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-Le ofrezco comida y protección a tus hombres y a ti con tal de que tus hombres ayuden a buscar la comida.

-Es un peligro muy grande para ellos, mando a los únicos 17 hombres que tengo ahora y luego, ¿que hago si mueren?

-Son soldados, siempre están en peligro, además ¿Qué hará cuando la comida se acabe?, supongo que sus raciones ahora son escasas. ¿No es así?

-¿Reina usted ha visto al clan de los Arimaspos combatir? Son bestias, sin armaduras, sin miedo. No les importa nada.

-¿Me está diciendo usted que el jefe de los militares tiene miedo? ¿Eso es lo que me está demostrando? Desearía que las cosas no fueran así, que el motivo de conocernos fuera diferente, pero no lo es y hay que afrontar las cosas. O morimos de hambre o luchando por nuestra comida y por nuestros hombres. Yo prefiero la segunda opción, ¿Y usted general, que prefiere?

-Me gusta tu táctica de persuasión. Sólo por eso lo pensaré.

-No tenemos tiempo para que "lo piense" la comida se acaba al igual que el tiempo. Decida, tienes 10 minutos y volveré. Si no hablaré yo misma con sus Soldados, seguro que habrán voluntarios para está misión.-Hablé con voz autoritaria apoyándome del escritorio, parándome y marchándome a lo que los de más me siguieron sin mencionar nada.

Hasta que salimos de la habitación completamente y ahí todos pusieron una gran sonrisa en sus rostros.

-¡Excelente princesa!-afirmó Andrew acariciándome el cabello mientras reía.

-Eso salió perfecto.-Sonrió Colin.- Lo que no entiendo es la necedad del coronel, ¿él no ve que se le acaba la comida?-Dijo Colin algo enojado.

-Si el no va, se que la mayoría de sus soldados irían.-pensé.-Al final ellos no quieren morir aquí, prefieren luchar, soy una guerrera y prefiero luchar y morir a manos de los salvajes que aquí encerrada solo por miedo a no buscar comida.-dije pensativa mientras caminaba por un pasillo pero nos detuvimos cuando vimos que todos los soldados nos miraron, todos hicieron preguntas a la misma vez y no se entendía nada.

-¡Silencio!-grito Colin y todos se callaron dejando un abrumador silencio y miradas incómodas de los militares que vestían con una camiseta de tiras blanca, pantalón de camuflaje y botas altas negras. Todos iguales aunque algunos llevaban medias y otros incluso estaban descalzos o sin camisa.

Los miré detenidamente y luego comencé hablar.

-Responderé todas sus preguntas, pero, por favor, uno a la vez.-Pedí mientras los soldados alzaban las manos pidiendo poder hacer preguntas.- Bien tu primero.-dije señalando a un soldado moreno con cabello riso, contextura bien definida y unos ojos azules oscuros pero llamativos.

-Reina, ¿como lograron hacer que una camioneta funcionara?

-Eso lo explicara Andrew.-dije otorgándole el paso.

-La llamo la Predator.-comenzó él.-Es una súper camioneta modificada para supervivencia, es muy vieja y no tiene circuitos pero la modificamos y logramos hacer que fuera eficaz en estos tiempos y en todo tipo de terreno.

-Sencillamente increíble...-dijo un hombre abriéndose paso en el camino.

-Siguiente pregunta.-dije mientras miraba los alrededores.

-¿Por que vinieron?-preguntó uno de los hombres y un silencio reinó en toda la sala, nuevamente.

-Esa es una muy buena pregunta, les contare,-hablé.-nosotros nos estamos refugiando en el centro comercial y ya nos estamos quedando sin alimentos,-confesé.- hoy, como ya sabrán, la niebla en la mañana se había despejado un poco. Pero realmente lo que hizo fue tomar fuerzas para arrastrarse hasta otro clan, lamentablemente lo logró y ahora tiene a el clan Arimaspos,-conté y todos en la sala comenzaron a hablar entre sí, cuando todos hicieron silencio prosegui.-yo tengo guerreros conmigo pero no los necesarios para derrotar a los salvajes. Di una oferta del 10% de la comida y protección en el centro comercial por que trabajen y nos ayuden ustedes a todos, pero el general dice que no, por que es muy peligroso pero le deje 10 minutos para que lo pensara si eso no sucede igualmente pediré voluntarios. Es necesario hacerle entender que ustedes también se están quedando sin comida y si no salimos morirán de hambre,-suspiré.-como le dije a su general, hay dos opciones o morir encerrados por el miedo y por hambre o ir en busca de comida donde si, igual podremos morir pero luchando, como guerreros valientes y no cobardes encerrados. Yo prefiero la segunda opción, ¿y ustedes?

AmbroseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora