Aparcó el auto en el espacioso garaje de la casa, dándose cuenta de que pese a que llegó temprano, el auto de Hyungwon ya estaba allí.
Se quedó extrañado, aunque no mucho, porque desde que confirmaron que todo el proceso había salido perfectamente bien, Hyungwon aceptó que los síntomas eran por el embarazo.
Así que había tenido que soportar todos los mareos, vómitos, antojos y el bendito malhumor durante los últimos tres meses, eso sin contar los problemas diarios en el consultorio.
Sonrió al recordarlo, tomó un par de bolsas que contenían algunas cosas que a Hyungwon se le antojaban a medianoche y bajó del auto.
Ingresó a la casa dándose cuenta de que había un silencio ensordecedor que lo dejó muy intranquilo.
Era extraño.
Cuando Ruby y su madre se juntaban en casa, no dejaban en paz a Hyungwon hablándole sobre maternidad o simplemente hablando entre ellas sobre cómo se llamaría el bebé, qué ropa usaría o a quién se parecería más.
Totalmente una odisea diaria, que extrañamente no estaba ocurriendo.
Avanzó y se encontró con su padre en la cocina, quien únicamente le hizo una señal de que guardara silencio y aunque le pidió una explicación, él continuó bebiendo su jugo tranquilamente.
Simplemente ignorandolo.
Bufó un poco molesto pero decidió avanzar, dejó su maletin en un sitio y frunció el ceño cuando miró a las dos mujeres en la sala de estar frente al enorme sofá central, estaban de espalda como si estuvieran haciendo un proyecto secreto.
Decidió acercarse muy lentamente para espiar el motivo de su silencio, pero a medida que fue avanzando y dando pasos cortos para no hacer ruido en el pulcro suelo de madera, una pequeña sonrisa se fue dibujando en su rostro.
Era una imagen de lo más tierna.
Parecían dos madres cuidando a un bebé.
Hyungwon yacía dormido boca abajo en el sofá, parecía muy cómodo, mientras ambas mujeres le daban un pequeño masaje en la espalda y los brazos.
Entonces recordó lo mal que había dormido Hyungwon en las últimas dos noches y lo cansado que estaba.
Así que le dio mucho gusto verlo dormir tan plácidamente.
Finalmente llegó a la par de ambas mujeres, quienes al sentir su presencia lo miraron y le recordaron que debía guardar silencio.
Con una sonrisa, Wonho decidió unirse al masaje en conjunto y le acarició el cabello con suavidad para finalmente depositarle un suave beso en la mejilla a su esposo.
Se puso de pie, decidió que iba a ir a la habitación para ponerse cómodo y se iba a deshacer del incómodo traje de una buena vez.
Entonces se fijó que su mamá se levantó junto con él, dejando únicamente a Ruby consintiendo a su enorme bebé.
— ¿Llegó hace mucho? — susurró lo suficientemente fuerte para que su madre lo escuchara, entonces la señora asintió en camino a la escalera.
— Hace un par de horas, al parecer se sentía muy cansado después de la cita con el doctor, me dijo que aprovechó que no tenía más trabajo en el consultorio y quiso venir a descansar — ambos llegaron al segundo piso y Wonho asintió mientras abría la puerta de la habitación.
— ¿Sabes que tal les fue en la cita? — Wonho se sentó en la cama mientras se quitaba los zapatos mirando a su madre.
— Todo esta perfecto, ya tiene su segunda ecografía pero esa prefiero que te la muestre él... — Wonho asintió comprendiendo que a Hyungwon le haría mucha ilusión, así que se levantó de la cama para ir a buscar ropa cómoda al armario —¿Sabes lo que es gracioso?
