𝐈𝐈𝐈

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Luego de un largo domingo de prácticamente no hacer nada, los tres nos encontrábamos descansando en el jardín del hogar, bajo la sombra de uno de los cerezos japoneses

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Luego de un largo domingo de prácticamente no hacer nada, los tres nos encontrábamos descansando en el jardín del hogar, bajo la sombra de uno de los cerezos japoneses.

Loki se mecía en un columpio que colgaba del mismo cerezo que nos daba sombra, mientras que su madre tomaba el té sentada junto a mí en el diván, y como siempre, esta no dejaba de hablar.

Ya se me había hecho costumbre  el dejar de prestarle atención mientras hablaba, pues la sola presencia del adolescente lograba hacer que me desconcentrara.

Loki, quien se columpiaba sosegadamente en aquel columpio de madera, tenía la mirada perdida, solo Dios sabía en que estaría pensando.

—¡Oh, Christopher! Me alegra tanto que estés cómodo con nosotros, ¡Eres tan buena compañía! ¿Verdad, Lo?—Mencionó Farbauti fallando en el intento de bajar a su hijo de las nubes.

Él se tomó la molestia de responder con un distraído "Ajá.." sin siquiera dedicarle una mirada a su ahora enojada madre.

—¡Loki! ¡Espero que no regreses más distraído de ese estúpido campamento! No se que haré contigo..— Masculló entre dientes lo último, a lo que su desinteresado hijo solo rodó los ojos.

—¿Campamento? ¿Qué campamento?—Nadie se había tomado la pequeña molestia de notificarme sobre aquel campamento.

—¡Olvidé decírtelo, querido! Él asiste a un campamento todos los años antes de regresar a la escuela, ahí podrá hacer todas las estúpidas travesuras que le prohibo hacer.—Respondió animosamente.

—Al menos no tendré que escucharte por dos semanas.—Musitó Loki con molestia.

—Y en cuanto a nosotros, Christopher.—Dijo envolviendo sus manos alrededor de las mías.—Mientras que Loki no esté en casa te podré presentar algunos vecinos y a unas cuantas de mis amistades, ¿Qué dices?—Sonrió ampliamente antes de darle una calada a su cigarrillo.

Le devolví la sonrisa.

No podía decir que era una mujer aburrida, al contrario, era divertida y tenía cierto aire juvenil a pesar de ser un par de años mayor que yo, pero su hijo fue el que empezó a captar mi atención.

—Y ya que hablamos de esto creo que es hora de que Loki se vaya a dormir.—Ella lo miró tratando de darle una indirecta al pequeño.

Loki rodó los ojos y bufó con pesadez antes de ponerse de pie, para luego dirigirse a la sala de estancia y posteriormente colocar un vinilo en el tocadiscos. En cuestión de segundos la casa se llenó de una melodía animada, era "in the mood" de Glenn Miller.

—¡Loki! ¡¿Qué es lo que te acabo de pedir?!—Gritó la mujer enojada.

Él carcajeó en respuesta mientras empezaba a moverse  eufóricamente al ritmo de la música por toda la estancia, con una divertida sonrisa iluminando su rostro.

Empecé a observarlo como pude desde mi asiento en el jardín, y me fue imposible evitar esbozar una pequeña sonrisa al verlo moverse de esa forma.

—No lo puedo creer..—Masculló Farbauti, masageándoce las cienes con sus dedos índices suavemente.—Habrá tanta paz y tranquilidad cuando ya no esté aquí, no te preocupes, Christopher.—Dijo irritada para después ponerse de pie y suspirar pesadamente.—Al menos yo si me iré a dormir, buenas noches.

—Buenas noches.—Me despedí mientras veía como la mujer se adentraba en la casa y aprovechaba en reprender al chico, luego subió escaleras arriba y desapareció de mi campo de visión por completo.

Loki y yo, finalmente solos.

La alegre melodía terminó dándole paso a una más tranquila, "in the mood for love", siendo más precisos.

El azabache se acercó al diván donde yo aún permanecía sentado, para posicionarse frente a mí, a centímetros de mi cuerpo, quedando a mi altura.

Nos miramos en silencio durante unos segundos, detallando con la mirada el rostro del otro. Sentía cierta tensión entre nosotros, una extraña tensión sexual.

—¿Puedes enseñarme a bailar, Chris?—Preguntó mansamente.

Permanecí en silencio pensando en mí siguiente acción. Respiré profundamente antes de asentir lentamente en respuesta, sin despegar mi mirada de la suya.

Me puse de pie y el ojiverde me tomó de la mano, guiándome al salón, de donde provenía la romántica melodía.

Coloqué mis brazos alrededor de su pequeña y delgada cintura, envolviéndolo entre mis brazos, mientras que él enredó los suyos alrededor de mi cuello, poniéndose de puntitas para poder estar de mi altura.

Nos movíanos suave y lentamente al ritmo de la pacífica melodía. Él cerró sus ojos y dejó descansar su cabeza en mi pecho, dejándose relajar por el ritmo.

Noté que había estado queriendo este momento desde hace un buen tiempo, siendo preciso desde que lo vi por primera vez en el jardín de esa casa, tan delicado y hermoso como si fuera de porcelana.

—¿Papi?

—¿Si?—Respondí a su llamado mientras acariciaba la parte baja de su nuca.

—Llévame a la cama.—Ronroneó volviendo a cerrar sus ojos. Obedecí sus órdenes rápidamente, y lo llevé en brazos hasta su habitación, lo coloqué suavemente sobre la cama y planté un pequeño beso en su frente.
Cuando me dispuse a dejar la habitación él se apresuró a tomar mi mano entre la suya, impidiendo que me moviera.

—No te vayas, por favor.

❝ 𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐁𝐎𝐘 ❞ | 𝒉𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆𝒔𝒘𝒐𝒓𝒕𝒉/𝒕𝒉𝒐𝒓𝒌𝒊 𝑨𝑼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora