𝐄𝐏Í𝐋𝐎𝐆𝐎

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1959El velo oscuro de la noche me tenía dormitando desde ya varias horas atrás

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1959
El velo oscuro de la noche me tenía dormitando desde ya varias horas atrás. Gracias a la espesa oscuridad dispersa en cada esquina de la habitación y al silencio que se hacía pronunciar a esas horas de la madrugada podía hacerme creer que realmente estaba descansando, más parecía ser que mi mente había madrugado y se veía impulsada por un feroz sentimiento de inquietud y motivación por volver a iniciar un nuevo día en la misma rutina. Mientras que mi cuerpo venía rogando piedad y tan solo un poco descanso para recargar energías y poder seguirle el ritmo a mi motivada mente, sin embargo se me hacía inalcanzable llegar si quiera al primer sueño. Para las tres y media de la madrugada tanto mi mente como mi cuerpo habían tomado caminos distintos, dejándome abandonado en una noche en la que no sabía qué hacer. No quería hacer nada. No quería dormir, no quería caminar y no quería perderme en la palidez del techo, mas eso fue lo que hice. Bufé frustradamente mientras miraba un punto fijo en el techo, dejándome envolver por una lluvia de ideas que esperaba me llevara a caer en un profundo sueño.

Los últimos sucesos en mi vida no habían sido tan alentadores, bueno, eso solo si lo veía desde un punto de vista muy negativo, aunque sigo creyendo que desde cualquier punto de vista sería un desastre.
Luego de lo que ocurrió en Perugia, los años volaron rápidamente. Ya habían pasado dos años y medio y ambos llevábamos una vida tan tranquila como corriente, eso sí, bastante feliz. Todavía vivimos en la casa de Australia, la única diferencia es que Mary se fue a vivir a Nueva York junto a su supuesto prometido, un bohemio muchacho español que conoció en la universidad mientras todavía vivía con nosotros en Melbourne. Su falta de presencia en la casa nos dejaba libres de hacer lo que sea sin que sospechara de nosotros, porque obviamente nunca le hablamos de lo "nuestro". Nadie más lo supo, y tengo planeado llevarme el secreto conmigo a la tumba.

Mi "pequeño" rizado cumplió veintitrés el mes pasado, naturalmente, continuó con sus estudios, solo que no como los demás jóvenes de su edad. Ambos agradecimos—Bueno, yo más que él—el hecho de que en mis años de universidad completé la carrera de profesor, pues me sirvió de ayuda para apoyarlo como su tutor, de forma que con mi apoyo se puso al día con los últimos años de secundaria y con un ligero asesoramiento para antes de dar el examen para ingresar a la universidad, el cual daría la próxima semana. Se negaba a seguir una carrera universitaria, diciendo que una profesión común y corriente no era para él y que no lo haría tan feliz. Su sueño iba encaminado por la fascinante carrera del actor. Deseaba ser un famoso intérprete de dramas y tragedias, salir en filmes muy populares y estar en boca de todos, por más que lo último solo lo dijera de "bromita". Considerando su preferencia laboral, no nos quedó más opción que llegar a un acuerdo: Él estudiaría una carrera profesional en la universidad y yo le pagaría mientras tanto una escuela de teatro. Todos felices.

Cambié de posición en la cama y esta vez me quedé perdido en su espalda. El dorado bronceado que tenía su piel se esfumó con el pasar de los primeros meses en su nuevo hogar, quedando su piel tan blanquecina como antes. Solo uno que otro lunar hacia resaltar la palidez de su espalda. Era algo bastante extraño que se hiciera tan pálido apenas abandonó el tratamiento de bronceado que llevaba en Italia, pues el sol australiano era lo suficientemente fuerte como para evitar que se blanqueara rápidamente. Su dorada cabellera tampoco se quedó atrás. Los rizos permanecieron, más el oscuro rubio que teñía sus cabellos también se deshizo con el pasar del tiempo, siendo su cabello ahora tan negro y brillante como antes solía ser. Y sus ojos, sus preciosos ojos seguían siendo los mismos de siempre. Eternamente emotivos y brillantes. Era el vivo retrato de su adolescencia, el mismo fantasma que tiempo atrás disfrutaba con atormentarme.

❝ 𝐁𝐄𝐀𝐔𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐁𝐎𝐘 ❞ | 𝒉𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆𝒔𝒘𝒐𝒓𝒕𝒉/𝒕𝒉𝒐𝒓𝒌𝒊 𝑨𝑼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora