𝐈𝐕

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࿐◞ ゚.*・。゚

—¿Qué?—Musité nervioso

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—¿Qué?—Musité nervioso.

Esto iba a terminar mal, muy mal.

—No te vayas, ¿Recuerdas que tienes problemas para dormir? Yo también los tengo.—Habló con parsimonia.—Siéntate conmigo.—No dudé en acceder a su petición y me senté a su lado como la noche anterior.

Luego de incorporarse en la cama, lo único que hacía era observarme. Batía sus pestañas elegantemente mientras detallaba con su mirada todo mi rostro.

—Me gustan tus ojos y tu cabello—él curvó sus labios en una tímida sonrisa mientras enredaba uno de sus dedos en uno de mis mechones de cabello.—También tu barba y tus labios.— finalizó
bajando sus elegantes dedos a mis labios, tocándolos con timidez y cierta inseguridad.

Conectó nuestras miradas una vez más, logrando que en lo más profundo de mí brotara una extraña sensación de incomodidad, una incomodidad que solo podrían brindarme sus profundos ojos, una incomodidad que por más raro que fuese me fascinaba. Adoraba lo incómodo que me hacía sentir su intensa mirada.

Se acercó a mí lo suficiente como para que pudiera sentir su aliento chocar contra el mío y luego de una dramática cantidad de segundos, acortó el espacio que había entre ambos, colocando un suave e inocente beso sobre mis labios.

Fue un simple y dulce roce del cual nos separó casi al instante de tocarnos, un roce tan pequeño e inexperto.

Luego de apartarnos unos centímetros, noté que los efectos secundarios del beso se tomaban la molestia de teñir sus mejillas de un suave tono rosa, lo que lo hacía lucir aún más encantador y tierno de lo que ya era.

De pronto volvió a juntar nuestros labios completamente decidido, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello y acercando nuestros rostros más cerca de lo que ya estaban. Inició un nuevo beso, y esta vez era uno de verdad.

No había forma de que hubiese rechazado sus jóvenes e inexpertos labios, por ello le correspondí el beso moviendo mis labios contra los suyos de forma más amaestrada.

Perdí la cordura por completo cuando se le escapó un agudo gemido de sus perfectos labios. De pronto una ola de calor había invadido la habitación, llevándome a deshacerme de mi camisa con desesperación, librándome de la sofocante sensación de calor que torturaba cada rincón de mi cuerpo.

Después de haberme deshecho de la prenda me dispuse a colocarme  sobre él a horcajadas, de forma que él quedase debajo mío, para luego volver a unir nuestros labios en un desesperado encuentro, dejando que de rato en rato nuestras lenguas juguetearan un poco.

Acariciaba sus cabellos con delicadeza, logrando que de sus labios se escaparan angelicales suspiros.

Todo era perfecto.

❝ 𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐁𝐎𝐘 ❞ | 𝒉𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆𝒔𝒘𝒐𝒓𝒕𝒉/𝒕𝒉𝒐𝒓𝒌𝒊 𝑨𝑼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora