13.

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— ¡Hyungwon! — el fuerte grito provino desde la sala, pero no le importó y solo se acurrucó más contra el calientito cuerpo de Wonho.

— ¡Ya es hora de levantarse, par de perezosos calientes! — Hyungwon gruñó con molestia cambiando de posición en la cama sin soltar a Wonho, quien se encargó de mirar al reloj de su mesita de noche.

— Mierda... Tiene razón... — dio un suave beso en el hombro de Hyungwon, ya que él se encontraba dormido descansando parte de su cuerpo sobre su pecho.

De nuevo escucharon los gritos, pero esta vez fuera de la puerta de su habitación.

— ¡Si no se levantan voy a tirar esta puerta y no me importa que aún sigan en pelotas, es casi medio día y hay cosas que hacer!

Hyungwon gruñó con fuerza y se dio vuelta quedando boca arriba en la cama, Wonho lo vio divertido porque parecía estar muy molesto pero no tenía energías ni para abrir los ojos.

Lo vio llevarse las manos a la cara con mucha frustración.

— Wonho... — él se contuvo una carcajada y aclaró su garganta.

— ¿Si Hyungwonnie...?

— Recuerdame cuando fue que le dimos llave de nuestra casa a esta odiosa mujer. — Wonho se contuvo la risa nuevamente.

— Ruby no tiene llaves de nuestra casa cariño... Seguramente mis padres la dejaron entrar... Es que... Ya es casi mediodía — Hyungwon se destapó la cara con molestia y lo miró.

— ¡Esto es tu maldita culpa! — se levantó del tirón, se puso una bata, sus amadas pantuflas y se fue directamente al cuarto de baño mientras Wonho lo veía conteniendose una nueva carcajada.

Quizá Hyungwon si tenía razón, quizá era su culpa haberlo seducido al volver de la clínica sólo para vengar sus 4 días de celibato y hacerlo pagar con dos semanas de sexo.

Quizá si había sido muy duro con él.

Quizá si lo había dejado sin energía.

Quizá si lo dejó dormir muy poco.

Bueno, no iba a engañar a nadie, si era su culpa y se sentía un poco mal por ello, pero no se arrepentía.

Sonrió como un bobo y lo acompañó al cuarto de baño donde Hyungwon ya había empezado a darse una ducha fría para intentar despejarse.

Entonces para molestarlo, Wonho ingresó a la ducha con él aprovechando que estaba de espaldas.

Entonces le dejó un besito en el hombro derecho y Hyungwon se giró bruscamente como si lo hubiera golpeado.

— ¡Ni se te ocurra! — lo señaló fijamente con el índice, para luego empujarlo fuera de la ducha.

Wonho salió de allí riéndose.

Bueno, debía pagar las consecuencias, si quería una buena noche de sexo, sabía que tenía que soportar el malhumor mañanero de su prometido.

De su casi esposo.

Suspiró sonriente mientras esperaba a que él terminará de ducharse y lo vio embobado una vez más.

Dándose cuenta de que seguía jodidamente enamorado de ese malhumorado muchacho.


...



Ambas mujeres se encontraban en la mesa del comedor, charlando y poniendose de acuerdo de unos últimos detalles de la anhelada fiesta, mientras el anciano miraba algo interesante en la televisión.

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