capítulo 29🌻

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—Toma asiento, ponte cómoda vuelvo en un instante. —arroja las llaves sobre una mesita que se encuentra al lado de la puerta.

—Gracias. —prosigo a sentarme en uno de los sillones, sin dejar fluir los nervios que arañan en mí interior.

Al verlo entrar en una de las habitaciones, me paro a curiosear, no ésta muy ordenado que digamos, pero que más se puede esperar de un hombre soltero.

—¡Carajo!. —casi tropiezo con una guitarra vieja que se encuentra en el piso, y lo más asqueroso es que para evitar caer y querer sostenerme de la mesita, toqué unos bóxer que están sobre el control del vídeo juego. Ya estás alturas no me han quedado ganas de imaginar su habitación, sin embargo podría ser algo gracioso al pensar en una habitación de un niño de diez años, por todas las imágenes de los Avengers que hay en las paredes. ¿Que hombre de veintisiete años tiene súper héroes en los muros como un trofeo?, solo él por lo que veo.

A un lado de la sala se encuentra una mesa de billar con las bolas regadas por toda la mesa, busco el taco pero solo Dios sabe dónde demonios se encuentra entre tanto desastre. Se ve que le gusta la fiesta por todas las botellas de cerveza ya terminadas que se encuentran debajo de la mesa, y para ser sincera no me impresiona. Pero lo que llama realmente mi atención, causando cierta ternura ya que es su lado lindo, es la puerta de la cocina, que es la figura de un chef y arriba una advertencia de "acceso restringido", que estoy segura lo tomo del bar.

—¿Intentas burlarte de mi santuario sagrado?. —inquiere a mis espaldas.

Volteo negando con la cabeza mientras tapo la boca con una mano para evitar reírme, pero al final de cuentas termino haciéndolo. Su puerta más que chef, parece un estríper con gorro de cocinero. De dónde saco ésa idea de un chef enseñando sus músculos.

—Soy yo cuando cocino, la comida me sale mejor sin camisa, ¿Quieres que te prepare algo?. —pícaro, sube y baja sus cejas.

Aclara mis dudas sin que yo tenga que preguntar, sin embargo trago saliva en seco, dejo de reír cuando me doy cuenta que no trae camisa, y la similitud con la figura en la puerta deja muy poco a imaginación. La vista queda clavada en ésos par de bíceps que se abultan más cuando cruza los brazos a la altura de su trabajados pectorales y que se lucen con un pequeño movimiento, tan... ¡Oh Dios mío! no es correcto lo que voy a decir pero son tan jodidamente afrodisíacos.

—Me encanta provocar esa emoción en ti preciosa, pero solo vengo a decirte que tardaré un poco más, tomaré un baño, me has dejado apestoso a cerveza.

No puedo contestar sigo muda, tampoco puedo dejar de observarlo soy tan obvia, pero un espectáculo cómo éste, no se da todos los días.

—Ya que si quieres me puedes acompañar.

"Dile que sí estúpida, así te puedes quitar ese caprichito delicioso que vas a disfrutar"

Sacudo la cabeza para salir del trance.

—Por mí puedes hacer de tú vida un carajo. No tardes.

Muestro desinterés volteando los ojos.

Forza una risa.

Se acerca peligrosamente acariciando mi barbilla.

"No hagas eso imbécil, que acaso no te haz dado cuenta que me estoy mojando con solo verte."

—Creí que ya habíamos dejado de lado nuestras diferencias, eso incluye contestaciones hirientes. —agrega en un tono grave, seductor, tomando con fuerza mi barbilla para que no pueda eludir su mirada.

—Pues creíste mal, sabes que, ya me voy. Esto es una locura no sé que estoy haciendo aquí. —empujo su mano.

Toma mí cintura cuándo intento pasar a su lado.

Ser como ellos© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora