Esclavistas

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Me acerque a el soldado Beorn, toqué su hombro y el entendió, caminó conmigo hasta las mazmorras donde estaban Colin, Einar y Alaric vigilando a los esclavistas.

-El hombre de la izquierda mató a tu primo.-dije sin apartar la vista de ambos esclavistas.

-Pequeño infeliz.-le dijo mientras se acercaba, el esclavista respondió escupiendo el suelo.-Sufrirás como nunca en tu vida.

-No habrá nada que me puedas hacer tu que ya no me hayan echo antes niño.-le dijo restando importancia.

-No conoces mi mente tan...como decirlo...creativa.-dijo el hombre cuya trenza llegaba a su cintura mientras movía su cabeza siguiendo los ojos del esclavista.

-Quiero un juicio por lucha.-pidió el esclavista.

-Estamos en el mar...a donde rayos podrías ir si ganas este juicio.-le dijo su compañero de celda, él ignoro el comentario.

-Si gano, me liberan al llegar a superficie, si pierdo...

-Si pierdes, morirás como yo diga, cuando yo quiera.-dijo el soldado molesto.

-No lucharé contra ti.-dijo e hizo una sonrisa de lado y morbosa mientras me miraba.

-Andro...-Trato de detenerme Einar.

-Trato echo.-dije seria.

-Andromeda.-dijo Colin preocupado.

-Un hombre que pelea por oro no puede perder contra una mujer.-dijo el esclavista con una sonrisa en su rostro.

-Te equivocas.-dijo Alaric serio, luego me miro y me lanzo una sonrisa burlona.

-Y por eso tu muerte será de las mas estúpidas y bochornosas.-dije haciéndolo enojar.

-Reina, déjeme luchar por usted.-dijo el soldado Beorn casi en súplica.

-No soldado.-negué.

-Pero usted dijo que...-trató de reprochar el soldado

-Se lo que dije Beorn. Y yo cumplo con mis promesas. Ganaré el juicio por lucha y tu lo mataras. No hay mas que hablar.-dije antes de salir de las mazmorras, Colin me siguió, me detuvo en un pasillo y me dijo;

-Andromeda el es un esclavista de nación fuego, son muy agresivos, déjame pelear a mi con el.

-No Colin, necesito hacer esto yo y tu aún no estás sano del todo.-me negué.

-Está bien...-dijo él pero aun se notaba que no le agradaba la idea.

-Todo estará bien.-dije pasando mi mano por su rostro.- Dale un arma al bastardo, la que él quiera.-dije y el fue hacer lo ordenado.

Yo tenía mi espada, pero fui a la armería y tome dos cuchillos. Estaba lista para pelear, contra el o contra cualquiera. Una vez en mi habitación me coloqué mi armadura y mi capa roja. Salí de la habitación y subí hasta la cubierta principal, ahí sería la pelea y estaban muchas personas alrededor de nosotros viendo lo que estaba a punto de suceder. Yo saqué mi espada y el sacó una hacha de acero aqueonio uno de los mejores metales del mundo.

El esclavista comenzó a dar vueltas alrededor de donde yo me encontraba, comenzó marcando el suelo del barco con el hacha, yo solo lo seguía con la mirada y cuando pasó a mi lado por tercera vez corté su pierna con mi espada a lo que el respondió atacando con su hacha repetitivamente pero esquivé cada uno de sus golpes. Me di cuenta de que era una persona muy impulsiva y solo se dejaba llevar de ello, pero inteligente y sabía por donde atacar. Hizo un movimiento logrando con su hacha hacer un corte en mi pie izquierdo, corte que me dolió  e hizo que me agachara pero levanté mi espada y la arrastré por todo el circulo por donde el caminaba en un intento fallido de alejarlo de mi. Y mientras los observadores gritaban y abucheaban me levanté del suelo apoyándome de mi espada y todos celebraron en grande. Me puse en posición de ataque y el paró de caminar a mi alrededor.

AmbroseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora