CAPÍTULO 37

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Solo.

Es una soledad que se apodera lentamente de él, consumiéndolo en el gran vacío de la nada. Siente que muere lentamente conforme los días pasan, alejándolo cada vez más de la felicidad que una vez creyó llegar a encontrar. Sin embargo, lo merece; cada una de las cosas que estaba sintiendo en ese momento. El sentimiento de sofocación y falta de aire que lo oprimían desde dentro haciéndolo llorar.

Ha llorado por cada perdida que ha tenido en su vida. Desde su persona misma, cada valor inculcado por sus padres, pasando por la mentira en la que había convertido su vida, siguiendo por Koo Junhoe -una de las mejores cosas que le habían pasado desde que conoció lo que era el amor-, y terminando con Minah. Se ha perdido a sí mismo.

Él sabe cada pecado que ha cometido contra Junhoe y su esposa. No puede simplemente negarlo más, y está consiente de cada una de las cosas que tiene que pagar en vida para redimir su alma. Le ha mentido al universitario, posiblemente no desde el inicio de su relación, -ya que, para él mismo solamente había sido únicamente sexo-. Continuando con la separación y la mentira hacia Minah, quién continuaba ilusionándola sobre tener una familia, formarla y continuarla. Todo cayendo en una jodida mentira.

Cada recuerdo al lado del menor lo atormenta y tortura a lo largo del día, exponiéndole pesadillas durante la noche y sumiéndolo aún más dentro de su miseria. La merece, está consiente de ella, merece el dolor que está matándolo y que está terminando con él. Los días continúan su curso sin un pudor de detenerse, nada importa, simplemente los mira pasar a frente a él sin hacer nada. El dolor que se ha instalado en el centro de su pecho y que se extiende hasta cada milímetro de su ser, es su castigo. El castigo que merece para pagar cada una de las cosas que ha hecho en su vida, por lastimar a Junhoe, engañarlo y mentirle; así mismo a Minah.

El dolor lo adormece, lo culmina en un punto tan alto que lo ha hecho desechar cada lagrima de su interior hasta secarlo, no puede más, sin embargo, podría continuar llorando sangre el resto de su vida si lo deseara. Es lo que merece. Pero, el dolor lo ha adormecido, logrando arrastrarlo hasta la misma nada, que lo recorre, lo conoce envolviéndolo y tragándolo lentamente. Lo obliga a vivir en automático y aceptando las cosas que debe vivir en su vida reparando todos los daños que ha causado, se lo debe a Minah; no puede arruinarla a ella también. No puede fallarle a su hijo. Lo obliga, y se obliga a continuar.

Pese al dolor, está dejando ir el amor de Koo Junhoe, no lo merece y lo sabe, está consciente de todo lo que ha hecho, y mientras su cabeza continúe recriminándolo, jamás podrá estar en paz consigo mismo.

Mientras admira a los grupos de chicos salir por la universidad recuerda la acalorada conversación que tuvo el día anterior con el amigo de Junhoe, los recuerdos invadiéndolo, logrando sacarle un suspiro pesado.

—¿Se puede saber que mierda estás haciendo aquí? — Sobresaltándolo el chico rubio rodeo rápidamente el auto, parándose fuera de la puerta del piloto y abriéndola sin permiso.

Recuerda los jaloneos en su ropa, como era bruscamente sacado del interior del automóvil y llamando la atención de las personas aledañas. Cualquiera de los amigos de Koo eran mucho más altos que él y no estaba en condiciones de una pelea callejera, mucho menos con un universitario. Sin embargo, luego de unos cuantos tironeos más hasta colocarlo frente a él, el chico rubio -que sabe es Hanbin-, ríe sarcásticamente antes de continuar.

—Eres increíble. — De nuevo una carcajada ahogada. Teme por su seguridad, pese a todo, las personas simplemente pasan de largo y continúan. Con sus piernas temblando y su cuerpo en shock busca de reojo a Junhoe, con la esperanza de que lo salve, sin embargo, el azabache no se encuentra en ningún sitio cercano y no lo salvaría de ser lo contrario, lo sabe. — En verdad eres un psicópata. ¿Estás acosando a mi amigo? ¡Joder! — Un gruñido salió de su garganta antes de proseguir. — ¿Qué es lo que quieres? ¿No te ha bastado ya con todo lo que le has hecho?

Never be the sameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora