—Sí, ¿Qué pasa amor?
Al tiempo que se mueven sus labios al hablar dirige toda la atención en mí dejando en segundo plano la conversación tan graciosa que lleva con Alex respecto a mi persona, ahora esa mirada de ojos claros empalagosa de azúcar que me derrite me hace perder las ganas de decirle que es hora de irnos. Mi corazón late intenso de los nervios y las palabras se esfuman una vez más. Todo parece ser sencillo cuando lo pienso, pero siempre que intento poner en marcha mis planes todo se va al caño. Quizás nunca pueda descubrir que es lo que tienen este par de hombres que vuelven un caos mi cabeza y vida en sí.
—Nada olvídalo. —Sacudo la cabeza y sonrío. Da un ligero apretón a mi cintura sin soltarme para después dar un beso en mi frente. Sin más y al quedar muy juntos recargo mi cabeza en su hombro mientras él no deja de abrazarme. Su loción es tan atrapante que me ha relajado y me ha hecho sentir un electrizante cosquilleo que es agradable y a su vez incómodo en mi estómago olvidando el resto.
Sin embargo debo buscar el momento y las palabras para terminar por hoy nuestro momento juntos, el tiempo se agota al igual que las ideas y si no lo hago Bradley comenzará a llamar de nuevo, por supuesto no quiero que eso suceda. Soy una idiota que siempre se ha dejado manipular por los antojos del bombón musculoso, no es tan molesto lo acepto pero… ¿En qué carajos pensaba cuando acepté verme con él?, soy yo la que debe tenerlo a mis pies tomando en cuenta todo lo que he aprendido en este tiempo para manejarlo a mí favor, pero con Brad y Max no soy más que la débil de siempre y con ellos no puedo ser mala, bueno ya sé que los engaño a los dos, pero… ¡Demonios! No me estoy justificando es que en realidad Brad parece estar pasándola mal, él nunca envía malditos corazones rojos, que mensaje fue ése.
Ausente de mis amigos y novio, y ahora también aturdida por su colonia además de lo guapo que se ve con su camisa de vestir desabotonada en la parte superior, trato de pensar y concentrarme en como salir de aquí sonando convincente. Entonces, como si hubiera pedido ayuda, la figura de mi hermana se posa al frente con su casi perfecto vestido blanco que sí no fuera por esa mancha de vino que corre entre el escote y que probablemente no se hubiera visto peor si no hubiera intentado limpiarla entonces sí estuviera perfecta, a pesar de ello me ha dado la mejor de las escusas, o idea, o cómo sea. Reincorporo mi postura dando un ligero apretón en su pierna mientras mi semblante es de un intenso dolor en el vientre el cual tomo con una mano encorvando ligeramente la espalda.
—¿Qué te pasa?. —inquiere alarmado.
—Cólicos nada grave. —forzó una sonrisa apretando los labios.
Entonces mi hermana con su inocencia (más que la mía), pasa junto a nosotros saludando sonriente a unos cuantos centímetros sin detenerse, ocasión que aprovecho la tomo de la mano y emprendo una huida sin dar tiempo a qué alguien pregunte algo, huyo como una vil ladrona mientras ella confundida me sigue el paso algo renuente forzando un poco a detenerse, sin embargo lo hace por completo hasta estar dentro de la casa.
—¿Qué ocurre contigo?, ¿Estás loca?. —suelta el agarre que hacía en ella sobando su muñeca y hace un gesto de dolor bastante exagerado.
—Tengo algo de ropa aquí ¿Cierto?. —menciono restando importancia a lo que dijo.
—Creo que sí, nadie entra a tú habitación desde que te fuiste a excepción de Susi para limpiar. ¿Qué pasa contigo? ¿por qué pareces estar ansiosa? —tapa alarmada la boca con una mano y revisa meticulosa mis ojos. —¡Fani! ¡Santo Dios! ¿Acaso estás usando drogas?.
Continúa su olfateo e inspección sobre mí poniendo mis pelos de punta. No soy estúpida como para usar drogas, me ofende, bueno quizás…., no, eso no, Alex me dijo que el cannabis ya casi es legal en todo el país y se considera medicinal, hay ancianos que lo usan.
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Ser como ellos© [COMPLETA]
RomanceNo se permite ningún tipo de adaptación o copia. Código de registro: 2011075823904.