❝ 𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐁𝐎𝐘 ❞ | 𝒉𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆𝒔𝒘𝒐𝒓𝒕𝒉/𝒕𝒉𝒐𝒓𝒌𝒊 𝑨𝑼

𝐕𝐈𝐈𝐈

࿐◞ ﾟ.*･｡ﾟ

—¿Qué lees? ¿Algo sucio?—Preguntó el pequeño sentado a mi lado, arrebatándome el periódico de las manos.

—¡Hey!—Le quité mi lectura de las manos y le di un pequeño golpecito en la cabeza con este, a lo que él rió en respuesta.—Consíguete tu propia revista.

Ambos Estábamos sentados en el sillón del salón principal, yo leía el periódico matutino mientras fumaba un cigarrillo y Loki solo admiraba el jardín desde el asiento, llevando en el rostro la mirada más aburrida que jamás había visto.

En un descuido se subió a mi regazo y empezó a jugar con mi entrepierna descaradamente.

—¿Papi?—preguntó a lo que yo respondí con un distraído "¿Si?".—Estoy aburrido, juguemos a algo.—Sugirió haciendo que apartara mi mirada del periódico. Coloqué el cigarrillo en un cenicero para luego observarlo de forma neutra.

—¿A qué quieres jugar, pequeño?—Sonrió pícaramente antes de juntar nuestros labios velozmente y envolver sus brazos alrededor de mi cuello.

No pude evitar seguirle su pequeño juego y correspondí el tranquilo beso haciendo a un lado el periódico para envolver mis manos alrededor de su pequeña cintura.

Él acomodó sus piernas alrededor de mi cintura, frotando su trasero con mi entrepierna.

Abrí mis ojos y me encontré con su mirada juguetona, mientras que nuestras lenguas jugaban lentamente, dando como resultado que al separarnos dejaran un pequeño hilo de saliva entre nosotros.

Aún así, decidí romper el beso.

—¿En serio quieres hacer esto?.. ¿Otra vez?—Musité alzando una ceja.

Él me miró confundido.

Me sentía culpable al volver hacerlo con él. Se sentía increíble, pero no sería increíble que me arrestaran por pedofilia.

—¿Por qué no querría hacerlo otra vez?—Respondió recostándose entre mis brazos.—Eres tan.. bueno.

Cerré mis ojos un par de segundos y solté un suspiro pesado.

De todas formas yo quería hacerlo, y mucho.

Lo cargué y llevé en brazos escaleras arriba, directo hacia su habitación. Lo coloqué delicadamente sobre la cama y cerré la puerta de la habitación. Finalmente me acerqué a él y me recosté a su lado en el colchón.

Empecé a llenar su cuello con suaves e inofensivos besos, haciendo que él soltara angelicales suspiros. Llevó sus brazos a mi espalda y con algo de esfuerzo retiró mi camisa, para luego buscar mis labios con los suyos y juntarlos pasivamente.

Sin poder haberlo evitado pasaron los minutos y ambos ya nos encontrábamos completamente desnudos disfrutando del cuerpo del otro de forma un poco más desesperada.