Capítulo dieciocho: ¿Culpa?

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Yuuri llegó al colegio y fue directo al gimnasio a practicar pero al llegar estaba todo solitario.

-¿hola... profesor? – camino hasta el centro – que raro – noto una mancha en la colchoneta y vio sangre, recordó que golpeó a Viktor el día anterior. – Tsk para que se cruza.

Sintió ruidos venir del fondo como gemidos y quejidos, se puso nervioso pero de todas maneras se acercó, al asomar la cabeza vio como Viktor era brutalmente golpeado, mientras le gritaban cosas de todo tipo. No veía la cara del agresor pero noto como tomo el cabello de su compañero y se la azotaba contra la pared, le arrancaban sus audífonos y le gritaban cosas hirientes por su sordera. En eso la mirada bañada en lágrimas del chico se conectó con la suya y le pidió ayuda. Yuuri salió de su escondite para enfrentarlo.

- ¡Hey tú déjalo! Grito para acercarse y ayudarlo, pero sus pies se detuvieron, por más que lucho parecían pegados al piso – pero ¿Qué?

- ¿para qué quieres ayudarlo? – una voz le habló de atrás. Este se giró y vio a su yo menor, ese yo que quería olvidar.

- ¿Tu? ¿Qué haces aquí?

- ¿Porque no lo ayudas? – él lo ignoró

- ¡Eso quiero! Pero no puedo moverme

- Mentira no te mueves porque eres un cobarde – decía mirando como seguían golpeando a Viktor.

- No es verdad

- Claro que lo es, le haces daño pero a pesar de todo lo que hagas jamás olvidas

- ¡Cállate! Y ayúdalo.

- Piensas que debe vivir lo mismo que tú, como a ti nadie te ayudó, eres asqueroso Yuuri.

- ¡Cállate, ya basta ya basta!- se tapó los oídos... al no escuchar nada se levantó y vio a Viktor hecho un ovillo y su agresor era él.


Yuuri se levantó de golpe y respiraba agitado, cuando se calmó un poco reconoció que era un sueño, otro más, se levantó de golpe para correr al baño y vomitar todo, paso lo que resto de noche abrazado al inodoro.



Yuuri iba cabizbajo al colegio ni siquiera desayuno, se sentía enfermo. No saludó ni coqueteo con nadie solo quería desaparecer, al llegar a su mesa se dejó caer y escondió la cara en los brazos ignorando a Phichit que le preguntaba si algo le pasaba. A los minutos sintió muchos murmullos, levantó la cabeza; ojala no lo hubiese hecho. Viktor había llegado y venía con una gorra algo grande, al quitársela, se sintió enfermo otra vez ya que su nariz y su ojo derecho estaba de un morado negruzco por el golpe de ayer...Yuuri sentía como un calor lo atacaba y salió corriendo empujando al profesor en el proceso, solo llego a medio pasillo y volvió a vomitar en el basurero que estaba ahí y volvió a repetirlo cuando saco la cabeza del basurero y vio como sus compañeros lo miraban pero el solo noto unos ojos azules con piel morada.

Ahora estaba acostado en la enfermería, daba gracias al cielo por eso porque no soportaría cuatro horas al día con Viktor. Al final la enfermera se apiadó de su alma y lo mandó a casa.

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El Niño SilenciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora