Thirty Eight ❤

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Ailén.

Dejame ayudarte

Esas palabras me habían dejando estática, no sabia que responderle. Yo quería contarle todo pero aunque lo intentara no podía, tenia miedo, miedo de que él me juzgara y no me entendiera. Tenia miedo de que él se alejara de mi y que me dejara como todos, tenia miedo de todo y no podía evitarlo

—Ailén— llamó abrazandome —Sabes cuantas veces lloré porque no podía hablar ni contarle mis cosas a mi madre era difícil para mi saber que había quedado solo en este mundo pero Minsuk se encargó de ayudarme. Ella me escuchó y me apoyó, gracias a ella pude sacar todo lo que tenia retenido desde hace años y cuando lo hice me sentí mejor porque compartí mis penas con ella. Por eso también te pido que tú hagas lo mismo conmigo, dejame ayudarte, habla y deja salir todo eso que llevas callando todos estos años, desahogate y cuentame yo no te juzgare al contrario te voy apoyar y voy estar contigo siempre. Por favor Ailén solo dejame ayudarte

—Jimin.... Yo — lo abracé fuerte y mis lágrimas salieron como si un río desbordara de mis ojos.

—Tranquila, llora lo que quieras yo estaré aquí —acarició mi cabello.

Mi llanto era tan fuerte que no podía pararlo, mis lágrimas salían sin control. La camisa de Jimin estaba completamente mojada pero a él parecía no importarle

Mis brazos rodeaban la cintura de Jimin con fuerza, quería apegarme a él y nunca soltarlo, no quería alejarme de él, quería seguir así por mucho tiempo

Había llegado el momento de sacar todo lo que tengo retenido, creó que es hora de dejar mi miedo a un lado y enfrentarme a esto. Jimin tiene razón tengo que desahogarme y así poder sentirme mejor

—Te contaré — dije entre cortado— Por favor, solo escuchame ¿Si?— bajé mi cabeza y me senté en el sofá que estaba ahí. Él hizo lo mismo y me tomo de ambas mano entrelazandola con las de él.

—Te escucho

—El mayor problema fue cuando nací—reí irónica —Arruiné la vida de mis padres, ellos tenían muchas cosas planeadas pero un embarazo no deseado arruinó sus planes, mamá tuvo que dejar la escuela y su sueño de ser una bailarina se fue a la basura y papá tuvo que dejar al igual que mamá la escuela y ponerse a trabajar en algo que no le gustaba, papá quería que me abortaran pero mi madre no tuvo el valor de hacerlo, su odio por mi aumento conforme pasaban los años. Ellos querían controlarme pero yo siempre fui una niña rebelde y...... —mis lágrimas comenzaron a salir nuevamente al recordar mi dolorosa vida. Jimin paso su mano por mi mejilla limpiando mis lágrimas y sonriendo para indicarme que continuara.

—Papá..... Me castigaba —lloré fuerte —al principio solo eran pequeños golpes que según él eran para que aprendiera a comportarme y a no ser tan problemática, al pasar los años esos pequeños golpes fueron aumentando y ahora dejaban marcas muy fuertes, mamá nunca me ayudó siempre decía que papá lo hacia para educarme pero aun así yo seguía siendo igual, no me importaba recibir golpes de mi padre porque al desobedecerlos sentía que podía ser libre y hacer lo que yo quisiera.

—Cuando nació mi hermana los castigos disminuyeron un poco ya que ellos mantenían su atención en ella pero cuando creció descubrí que también me odiaba, no entendía porque si jamás hice algo para que lo hiciera, siempre la cuidé y me prometía de que haría cualquier cosa para que ella no pasara lo mismo que yo pero estaba equivocada; mi misma hermana hacia que papá me castigara, ella al igual que toda mi familia me odiaba. No tenia a quien mas recurrir y pedirle ayuda, empecé a convertirme en mi propia ayuda, me encerraba en mi habitación a llorar y a preguntarme que había hecho mal para que ellos me odiaran así. Nunca tuve a quien contarle como me sentía, jamás nadie me dijo que me apoyaba y que estaba orgullosa de mi, solo recibía maltratos por mi padre.

—Cuando él me golpeaba y me dejaba marcas en la piel, nunca había nadie quien me ayudará a curarlas tenia que aguantarme el dolor y dejar que solas sanaran. Estaba sola en el mundo y por eso mismo empecé a odiarlos a todos, nunca me lleve bien con nadie, no tenia amigos porque me veían como un bicho raro pero lo que ellos jamás pensaban era en lo mucho que yo sufría.

—¡Basta!— gritó Jimin abrazandome con fuerza, podía sentir su lágrimas cayendo sobre mi sudadera y no podía evitar llorar mas al saber que él también lo estaba haciendo.

—Aun no termino— me alejé de él — Nunca pude confiar en un hombre, siempre pensé que todos eran iguales y que si mi papá no me quería menos lo haría un hombre. Mi propósito era trabajar y recaudar dinero para irme lejos de mi familia y no volverlos a ver y aun tengo pensado hacerlo

—¿Que? No, tú no te puedes ir — lloró acariciando mi mejilla — Ailén no quiero que te vayas, tu no tienes la culpa de nada. Lo que deberías hacer es denunciar a ese maldito que tienes como padre, él jamás debió pegarte así

—No, no puedo hacer eso a pesar de todo es mi padre

—Ailén, aunque sea tu padre no puede tratarte así, eso es maltrato y tiene que pagar

—No Jimin, olvida eso. Por esta razón no quería hablar de esto

—Esta bien, yo prometí apoyarte y aquí estaré —me abrazó —Pero por favor borra de tus planes esa idea de irte

—Lo haré— susurré en su pecho— Solo te pido que por favor nunca me dejes, no soportaría perder a la única persona que me a hecho sentir querida

—Jamás lo haría— tomo mi mejilla y junto sus labios con los mios.

Una sensación enorme recorría todo mi cuerpo y sus labios humedecidos por nuestras lágrimas era mucho mejor. Abrí un poco mi boca dándole paso a su lengua que recorría toda mi cavidad bucal, miles de sensaciones me invadían y solo podía pensar en que Jimin me volvía loca y que lo estaba queriendo como jamás quise a nadie

𝗘𝘆𝗲 𝘀𝗺𝗶𝗹𝗲 ◡̈ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora