❝ 𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐁𝐎𝐘 ❞ | 𝒉𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆𝒔𝒘𝒐𝒓𝒕𝒉/𝒕𝒉𝒐𝒓𝒌𝒊 𝑨𝑼

𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈𝐈

࿐◞ ﾟ.*･｡ﾟ

Loki ,, 8:05 p.m.

—¿Qué ocurre? ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo?—Indagó preocupado mientras se separaba de mí, de forma que pudiera verme mejor.

Sorbí mi nariz mientras me alejaba algunos centímetros de él, asintiendo con la cabeza en respuesta.

—Tu nariz está sangrando y estás todo mojado..—Musitó.—Pasa, rápido.—Ordenó abriéndome paso, para luego cerrar la puerta detrás suyo.

—¿Que te pasó? ¿Por qué estás herido?—Indagó acercándose a mí, que me había quedado quieto y detrás suyo.

Detalló mi cuerpo con detenimiento, hasta notar que no portaba camisa alguna y que mi pecho estaba siendo cubierto únicamente por la chaqueta de cuero.

—¿Y tu camisa?—Preguntó con el ceño levemente fruncido.

Me quité la chaqueta sin separar nuestras miradas y la tiré sobre una de las dos camas de la habitación, dejando al descubierto los recientes moretones que se formaron desde mi cuello hasta un poco más arriba de mi abdomen.

Christopher abrió sus ojos con asombro, observando cada una de mis marcas. Mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas, sentía tanta vergüenza.
La sorpresa que lo invadía no lo dejaba hablar, balbuceaba nervioso las posibles palabras que trataba emitir, sin separar su mirada de mi cuerpo. Frunció el ceño.

—¿Quién te hizo eso?—Atinó a decir.

—No quiero hablar de eso ahora.. Por favor..—Sollocé volviéndome a aferrar a su cuerpo.

—Suéltame, tengo que limpiarte la sangre y curar tus heridas, no puedo dejar que se queden así..

—¡No! Estoy bien, solo.. necesito que me abraces.—Manifesté con la voz quebrada.

Soltó un suspiro y me abrazó de vuelta con tanta fuerza como yo, colocando un pequeño beso sobre mi coronilla, mientras que por mi parte me dedicaba a sollozar sobre su hombro, continuando con mi proceso de eliminar todo el dolor del que era preso.

—¿Cuando me dirás lo qué pasó?

—Cuando esté listo.—Musité en su hombro.

Suspiró pesadamente.

—Ven, siéntate aquí.—Indicó llevándome hacia la cama.

Tomé asiento sobre la misma mientras temblaba, tanto de frío como de temor.
Christopher lo notó y rápidamente fue hacia el otro lado de la cama donde habían algunas maletas y de ahí sacó una camisa y un pantalón bastante holgados—asumí serían su ropa de dormir—y una toalla, regresó a donde yo estaba y se dispuso a secar las partes húmedas de mi cuerpo con la toalla.

—Auch.—Me quejé al sentir como palpaba la toalla sobre una de las marcas.

—¿Te duele?—Indagó viéndome preocupado.