Miedo

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Esa misma noche Alet observaria a Farid entre él público.
Notaría el odio que tenía hacía Izan.

Por último las velas se apagaron, sabía que era obra de él.

Sus ojos púrpura se iluminaron, vería a Farid cortar la frente de Izan con su espada.
Fue tal la velocidad de Farid que no logró ver en que lugar se escondía.

—¡¡Un intruso!! —. Gritó Sirius Green. Sacando su espada.

En cuestión de segundos Izan, Cora, Alet y otros 7 comandantes fueron rodeados por soldados de élite cubriendolos con círculo de escudos.

—Se nota que son la élite —. Dijo Farid desapareciendo del salón.

Todos los presentes estaban nerviosos... Creían que se trataba del mismo Wyatt.

Los mejores soldados salieron del castillo buscando al intruso.

Unas horas más tarde, Zaida fue acompañada por un centenar de soldados.

Zaida entró a su hogar, busco a Farid.

—¿Dónde podrá estar? —. Se preguntó ella.

Se asomó por la ventana, sabía que no la dejarían pasear sola por la calle.

Así que ideó un plan y escapó sin ser detectada.

Era cerca de las dos am.

Farid estaba sentado en la zotea de su antigua casa.

De momento a otro Zaida subió descalza, sujetando sus zapatillas, lo miró y se sentó a un lado de él.

— ¿Por qué lo hiciste? —. Preguntó Zaida.

— Yo hubiera aceptado que Cora estuviese comprometida con otra persona, pero con Izan... —

— Fue mi mejor amigo... —

—Pero ubieras visto su cara cuando me vio —

—Hahaha —. Respondió Farid burlándose.

Zaida lo miró.

—No es gracioso, Alet está paranoico —

—¿Sabés que podiste enfrentarte a la élite de la élite? —. Preguntó Zaida.

Farid suspiro.

— No me detectaron, ni siquiera Cora me sintió...

— Estoy enfadado, además ¿Por qué Cora se tiene que casar con un tonto que no es un Green? —. Preguntó Farid.

Zaida lo miró.

Ella suspiro.

—El  es un Green, siempre lo fue —

—Es lo que me dijo Sirius... Hace unas horas —. Respondió Zaida algo triste.

—Entonces el siempre fue... Un mentiroso —. Dijeron ambos al mismo tiempo.

Ambos rieron.

— ¿Oye no tienes frío? —. Preguntó Farid acercándose a Zaida.

—No —. Respondió Zaida.

—No mientas, pon tus pies sobre mis piernas —. Dijo Farid.

Zaida hizo caso omiso y lo hizo.

Farid frotó sus manos sobre los pies de ella, hasta llegar hasta las rodillas.

—Tus manos están muy cálidas —. Dijo ella algo sonrojada.

—Después de esto solo tengo algo en mente —

EL DESTINO DE FARIDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora