capítulo 11🌻

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Después de transportarnos a cannabislandia, me perdí en un sueño tan profundo quedándome dormida en la sala, sin embargo amanecí en la cama, Álex debió traerme, fue un gesto muy caballeroso de su parte, tan lindo él, que aún estando en las mismas condiciones  o peor que yo, se llega a preocupar por mi. En éstos momentos él aún duerme cómo bebé, no quiero despertarlo lo dejaré descansar un poco más.

Lo primero que hago al salir de la cama es ir al baño para hacer lo que la naturaleza demanda y claro darme una ducha, siento que aún traigo encima el olor de lo que fumamos la noche anterior y yo misma me doy náuseas. Por supuesto después iré a preparar el desayuno, la mayoría de las veces lo hace Álex pero hoy lo quiero sorprender, no quemando la cocina claro está. Será algo sencillo, éstoy pensando en unos sándwich, huevos revueltos, o...

—¡Que mierda es esto!

Mi día iba también, desperté entusiasta, con mucho apetito, llena de vigor, lo juro, pero todo se esfumó después de abrir la puerta del baño.

Es que en verdad no entiendo y sí estoy molesta, ¿Es enserio lo que mis ojos están viendo?, no entiendo y jamás entenderé por que los hombres son tan bestias, por más que he leído sobre su compartimiento animal en las revistas de national geographic, no logró discernir su manera tan difícil de almacenar una información u orden, son tan brutos que ahora entiendo porque Dios hizo a la mujer, está claro, alguien debería ser el inteligente en la relación.

Suelto un suspiró pesado de resignación.

Le he repetido un millón de veces a Álex que bajé la tapa del excusado antes de salir y que también recoja sus calzones, qué recuerde que está viviendo con una dama que no sea cabron, pero al parecer no lo entiende no lo culpo, a pesar de querer ser como una mujer jamás perderá su esencia masculina que lo hace comportarse cómo todo un neandertal.

Es por eso que las mujeres algún día en un tiempo no muy lejano gobernaremos el mundo y los hombres serán nuestros subordinados que solo servirán para quitarnos el antojo sexual o quizás ya ni para eso se han de mucha ayuda, la tecnología cada vez avanza más rápido que no tardarán en descubrir quién los supla de llenó en ese aspecto.

Recojo los bóxer prácticamente con las uñas, evitando vomitar tratando de llevarlos a una esquina del baño para alejarlos lo más lejos posible de mí y así poder bañarme sin ningún problema. Aunque me dan ganas de servírselos en el desayuno para que sea más limpió y ordenado. ¡Ay no, me escuche igual a mi hermana!, Ok me relajare, no soy ella, por la distracción se me ha caído, casi llegaba pero ni loca que los vuelvo a tocar, además ahí ya no estorban mucho, la distancia es prudente.

—Ya perdón, juro que no lo vuelvo hacer, todavía no me acostumbro a no estar solo, mejor cuenta ¿Qué harás hoy?. Saldrás con Max. —cuestiona Álex terminando su desayuno desviando la conversación para olvidar el tema principal.

Desde luego que le reclamé por dejar sus boxers en el baño fue una experiencia asquerosamente traumática, pero está bien, lo pasaré por alto tiene razón, yo soy la invasora. Lo educare muy pronto lo prometo.

—Pues en la tarde iremos a comer y después al cine, quieres ir con nosotros.

Me observa levantando una ceja.

—Como se te ocurre que voy hacer mal terció, tuve suficiente con verlos una vez coger. —sacude su cuerpo haciendo un gesto de horror al recordar. —lo que pasa es que quiero que me acompañes a hacer unas compras, espera ya lo sé. Nada que te avergüence. —aclara

Escucho el sonido de mensajes de mi móvil antes de confirmarle, me causa una extraña emoción aún sin ver la pantalla ya que sé de quién se trata. Siempre por la mañana recibo un mensaje de él y por la noche también, es tan atento, detallista, cursi, que espero no acostumbrarme a eso.

Ser como ellos© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora