—Estoy seguro que esa sonrisa pícara es porque te acordaste de las diabluras que hiciste anoche. —absorta lo miro sin parpadear.Pensando en Máx no me di cuenta en que momento comencé a sonreír, en que momento pasé de la culpa a lo lindo que es ese hombre, sin embargo, regresando en Alex borro la sonrisa de mi rostro y niego incómoda, es un maldito metiche, que diablos le importa.
—¡Oh Mi Dios!. —expresa asombrado sin dejar de escudriñar mi mirada —Esa cara de pendeja solo puede ser por una cosa y sé quién es el responsable. ¿Que esperas para llamarlo?.
En serio me veo tan obvia, o es que Alex lo único que hace es intentar adivinar lo que pasa por mi cabeza. Nah, sí lo sabe.
—No lo voy hacer, dime, con que cara lo voy a ver después de lo que hice, lo mejor es que cada quien siga su vida. —al terminar de escuchar mis incoherentes palabras eleva la mirada poniendo los ojos en blanco y sale de la habitación sin decir nada. Al menos fue sencillo hacerlo entrar en razón. Bien, es el momento perfecto para regresar a mi autoflagelo emocional.
Recargo la cabeza en el respaldo del sofá, cierro los ojos dejando que la culpa y los remordimientos de mis actos terminen con lo poco que queda de mí, me encanta esta parte, pero nada fatídico, un par de semanas y la culpa será parte de la historia, lo olvidaré, me olvidará, perfecto nunca existimos.
Max es un hombre lindo, atento, incluso tierno parecido a un conejito, es cierto cuando digo que es diferente a los demás hombres, en cambio yo soy una maldita bruja traumada, una perra, no debí acercarme más de lo permitido con él, no debí dejar que me conociera, no merece a alguien como yo.
—Aquí está, hazlo —escucho sus órdenes al tiempo que lanza algo sobre mis piernas, irritada abro los ojos, inmediatamente lo reprendo con un solo gesto, lo que aventó fue mi móvil, sin embargo, observo el aparato sin saber que hacer, es que una parte muy pero muy profunda de mí quiere hablarle intentar realmente algo, dejar de ser el monstruo en el que me he convertido, pero el maldito miedo siempre me gana, es más fuerte que yo.
Alex se habrá dado cuenta de lo que está pasando por mi pensamientos, no lo sé, pero se sienta en una de las coderas del sofá, abraza mi menudo cuerpo pegando mi cabeza a su pecho y por esta ocasión a pesar de que no me gusta que lo haga me dejó consentir cuando comienza acariciar mi desordenado cabello con los dedos, enseguida comienza hablar en un tono suave.
—No le tengas miedo al amor, eres una increíble chica, mi intuición femenina me dice que él es el hombre indicado para ti, dale una oportunidad, deja de ser tan terca y dura contigo. —deja un beso en mi cabeza y vuelve a tomar el móvil para ponerlo en mis manos. —Llámalo, no se va enterar de tú desliz de anoche. —levanto la cabeza para mirarlo y hace un gesto de cerrar un cierre en sus labios.
Sonrío tomándole la palabra, rápidamente con las manos temblorosas y una sensación de miedo en el estómago me levanto del sofá marcando el contacto de Max en el móvil, aún no sé que le voy a decir cuando conteste, digo si es que acaso me toma la llamada.
Uno, dos, tres tonos y nada, no contesta, era de esperarse, ya se cansó de esperar una respuesta de mi parte. Pero entonces cuándo estoy a punto de terminar la llamada él contesta y mi corazón late desenfrenado al escuchar su voz, tanto que me he quedado muda hasta que un pellizco en las nalgas por parte de Alex me hace regresar.
—¡Auch!, que te pasa perra —de inmediato carraspeo al percatarme que estoy en línea —Quise decir ¡Hola!, que tal —corrijo mis palabras caminando hacia la sala para hablar más tranquila y sin interrupciones.
Del otro lado se escucha una risa bastante relajada que me pone más tranquila, seguido de su voz. —Muy bien y tú, pensé que no querías saber más de mí, bueno en realidad estaba preocupado. —muerdo mi labio inferior pensando en una respuesta rápida.
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Ser como ellos© [COMPLETA]
RomanceNo se permite ningún tipo de adaptación o copia. Código de registro: 2011075823904.