𝐈𝐗

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Era de madrugada y lo único que se podía escuchar dentro y fuera de la casa eran los truenos y relámpagos  provocados por la estruendosa naturaleza

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Era de madrugada y lo único que se podía escuchar dentro y fuera de la casa eran los truenos y relámpagos provocados por la estruendosa naturaleza.

La luna y las estrellas brillaban y la tranquilidad en la casa era perfecta, sin embargo me sentía vacío, incompleto y rotundamente aburrido, todo gracias a mi incapacidad de poder conciliar el sueño. Insomnio.

Cerca de las dos y media de la madrugada escuché unos pequeños golpecitos en la puerta de mi habitación. Al principio no les presté mucha atención gracias al cansancio y la pereza de no querer despegar mi cuerpo de las tibias sábanas que envolvían mi cuerpo, pero con el paso de los segundos se hicieron más intensos así que decidí que era hora de ver que sucedía con mi pequeño.

Con pereza me levanté de la cama y arrastrando los pies me acerqué a la puerta, para luego abrirla lentamente y encontrarme con el pequeño cuerpo de Loki temblando como gelatina.

—¿P-puedo dormir contigo esta noche?—Preguntó rápidamente mientras abrazaba fuertemente un pequeño oso de peluche que traía con él.

Asentí somnoliento dejándolo pasar a la habitación. En un abrir y cerrar de ojos él ya se encontraba envuelto cómodamente entre las sábanas.

Regresé a la cama y me acomodé a un lado suyo dándole la espalda, con la esperanza de que esta vez pueda quedarme dormido, sin embargo unos suaves y pequeños brazos se envolvieron alrededor de mi espalda.

—¿Chris? ¿Estás despierto?—Preguntó en un susurro.

No pude evitar soltar un casi inaudible bufido antes de responder.

—Si, pequeño.

—¿Puedes dormir? Yo no, es que.. los truenos me asustan.—Me volteé rápidamente para mirarlo de frente.

Su rostro se veía temeroso y debajo de sus ojos habían unas pequeñas bolsas violetas. Definitivamente el pobre le tenía miedo a las tormentas.

—No tienes porque temerles, pequeño.—Le acaricie suavemente su rosada mejilla con mi pulgar.—Es parte de la naturaleza.

—Si lo se, pero.. ¡Hacen demasiado ruido!

De pronto se escuchó otro trueno, haciendo que el ruido retumbe por todo el ambiente. Loki temeroso se escondió raudamente debajo de las sábanas, protegiéndose de los estruendosos ruidos.

—Hey, pequeño.. —Dejé salir una pequeña risa y me metí debajo de las sábanas con él. —Siempre estaré para protegerte de las tormentas, no tienes por qué tener miedo si estás conmigo. Recuerda que no te voy a abandonar, ¿Si?

—¿Lo prometes, papi?

—Lo prometo, Loki.

Él sonrío ampliamente mientras se acurrucaba entre las sábanas y mi pecho, yo lo envolví entre mis brazos para que finalmente ambos caigamos en los brazos de Morfeo, haciendo que el vacío que antes sentía se desvaneciera.

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Al abrir mis ojos en la mañana sentí un bulto entre mis brazos, un hermoso bulto.

Loki todavía dormía, y sí que se veía hermoso al hacerlo, se veía tan tranquilo y sereno que me daba cierta tristeza tener que despertarlo, así que no lo hice.

Me levante silenciosamente de la cama, me desvestí y me volví a vestir, lave mi cara y dientes y bajé hacia la cocina para preparar el desayuno.

Llevaba puesto alrededor de mi cintura un mandil para no ensuciarme la ropa, el cual habría hecho que me burlara de mí mismo si me hubiera visto desde lejos.

Me estaba convirtiendo en lo que nunca quise ser, una ama de casa. Aún así, tener un "hijo" sin madre conllevaba a que realizara yo solo las odiosas tareas domésticas.
Fue una época complicada, ya que en estos días ese era el trabajo de mi esposa, la cual ya no tenía, hacer las tareas domésticas y criar a los hijos, yo solo tenía que ir a trabajar. Sin embargo tuve que acostumbrarme a aquella nueva y hogareña rutina.

Eran las 7:00 de la mañana cuando escuché unos pequeños pasos acercándose a la cocina.

Le dí un sorbo a mi taza de café antes de asomar mi mirada ligeramente a un lado del periódico y ver la silueta de Loki—aún con pijama y un tanto somnoliento—acercarse hacia la mesa de la cocina, donde me encontraba desayunando.

Regresé mi vista a la sección del clima antes de articular un "Buenos días." Él dejó salir un bostezo antes de colocarse detrás mío, envolver sus brazos alrededor de mi cuello y responderme con un "Buenos días, papi." Besé suavemente una de sus manos que colgaba por mi pecho haciendo que él me respondiera con un beso en la parte baja de mi nuca.

—¿Me preparaste algo para desayunar, Chris?—Preguntó sentándose frente a mí.

—Tu desayuno está al lado de la cafetera, pequeño.—Le señalé mostrándole un plato con panqueques, a lo que él automáticamente sonrió.

Después de todo no fuí una mala ama de casa.

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—¿Te tienes que ir? ¿Por qué no te puedes quedar en casa conmigo?

Preguntó tristemente mientras se acomodaba en el diván del jardín, observando cómo caminaba de un lado a otro tomando mis libros, fichas y demás instrumentos para ir a la escuela.

—Sabes que tengo que irme, Lo.—Respondí guardando mis cosas en el maletín.

Aunque Farbauti desapareciera de la faz de la tierra yo seguí asistiendo a la escuela, aún así quería dejarle a Loki un par de días libres. No quería precionarlo con los deberes después de que su madre falleciera.

—Te prometo que te lo recompensaré.—Respondí.

—¿Qué clase de recompensa?—Preguntó coquetamente.

Lo miré de arriba a abajo. Llevaba una sonrisa pícara y su mirada era sugestiva. Él era el perfecto término medio entre lo inocente y lo prohibido.

—¿Un dulce?—Sugerí.

—¡No se vale!—Hizo un puchero.—No me quiero quedar solo, papi.

Me puse de cuclillas para estar a su altura.

—Regresaré pronto, pequeño. En menos de lo que esperas estaré de vuelta ¿Si?

Coloqué un suave beso en su frente para luego dirigirme a mi auto, dispuesto a irme.

***

❝ 𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐁𝐎𝐘 ❞ | 𝒉𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆𝒔𝒘𝒐𝒓𝒕𝒉/𝒕𝒉𝒐𝒓𝒌𝒊 𝑨𝑼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora