon al niño y decidieron acercarse.
—¿Es verdad lo que dice su pequeño? —. Preguntó un cazador.
Farid se sintió incómodo.
—Si, pero no tengo tiempo solo queremos descansar esta noche —. Respondió Farid.
—Se puede quedar pero ayúdenos a cazar algo, además sus niños y los ancianos podrán comer —. Argumentó él cazador.
Farid miró a sus niños.
—Vale, lo haré —. Comentó Farid.
—¡Genial, le comento que el camino es de tres horas horas a caballo, pero tal vez regresemos antes si cazamos algo—. Dijo él cazador entusiasmado.
Farid se preparo, tomó sus espadas y un arco.
—¿Harold, podrías cuidar a los niños por mi?—. Preguntó Farid.
—¡Claro cuenta conmigo! —. Respondió él anciano.
—¡Papá caza algo muy pero muy grande! —. Gritaron ambos pequeños.
Farid los abrazo y se despidió por un momento para ir con el grupo de cazadores.
*Dos horas y media hora después *
Los mellizos jugaban alrededor de la fuente.
—No jueguen tan bruscamente o podrían lastimarse —. Dijo la anciana.
Harold estaba sentado en la orilla de la fuente.
Cerro los ojos, de repente escucho un ruido alperecer eran caballos.
—¡Por fin regresaron, me moría de hambre! —
Harold se puso de pie.
—¡Ese sonido no se trata de una docena de caballos, son cientos de...! —. Harold tomó su espada y corrió hacia los niños y su esposa.
Media hora después.
Farid y los cazadores por fin regresarían, consigo traían un enorme bisonte.
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EL DESTINO DE FARID
RomanceEn la búsqueda de cumplir su sueño Farid conoce a Zaida e Izan quienes se convertirán en grandes amigos. Los tres logran entrar al ejército, sin embargó Farid tiene problemas para controlar su poder a pesar que es uno de los mas fuertes su cuerpo e...