Juegos Del Destino❄️💙[Terminado]

47. Ojo por Ojo

El olor a sangre era presente en el lugar. Yuuri temía abrir los ojos, sentía que estaba a salvo si mantenía los ojos cerrados, pero su cobardía terminó cuando escuchó esos dos últimos balazos. Brincó del susto y se armó de valor para abrirlos. Para su sorpresa miró como dos hombres estaban tirados en el suelo con una bala en la cabeza. Leo y Seung les habían disparado. Leo salió primero, Seung le siguió. Los omegas esperaban aún en el suelo de la camioneta por la señal de alguno de los alfas para que salieran. Otro silencio enmudecedor llegó al lugar. Yuuri cansado de ser cobarde decidió asomarse.

—Augh!—gritó Yuuri al aventarse hacia atrás. Su cuerpo temblaba, sus ojos lloraban. Yuuri estaba viendo al mismo diablo en persona. Wang Hong y Pitchit se asustaron al ver a Yuuri en ese estado.

—Yuuri, Yuuri...—le habló Pitchit, pero Yuuri ni siquiera desvió la mirada de lo que estaba viendo.

—ah... eh...—la boca de Yuuri se abría pero no decía nada en concreto. Su voz se había ido.

—Yuuri? Qué pasa?—Preguntó una vez más Pitchit. Wang Hong jaló un poco a Pitchit y éste notó que Wang Hong tenía la mirada perdida.—Qué?

—Ce-Ce-Ce—Tartamudeo Wang Hong.

—Qué?—Pitchit miró fuera y quedó en shock.—Celestino—soltó quedando sin aire en los pulmones.

Pitchit y Wang Hong entraron en pánico al pensar en sus alfas. Un hombre se asomó a la camioneta y sonrió al ver a los tres.

—Jefe, aquí está—Gritó el hombre aún dentro de la camioneta.

—Tráelo...—Ordenó una voz gruesa.

—Jefe, también hay otros dos aquí.

—No me importan los otros dos, solo quiero a mi conejito.

—Seguro? jefe, son muy bellos.

—Tks—Chistó la lengua—Está bien tráelos.—El hombre obedeció. Sacó primeramente a Yuuri quien cayó al suelo pues sus piernas no respondieron debido a la impresión.—Mi querido conejito

El segundo en salir fue Pitchit. En cuanto salió, mantuvo su rostro agachado, mirando al suelo. Corrió al lado de Yuuri. Al último salió Wang Hong. A diferencia de Pitchit este salió mirando fijamente a Celestino.

—Ja, mira a quién me fui a encontrar aquí. A mi querido bebé.—dijo Celestino en forma burlona.—Veo que aún tienes al cachorro dentro de ti.

—Déjalos ir, déjalos ir—Gritó Leo quien acababa de despertar después de estar inconsciente debido al golpe que le dieron en la nuca. Dos hombres le apuntaban a la cabeza.—Déjalos ir. Ellos no tienen nada que ver en esto.

—Cállate—Gritó Celestino y uno de los hombres que le apuntaba a Leo a la cabeza le pateó fuertemente el estómago.

—Noooo!!!—Gritó Wang Hong—Por favor, no le hagas nada.

—Vaya, no me digas que te hiciste "amigo" de ese trozo de hombre. Me decepcionas bebé, no puedo creer que después de tenerme a mí, te hayas conformado con eso.—Leo miró confundido a Wang Hong. Celestino se acercó a Wang Hong y le besó la nuca.—Mi amado bebé—repitió una vez más al darle otro beso en la nuca. Leo se dedicó a ver horrorizado la escena. Wang Hong no le quitaba los ojos de encima a Leo y con la mirada rogaba que le perdonara. —Qué? Por qué haces esa cara?—Celestino volteó a ver a Leo.—No me digas que mi bebé no te dijo que yo soy el padre del cachorro.

—Basta—dijo Wang Hong quitando la mano de Celestino de su hombro.—Tú no eres el padre de mi cachorro.—Le miró con odio.

—Acaso crees que me importa? Obviamente sé que es mío, pero no lo quiero. Tu solo fuiste un pasatiempo en lo que volvía a recuperar a mi conejito.—volteó a mirar a Yuuri quien seguía temblando.—Qué te hicieron? mi pequeño conejo. Quien hozo a ponerte las manos encima y embarazarte sin mi permiso?—se acercó a dónde estaba Yuuri—pero está bien, yo aceptaré a ese cachorro como mío. Nosotros tres seremos una bella familia—Sonrió Celestino. Estaba a punto de tomar el rostro de Yuuri cuando Pitchit lo detuvo.