Capítulo catorce: Hasetsu, Japón

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Después de doce horas en promedio de viaje llegaron a la ciudad de Hasetsu, tanto Viktor como Yuri y Makkachin iban con la cara pegada a la ventana de auto, viendo esa nueva y tradicional ciudad frente a ellos, a Viktor le faltaba poco para babear pasó casi toda su vida encerrado, lo único que quería era que le crecieran alas y volar viendo esa paisaje paradisiaco, iban por un puente y en la lejanía vieron sobre el cerro un castillo.

- ¡Minen, minen! – Viktor apuntaba al lugar.

- Castillo de Hasetsu, era la antigua casa de unos ninjas – agregó Yulia quien iba leyendo una guía turística

- Lo visitaremos – agregó Tanya- ¡Calma niños! – grito cuando ambos primos y el can comenzaron a moverse como monos en fiesta.

- También tengo entendido que es famosa por sus aguas termales, podríamos ir, ¿Qué dicen niños, una charla de hombres? – los miraba por el retrovisor Alexei.

- Mmmm ¿Por qué no? – dijo Yuri mirando por la ventana. Yulia comenzó a reír.

- ¿Estás seguro hijo? A esas aguas se entra desnudo- a Yuri le cambió la cara de inmediato.

- ¿Ha? ¡Qué asco!!!!!! ¡¡¡Me quieren traumar!! –grito a todo pulmón mientras los adultos se reían y Viktor se quitaba el audífono con una mueca, ¿cómo ese cuerpito podía tener tanta fuerza para gritar?

Después de que se calmara siguieron su viaje viendo todo y prometiendo que saldrían apenas pudieran además de que debían comprar los útiles para el colegio de ambos, gracias a los contactos pudieron poner en el mismo colegio a Yuri a pesar de ser muy encima la fecha. Ya casi llegaban al hogar de Yuri que estaba a dos casas de la de Viktor, cuando algo llamó la total atención de Viktor, el ICE CASTLE, supo de inmediato que era una pista de hielo, el pobre Yuri luchaba con todas sus fuerzas y lo llenaba de improperios mientras sostenía al idiota de su primo que estuvo a punto de tirarse de la SUV en movimiento.

Dejaron en el hogar a su tía y su primo y fueron a la suya, Viktor estaba con la boca abierta, esa casa era una belleza, no le faltaba lujos pero su estilo era tradicional, la entraba era un camino rodeado de muchos árboles, con un caminito de piedras, y el patio trasero tenía una laguna, el corrió con Makkachin y se detuvieron en el puentecito a ver las carpas doradas. Alexei y Tanya venían abrazados y sonriendo por ver esa hermosa sonrisa en su hijo después de tanto tiempo.

<<Te gusta tu hogar, hijo>> preguntó Tanya.

Viktor se levantó de un brinco <<Me encanta>> - ambos padres no podían estar más felices y agradecidos.

<<Eso no es todo hijo, te tenemos otra sorpresa>> ambos lo tomaron de la mano y al entrar su padre le entregó un paquete.

Viktor dejó de respirar cuando vio lo que había, un par de patines negros pero estos tenían las cuchillas doradas. Estaba asombrado.

<<Esto es para recordarte que sabemos que llegarás lejos si así te lo propones hijo, tienes un aura tan brillante como esas cuchillas>> le explico Alexei, Viktor no aguanto y lloro enterrando la cara en el pecho de su padre, no era pena, era la más absoluta alegría y esta vez ambos padres lloraron junto a su hijo.

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El Niño SilenciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora