EL DESTINO DE FARID

El Olimpo

La princesa Atenea fijo su atención en él caballero de ojos grises.

— Mi princesa, necesito la última información del avance del ejercito enemigo —. Argumentó Hileine.

—Claro, acompañeme por favor —. Comentó él anciano.

Él anciano guió a Hileine y sus acompañes a una habitación.

Al parecer era una enorme biblioteca, el ancianos recogió varios pergaminos y los extendió en una mesa.

—Estos son comandante —. Dijo el anciano apartándose.

Hileine mantuvo su concentración en los mapas.

—Esto es sospechoso... ¿Por qué no los erradico por completo? —. Se preguntó Hileine.

—¿Dónde detectaron el avance del enemigo? —. Preguntó Hileine.

—Al sur oeste, ha unos quinientos kilómetros de aquí —. Respondió él anciano, cerca de unas ruinas de las primeras razas —.

—¿Ruinas? —. Preguntó Farid.

—Sí, donde se cuenta que surgió la raza de los

—No se toparon con el ejercito Raider —. Comentó Farid.

—¿Que estará buscando en sus orígenes? —

—Él no sabe nada de las primeras razas, pero teniendo en cuenta que el reino Wind tenía registros de mis raizes —

—¿Hay alguna probabilidad de que tenga un códice muy antiguo que lo llevo ahí? —. Pensaba Farid.

—Sir. —

—¿Sir? —

—¡Sir! —. Exclamó Hileine.

—Disculpen, no era él ejercito Raider —

—Debió tratarse de la guardia personal del  comandante Wyatt —

—Es la razón por la que no atacó por completo la nación —

— Diría que es una suposición, pero él es el último que queda de esa raza -—

—Tal vez me equivoque pero debió ser él —. Dijo Farid seriamente.

—He escuchado de él, mató al gran comandante Darío y al más poderoso de todo el imperio Heroriano —

—Él comandante Farid que no fue capaz de derrotarlo —

—Estando él en el imperio Raider, ni yo sería capaz de hacerle frente —. Comentó Hileine.

*Farid cerró con fuerza su puño*

—No puedo enfrentarme él ahora, mi tratamiento no ha terminado —. Pensaba Farid.

—El no se encuentra ahí, hace dos días marchó hacía el sur, desde entonces no sabemos dónde podrá estar —. Interrumpió él anciano.

*Farid suspiró *

—Entonces esperaremos unos días, ¿De cuántos soldados dispone anciano —. Preguntó Hileine.

—Veinte mil, es lo único —. Respondió él viejo.

—Mi ejército está compuesto de los 16 000 soldados élite, cada hombre y mujer valen por diez soldados —

—Pero teniendo en cuenta que los veinte mil que dispone son ancianos, jóvenes, filosofos, carpinteros o escultores, estamos en desventaja —

—Es una situación grave —. Argumentó Hileine.