"𝙻𝚞𝚣 𝚍𝚎 𝚖𝚒 𝚟𝚒𝚍𝚊, 𝚏𝚞𝚎𝚐𝚘 𝚍𝚎 𝚖𝚒𝚜 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚊ñ𝚊𝚜. 𝙿𝚎𝚌𝚊𝚍𝚘 𝚖í𝚘, 𝚊𝚕𝚖𝚊 𝚖í𝚊"
【１９５０'ｓ】
Christopher es un treintañero solitario que no tiene cuando sentar cabeza. Loki, un adolescente tan t...
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Chris ,, 6:15 p.m
Ya en Florencia ambos fuimos conducidos al hotel donde nos quedaríamos por dos semanas, lugar donde Natalie también se hospedaba.
De rato en rato lo escuchaba bufar profundamente mientras yacía recostado sobre sus brazos, observando a través de las oscuras gafas de sol los campos italianos siendo iluminados por la puesta de sol.
Me dedicaba a observar atentamente cada uno de sus movimientos, que francamente, se notaban cansados. Probablemente pensaba en lo cruel que era con él al llevarlo conmigo y Natalie en este viaje, ya que no dudó en dejármelo claro.
Ni una palabra durante todo el trayecto.
—Oye, al menos mírame.
—Me caes mucho mejor cuando no te puedo ver.—No despegó su vista de los pintorescos paisajes.
No tuve mas opción que rendirme, después de todo él era el dramático, no yo.
Al llegar al hotel bajamos del vehículo y nos adentramos al lobby, mientras que uno de los botones llevaba el equipaje hasta la habitación ya reservada.
—¡Christopher!
Sonreí inconscientemente ante el llamado de la fémina que se encontraba a poca distancia de nosotros.
Envolví entre mis brazos a mi antigua compañera, sintiendo la neutral—pero exageradamente molesta—mirada de Loki sobre mi espalda, seguramente pensando en cómo se vengaría de mi por tales acciones.
—¡Te extrañe mucho, amore mio!—Sonreí nerviosamente, lo último que quería era que mi pequeño lo malinterpretara.
—Yo también te extrañe, Nat.—Respondí colocando fugazmente un pequeño beso en su mejilla.
—Cof, cof.—El adolescente Interrumpió el pequeño abrazó con un sonoro "Ataque de tos", dándome a entender que ya era suficiente cariño.
—Oh, casi lo olvido. Natalie, él es Loki, mi hijastro. Loki, ella es Natalie, mi mejor amiga.
—Es un placer el por fin conocerte, Loki. Chris tuvo el encanto de hablarme sobre ti hace un tiempo.—Sonriente se agacho para estar de su mediana altura.
—También es un placer conocerte, Natalie. Pero lo cierto es que Christopher nunca te había mencionado antes.—Una brillante y falsa sonrisa se esbozó en su rostro.
Un silencio un tanto incómodo se formó en el ambiente, cosa que logró que Loki cambiara de tema.
—Papi, si me necesitas estaré en el jardín.—Finalizó la conversación quitándose por primera vez las gafas de sol para luego alejarse entre las personas que transitaban el hotel, dejándome con la palabra en la boca.
