—Renata me puso al día, pero eso no te da la razón para alejarte de tú amiga —expresa Nataly insatisfecha por mis actos.Tiene razón en estar molesta conmigo, incluso la comprendo si no quiere ser más mi amiga, me he olvidado por completo de ella al grado de no contestar sus mensajes o llamadas, honestamente me apena mucho hablar este tema con ella. Por extraño que parezca ese día en que me sentí deshecha en la única persona que pensé qué podía entenderme sin juzgarme era Alex y así fue me acogió en su departamento sin cuestionar, sin sermones de ningún tipo, quizás con alguno que otro comentario sarcástico o fuera de lugar, pero no más.
Y es que Alex, es simplemente Alex un hombre que aún después de lo que ayer sucedió no pierde su alegría y optimismo para ver la vida, es admirable su fortaleza, la forma en la que enfrenta sus problemas y no se deja derrumbar, hay ocasiones en las que quisiera ser cómo él, pero yo soy todo lo contrario una débil y frágil mujer que intenta esconder detrás de un antifaz lo que en verdad siente.
Con Naty, no niego que es una gran amiga pero ella en ocasiones se comporta como mi hermana, literalmente como el clon de Renata, termina regañándome por todo lo que hago o simplemente le busca el lado malo a todo y de vez en cuándo solo se busca ser escuchada.
—Lo siento, pero me sentía muy apenada por hacerte creer que mi padre estaba muerto. —doy un sorbo a mi café dejando la taza sobre la mesa y comenzando a trazar la orilla de la taza con el dedo, no sé qué más decirle para justificarme, no quiero ni pretendo tampoco ser la víctima.
—Tan bruja perra soy que en verdad pensaste que llegaría a juzgarte. —abre su boca en un fingido asombro y sus ojos los hace pequeños. —Eso si que no te lo voy a perdonar. —al terminar de hablar suelta una risita y me hace sentir más cómoda, aunque no del todo.
Vuelve a hablar. —Esta bien solo te perdono si me cuentas con detalle y dejas de esconderme información, ¿Aún sales con Max? O ya lo botaste.
—Eres una chismosa. —le digo en broma.
Ella acomoda su rubia cabellera asintiendo a mis palabras esperando que siga hablando sin que me detenga, pero creo necesitaremos más de un café si en verdad queremos ponernos al día. Es agradable y cómodo hablar con ella, las palabras salen con naturalidad, sin tapujos, porque a pesar de que no siempre concordamos en nuestra manera de pensar, se siente bien hablar con otra chica.
La plática continúa por horas perdiendo la noción del tiempo, es notable lo mucho que nos extrañábamos una a la otra.
También es obvio, el regocijo ostensible que me provoca el hablar de Max, cada poro de mi piel me delata al erizarse con solo recordarlo, está sensación de cosquilleo en el estómago al imaginar sus besos, sus caricias, el sexo con él es… cómo lo digo, diferente, es cuidadoso en cada detalle se preocupa por mí por lo que yo pueda sentir, se me antojo tanto que creo ya me mojé.
Las palabras y el tiempo me hicieron falta para hablar con detalles, sin embargo la he dejado tranquila y lo más importante ya lo sabe así que ha llegado la hora de despedirnos.
—Me alegra saber que estás bien, no vuelvas a desaparecer del mapa ¿Entendido?. —nos detenemos afuera de la cafetería, se despide con un beso en la mejilla seguido de un reconfortante abrazo.
—No lo volveré a hacer, lo prometo. Te enviaré la dirección de Alex para que me visites cuándo quieras, incluso podríamos hacer una pijamada los tres. —me aparto terminando el abrazo, el cuál remplazo con una sonrisa.
—Aún me cuesta trabajo creer que estés viviendo con el mismo Alex del cuál repetiste un millón de veces que aborrecerías por el resto de tú vida. —hace un gesto de desconcierto.
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Ser como ellos© [COMPLETA]
RomanceNo se permite ningún tipo de adaptación o copia. Código de registro: 2011075823904.