Casi es primavera. Nunca había disfrutado tanto como lo estoy haciendo ahora una salida al parque, acostada en pasto, el temple sol en su mejor momento cegando mis ojos con su resplandor pero sin ser molesto, bronceado mis piernas como si estuviera en la playa, los árboles recuperando su verdosidad y proporcionando a la vez un ligero aire fresco que llena de sosiego mi cuerpo, los gritos de los niños jugando al rededor parece no ser tan perturbador después de todo. Es decir lo mío no son este tipo de actividades y cuando él propuso está clase de picnic al aire libre casi tuve la sensación de inventar una enfermedad para no salir de casa pero al fin de cuentas pasar tiempo con él es lo que importa y siempre valdrá la pena más aún cuando en estás tres semanas le he visto muy poco, si no esta en alguna actividad de la escuela está con su hermano a quién dedica más tiempo que a mí y no tiene que ser así, digo, estoy de acuerdo que están recuperando tiempo perdido ya que por circunstancias anteriormente no se llevaban bien y ahora sí, pero exageran, es como yo, no voy a vivir pegada a mi padre solo porque ahora nos hemos dado otra oportunidad.
En realidad actúa raro, como si algo le causara incomodidad desde aquella noche que nos encontramos en ése bar y del cuál jamás ninguno de los ha tocado el tema. Al día siguiente y al otro después de ésa noche cada uno de esos días recibí sus mensajes cariñosos sin ningún cuestionamiento al respecto, luego cuando por fin nos vimos para comer eludía mi mirada, hablaba poco, incluso parecía tenso sin embargo no estaba enojado lo comprobé en sus labios, aunque cada uno de sus besos eran distintos, algo extraño a decir verdad. Alex dice que probablemente se siente apenado por haberse puesto ebrio ésa noche, y opté por quedarme con esa teoría, no quise indagar más allá y entonces él comenzará hacer preguntas de mi abrupto escape, que por cierto no tenía nada para decir, solo iba a improvisar cuando llegará el momento.
—No te duermas.
Abro los ojos al escuchar su suave voz, sus mejillas coloradas por el sol se levantan un tanto con esa sonrisa atenuada en sus delgados labios, sus ojos bajo esa brillante mirada parecen contemplar como una cosa extraordinaria los gestos que hago cuando ha tapado el sol que me daba en la cara con su cabeza.
—No estaba dormida —me quejo colocando los codos en el pasto para reincorporar un poco el cuerpo. —Solo pensaba. —añado.
—Y se puede saber en qué tanto piensa está princesa.
—Cosas sin sentido. —hundo la cabeza entre los hombros.
Bajo un gesto neutro e inescrutable, agacha la mirada y se tumba a mi lado resoplando por la nariz, coloca sus brazos como almohada debajo de la cabeza y de pronto su dulce voz cambia a un tono más serio y sombrío.
—¿Crees que lo nuestro funcione?, no me refiero a casarnos aunque eso me encantaría, me refiero más a una verdadera pareja, si entré tu y yo algún día habrá una verdadera confianza, decirnos lo que realmente pensamos sin guardar ninguna clase de secretos o mentiras.
Esto suena igual a qué él sabe algo de mi que yo creó que no sabe, también es factible que quiera romper, ya que su tono de hablar es muy similar a cuándo yo quería terminar una relación o como también lo hacían conmigo tiempo atrás. Es por ello que comienzo a ponerme tensa y arranco algo de pasto que tengo debajo de las manos quedando algo de tierra entre mis uñas, justo en ese segundo cuando el corazón se me encoje dentro del pecho y una fría sensación recorre mi espina dorsal. Tengo miedo de que sus palabras sean lo que me estoy imaginando ya que nunca había pensado ni por un minuto el día en el que él y yo terminaríamos, me sentía tan feliz con un hombre como lo es Max que por un instante creí merecer lo que vivía a su lado y todo el cariño que me brindaba y que ahora caigo en cuenta no lo valore lo suficiente, esto será algo que definitivamente me partirá el corazón.
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Ser como ellos© [COMPLETA]
RomanceNo se permite ningún tipo de adaptación o copia. Código de registro: 2011075823904.