𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈

206 24 7
                                    

࿐◞ ゚.*・。゚

Deambulé por la espesa arboleda del bosque siguiendo un camino que me llevó a la carretera, por donde caminé con un destino incierto durante un aproximado de treinta minutos, con la esperanza de encontrar—estando en medio de la nada—algún taxi que...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Deambulé por la espesa arboleda del bosque siguiendo un camino que me llevó a la carretera, por donde caminé con un destino incierto durante un aproximado de treinta minutos, con la esperanza de encontrar—estando en medio de la nada—algún taxi que pudiese llevarme de regreso la pensión. Dentro de unas horas anochecería y lo último que quería era perderme en aquel desolado rincón de Perugia, donde los campos, la mansión y el viñedo eran lo único que llenaba el espacio vacío con sus pintorescos aires de grandeza.

Caminaba cansado y cabizbajo, completamente desarreglado. Mi camisa blanca estaba arrugada, mis zapatos ya no tenían aquel brillo que les daba el lustrado y mi cabeza era un desastre, tanto mi mente como mi cabello parecían haber pasado por una tormenta, arrasados por un ciclón. Me torturaba pensando, maquinado un plan, el plan ideal para regresar a casa con mi adorado ojiverde y ayudarlo a empezar una vida completamente distinta a la adúltera que vivía en aquel entonces. Estaba dispuesto a todo, a darle todo como siempre lo hice y a llenar el vacío de su decepcionada alma, a hacerlo feliz.

Solo había un detalle, le daba miedo huir. Y tenía toda la razón, pues era aterrador pensar en lo que podía estar haciendo en esa pomposa pero muy repulsiva mansión. Era inquietante el solo pensamiento de que podría ocurrirle algo en cualquier instante, pero por sobre todo era tan repugnante pensar en Pietro, quien no lo dejaba respirar tranquilo.
Lo repugno, lo odio, lo aborrezco por haberme arrebatado a Loki por tanto tiempo y de la manera más tonta, algo que pude haber evitado si no hubiese sido tan tonto, o como Loki prefería decirme: "Bruto".

Apenas terminaba de caminar el primer kilómetro cuando apareció en mi campo de visión una camioneta blanca que en la maletera cargaba sacos de solo Dios sabe que. Al verme perdido se apiadó de mí y me ofreció llevarme a la ciudad, pues él también se dirigía a allí. Con su ayuda pude llegar a la mansión dentro de una hora más, hora en la que me interrogó con preguntas como: "¿Usted que hace por aquí?" "¿Cuál es su nombre?" "¿Hace cuanto está perdido?", preguntas desinteresadas pero que prefería ante todo evadir.

Al llegar a mi destino le agradecí al hombre por su amabilidad y me bajé del auto, caminé hacia la entrada de la pensión, crucé la recepción y subí las escaleras dispuesto a dirigirme a mi habitación. Cada escalón se me hacía eterno, estaba muy cansado. Al llegar a la puerta toqué la misma esperando que Anthony estuviese dentro, de lo contrario tendría que esperar sentado hasta que él regresara con la llave de la habitación.

Al cabo de unos segundos de silencio acepté mi destino y tomé asiento en el piso recostando mi espalda en la puerta, dispuesto a tomar una siesta hasta que Anthony regresara, no obstante la puerta se abrió, haciendo que mi espalda cayera contra el piso de madera y que a consecuencia soltara en quejido.

—Ah, eras tú. Pasa, querido Chris, haznos compañía.—Dijo Anthony dándome una mano para ponerme de pie.

Me puse de pie y me adentré a la habitación junto a Anthony, para luego cerrar la puerta luego de que ambos estuviésemos dentro.

❝ 𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐁𝐎𝐘 ❞ | 𝒉𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆𝒔𝒘𝒐𝒓𝒕𝒉/𝒕𝒉𝒐𝒓𝒌𝒊 𝑨𝑼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora