Capítulo 14.

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Taemin estaba apoyado en la encimera viendo como Min Ho preparaba el desayuno, y resultaba tan fácil para ellos estar en un mismo lugar, aunque el rubio iba a admitir que prefería cuando ellos estaban solos que con otras personas a su alrededor, y no era que los amigos de Min Ho no le simpatizaran, porque de hecho, le parecían personas muy agradables, además de que parecían querer a su hijo, y en las últimas dos semanas desde que salió del hospital, lo habían llenado de regalos, o algunas veces, tanto Yoon Ah como Ki Bum se habían pasado por el apartamento para dejarle sus regalos, que en la mayoría de veces fue ropa, y si antes su bebé y apenas tenía ropa, ahora parecía que ni siquiera iba a poder vestir toda.

Min Ho había sido muy amable para cederle un cajón de su armario para la ropa de Han Bin, o el continuar compartiendo su ropa con él, y Taemin había estado temeroso del momento en el que el doctor lo iba a echar a la calle, pero éste seguía pareciendo cómo con su presencia, pero eso no significaba que lo estaría siempre, por lo que el rubio estaba esperando que su bebé cumpliera la edad suficiente para que fuera aceptado en alguna guardería y de esa manera él podría trabajar, así, cuando el médico le pidiera que se fuera, tendría los recursos necesarios para poder cuidar de su hijo.

—Anoche Han Bin durmió mejor —habló Min Ho mientras revolvía los huevos en la sartén.

—Sí —respondió acercándose a la refrigeradora y sacó un durazno.

Su hijo no había estado durmiendo muy bien en los primeros días, se despertaba a cada momento y Taemin tuvo miedo de que eso significara que tenía que volver al hospital, ya que su llanto no se debía sólo a que si tenía hambre o el pañal estaba sucio, sino que a veces lloraba sin razón aparente, pero había sido una suerte que Min Ho estuviera a su lado porque había sabido cómo tranquilizarlo.

—Parece que poco a poco va acostumbrándose más al apartamento. —Le dio una mordida al durazno.

Aunque su hijo seguía mirando curioso todo a su alrededor, incluso cuando estaba en la cuna y veía el móvil que fue regalo de Jong Hyun, el cual colgaba sobre ésta, sus bracitos solían estirarse, y los agitaría balbuceando, pero cuando veía a Taemin, los balbuceos se convertían en gritos de felicidad, que serían acompañados de sollozos si no era tomado en brazos, porque al parecer, a pesar de que era muy poco tiempo el que habían compartido desde que salió del hospital, su hijo era muy consentido.

Taemin se acercó hacia Min Ho y le extendió el durazno para que mordiera, una acción que no parecía tan extraña para ellos, no cuando algunas veces despertaban tarde como ese día, ya que el doctor había tenido turno la tarde anterior, y en esa noche debía cumplir con su turno nocturno, y era algo a lo que el rubio ya se había acostumbrado, a la rutina del médico, como sabía que al día siguiente lo vería de regreso alrededor de las ocho de la mañana, y lo único que éste querría hacer sería dormir por algunas horas.

—Gracias —murmuró antes de morder.

—Deberías de regresar a la cama después del desayuno, yo me encargo del almuerzo y de la cena.

El rubio volvió a su lugar de antes, terminando de comer su fruta, viendo como ahora Min Ho servía los huevos en platos junto a el café que solían beber en las mañanas, sintiendo a su estómago feliz cuando olió y vio el desayuno, porque a pesar el médico no cocinara muy seguido, su comida siempre era buena, además de que Taemin nunca iba a rechazar una taza de café.

—Dormiré en la tarde —llevó los platos a la barra de la cocina.

—Sólo decía para que no te duermas en tu turno.

Mariposa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora