El ímpetu de sus labios me hace sentir una incipiente excitación en mí vientre cuando he sido sucumbida por sus encantos, más allá del sabor a menta mezclado con tabaco de su boca, la fuerza en la que se posesiona de mí cuerpo con sus manos, ahora soy yo la que necesito más, la que desea con desesperación que esto se salga de control.
Mis manos se cuelan por debajo de su chamarra y ansiosas recorren su dorso y abdomen qué a pesar de la tela de su playera puedo sentir lo trabajados que están sus músculos por el ejercicio, obligada ahogo un gemido cuando su entrepierna rosa con mi cuerpo segura que lo que sentí fue una erección.
¡Santo Dios!..., Esto arde.
Me separo por la necesidad de respirar, me ha dejado sin aliento, sin estabilidad en mi cuerpo, un desequilibrio irracional complicado de explicar.
Él sonríe presuntuoso sabe perfectamente lo mucho que me afecta, yo lo observo molesta, mis labios aún cosquillean, los siento hinchados a causa de sus apasionados besos, sin mencionar qué hora me siento más nerviosa con toda esta tensión sexual formada entre nosotros.
Sin embargo trato a toda costa de regresar a mi papel de víctima resentida.
—Pero que demonios te sucede no puedes besarme como si nada cada que te plazca. —que absurda me escucho luego de que le he permitido que lo hiciera y toqué su cuerpo.
Niega divertido. Acomoda su cabello, mojando sus labios ¿Provocándome?, probablemente sí, es lo único que sabe hacer.
—Acaso sigues enojada porque crees que tengo novia. —finge una risa cuándo no me molestó en negarlo.
¿Por qué me cuesta trabajo responder?, No debería importarme una explicación o caso en verdad estoy tan interesada en una aclaración de su parte, esto me pone de mal humor, estoy que me lleva la chingada, se supone que es un juego y debería estar divirtiéndome y tratarlo como lo que es, un experimento, una rata de laboratorio.
Continúo mirándolo fijamente a sus ojos, es tan hermoso ese azul que tiene, combina con lo bello que es su rostro, su cabello que ahora está alborotado, dando ese aspecto de chico rudo, todo eso en un perfecto y marcado cuerpo.
“Suspiro mental”
¡Que carajos me pasa!, debería estar molesta y maldiciéndolo hasta el cansancio.
—Ven, vamos —vuelve a hablar tomando de mi mano pero suelto el agarre.
—Yo no voy a ningún lado contigo. —molesta cruzó mis brazos en una postura retadora.
Gruñe cerrando los ojos.
—La mujer que viste en mí oficina… —hace una pausa respirando profundo. —Tenia mucho tiempo que no la veía y sí, la quiero mucho, la amo y haría cualquier cosa por ella, por qué es mí hermana.
Me siento tan estúpida ante su confesión, más aún cuando suena tan convincente sin ningún rastro de que este mintiendo, aunque debería dudarlo, poner en juicio sus palabras, ya que no lo conozco lo suficiente para tener la certeza de que dice la verdad, que tal y es un experto en mentir, sin embargo siento dentro de mi que está siendo sincero de verdad, sin ningún tipo de actuación.
Ahora qué diré para no verme más tonta de lo que ya he sido.
Éste sería el momento justo para algún desastre natural o mínimo que se suelte una tormenta y así olvidar el tema, pero no tengo tan buena suerte.
Así de incómoda me siento. Pero que diablos, le estoy tomando demasiada importancia y lo peor de todo que se lo hago saber, no soy tan buena como para esconder que sus palabras me han hecho sentir un gran alivio.
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Ser como ellos© [COMPLETA]
RomanceNo se permite ningún tipo de adaptación o copia. Código de registro: 2011075823904.