capítulo 25🌻

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Después de que Alex aclaró su atrevimiento, que por cierto fue lo más raro que pudo pasarme, nos quedamos un rato más platicando hasta que el cansancio nos venció, de un momento a otro se ha quedado dormido en el sofá, yo no tengo sueño y mucho menos después de escuchar sus ronquido que le quitan el descanso a cualquier mortal en la tierra.

Por ello prendo el televisor buscando algo que me entretenga, mientras como alguno de los muffins que preparó. En que me estoy convirtiendo, que hago aquí acostada viendo televisión a las tres de la mañana, cuándo podría aprovechar la oportunidad de ir algún antro y festejar con algún ligue de una sola noche, bueno, al menos para mí fortuna encontré algo pasable la T.V. o eso creí ya que en realidad es una película, bastante aburrida para mí gusto, trata de un noviazgo tóxico dónde ambos protagonistas tienen problemas familiares severos, en fin, logró atraparme y ahora me mantiene a la expectativa de lo que está por venir, no sé cómo sucedió pero no puedo parar de ver.

Una parte de la película altera mí estabilidad, cuando el protagonista está teniendo una discusión con su padre que es un hombre distante y arrogante, pero claro, todo un ejemplo para la sociedad, me parece tan familiar todo esto, me siento tan identificada con lo que estoy viendo.

A decir verdad me enoja.

—Tus hijos te necesitan más, date cuenta de ello idiota —Cómo loca recién salida del loquero, comienzo a gritarle mi punto de vista, lanzando un muffins a la pantalla dejando chocolate embarrado, tampoco mido el tono de mí voz percatándome de ello hasta que Alex aún dormido mueve su posición.

Continúo sin cambiar de canal.

Al final esto fue muy mala idea en lugar de relajarme para dormir, ahora estoy molesta. Pero incluso a pesar de lo que ocasiona en mí, término de ver la película, dejándome consternada con el final, en la relación padre e hijo ninguno de los dos tenía la razón, solo necesitaban comunicación y tiempo para compartir entre ellos, digo necesitaban porque el chico murió cuando por fin se había decidido a dejar de ser el hijo rebelde, aceptando la propuesta de su padre de trabajar con él, dejando en éste un vacío irreparable.

Me siento triste, nostálgica, no puedo quitar mi vista de la pantalla, observo las letras de los créditos de la película sin en realidad leer, mientras la carta pasea por mí mente revoloteando incesante la idea de leerla de una maldita vez. Al mismo tiempo muchas interrogantes golpean frenando esa loca idea.

¿Realmente cambiará nuestra relación si la leo?, ¿Cómo voy a estar segura de que está siendo sincero?, ¿Cómo volverlo a incluir en mí vida de la noche a la mañana?...

Por qué me pasa esto a mí, cómo si no tuviera ya suficientes problemas y cosas en que pensar y ahora esto.

Luego de pensarlo un rato, volteó al lugar donde dejé la carta. Me levanto para tomarla, el sobre hallase roto y maltratado, sin embargo eso pasa intrascendente, mis manos están temblorosas, aún no sé sí es buena idea hacerlo pero ya he comenzado con las primeras palabras.

Mi pequeña Nico:

Sé de sobra que no te gusta qué te llamé “pequeña” y tampoco Nico, sin embargo a mí no me importa tú edad, para mí siempre serás mi pequeña Nico. Ésa chiquilla berrinchuda que siempre lograba que se hiciera lo que ella quería, la misma que esperaba con alegría que llegará del trabajo para lanzarse en mis brazos y llenarme de su amor, aquella niña qué me convenció de tomar clases de equitación a pesar de que me aterraban los caballos, pero que solo por ti superé ése miedo, miedo que jamás te mostré para darte a ti ese valor de seguridad que a mi me faltaba. Sabes, aún recuerdo el primer minuto de tú vida en el que yo te tuve en mis brazos, ese maravilloso momento en el qué te robaste por completo mi amor ya que ha sido la sensación más hermosa y plena que un padre puede experimentar.

Ser como ellos© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora