CAPÍTULO 30

575 94 176
                                    

Sonríe para sí mismo.

Es ese tipo de sonrisa de chico enamorado, la misma que se genera al recordar a la persona que te gusta de sobremanera y te hace elevar las comisuras de tus labios involuntariamente. Es justo cómo se siente, en ese momento.

Ha pensado acerca de lo que hicieron el viernes por la noche, intentó no darle demasiadas vueltas al asunto pese a que sabe, él mismo; había estado mal. Sin embargo, se encuentra en la situación en que justifica aquello con una perdida irracional de su control. Así también como el haber aceptado dormir en la cama de ella luego de tener sexo; y hacer otro rápido dentro de la regadera donde seguramente Jinhwan y Minah habían tenido algún encuentro alguna vez.

Todo aquello no lo desanima, pese a que sabe, está haciendo las cosas mal, todo lo que le prohibió a Jinhwan que harían hacia una semana atrás; había quedado completamente en el olvido. Y se sentía mal, pero a su vez estaba tan jodidamente enamorado por el mayor, que su cerebro simplemente estaba dejando pasar todas aquellas cosas tan fácilmente. Olvidándolo.

Porque está seguro Jinhwan tiene sentimientos hacia él también, y aunque no sabe a ciencia cierta qué tipo de profundidad tienen estos, se está conformando con unos pequeños sentimientos. Aun puede tolerar el hecho de que Minah es su esposa y tenga que compartir al más bajo con ella; por el momento.

A lo largo de la semana, los mensajes de texto tontos, las selfies mal tomadas del día, algunas que otras imágenes random de ellos, anécdotas de su día y demás hacen que el corazón de Junhoe palpite rápida y cálidamente.

Y en verdad intentó no darse falsas esperanzas acerca de lo que pudiera suceder luego, sin embargo, le fue imposible; prácticamente. Jinhwan estaba entrando en cada poro de su cuerpo, con cada palabra, cada texto, cada caricia, cada mirada; cada todo.

Pero cuando su cerebro le gritaba que no se hiciera falsas esperanzas, su corazón le contestaba con el recuerdo de hacía unos días: "Dame tiempo. Déjame aclarar mis sentimientos, cerrar el ciclo con mi esposa y terminarlo todo correctamente. Después, te prometo que vendré hasta ti." Y cualquier miedo en su interior se disipa inmediatamente, porque Jinhwan se lo ha prometido.

Simplemente su corazón palpitaba por Kim Jinhwan. Y estaba jodido.

Porque el tiempo pasa tan rápido a su lado, como si fuera un jodido parpadeo y la última vez que han tenido sexo no hubiera sido hace dos fines de semana en casa del mayor, sino hacia unos minutos atrás. Sin embargo, estar lejos de él parece una tortura.

No es hasta el sábado por la tarde -dos días antes de volver a la universidad-, que Donghyuk lo vuelve a la realidad donde la Tierra gira alrededor del sol trecientos sesenta y cinco días al año.

—¿No contactaste a Rosé?

—¿Ah? — Cuestiona el pelinegro aturdido ante la repentina pregunta de su amigo. — ¿Rosé? ¿Qué tiene ella?

—¿Han terminado mal o algo así? — Cuestiona esta vez el castaño ahora interesado. — ¿Sucedió algo?

—No, todo terminó bien, creo.

—¿Terminó? — Su corazón se estremece. ¿Por qué no puede ser sincero con su mejor amigo? ¿Cuándo fue que se volvió así con él? ¿Acaso el amor te volvía de esta manera?

—Yo-...— Un silencio los envuelve estremeciendo las extremidades del más alto. Sabe que no puede mentirle del todo a Donghyuk, sin embargo, ¿qué hacer? — Las cosas no funcionaron, simplemente; creo. No para mí, al menos. No me siento de esa manera más.

Never be the sameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora