Thirty Two ❤

1.8K 153 1
                                    

Ailén.

Abrí mis ojos lentamente después de haber dormido un buen rato, frote mis ojos para adaptarme a la poca luz que entraba por la ventana

Cuando vi Jimin estaba dormido mientras me abrazaba fuerte. Aun me costaba creer que esto estuviera pasando y me daba gusto verlo ahí junto a mi con sus mejillas rosadas y sus labios abultados y saber que si era real

Mi vida acaba de dar un giro inesperado, me corrieron de casa y cuando deseaba solo morir apareció Jimin y ahora me encontraba en su casa con él en su cama.

Me imaginé todo menos esto, cuando mis padres me corrieron pensé que moriría sola sin nadie quien me ayudará, jamás pensé que el que terminaría ayudandome iba ser Jimin y a pesar de todo estoy feliz de que haya sido él

—¿Como te sientes?— preguntó Jimin moviéndose bajo las sabanas para quedar más pegado a mi.

—Bien — dije en voz baja— Jimin, yo...

—No digas nada — me abrazó mas fuerte poniendo su cara en mi pecho—¿Quieres cenar?— preguntó sin separarse de mi.

—Esta bien— respondí tímida.

—Quisiera quedarme así siempre pero tenemos que cenar— río alejándose de mi—Ven—me tomó de la mano y me jaló fuera de la cama.

Me llevó de arrastra hasta la enorme cocina, me sentó en un asiento junto a la barra y empezó a sacar algunas cosas del refrigerador

—¿Puedo ayudarte? — dije viéndolo pero él me daba la espalda ya que seguía sacando cosas.

—Tú quedate ahí yo me encargo— sonrió guiñandome un ojo.

Jimin empezó a partir cosas mientras mezclaba otras en el sartén, yo estaba ida viéndolo. Parecía un chef profesional, él siempre me sorprendía tenía muchos talentos ocultos

Pasaron varios minutos y Jimin por fin había terminado de cocinar, sirvió dos platos y se sentó junto a mi

Lo que había preparado se veía tan bien, nunca había visto un platillo igual pero se veía delicioso además Jimin lo había preparado para mi y eso era algo hermoso

—Come— ánimo llevando un poco de su comida a su boca.

Asenti y empecé a comer y a como pensé era delicioso, Jimin no deja de sorprenderme, su comida era deliciosa

—Muchas gracias— dije bajando mi cabeza.

—No tienes nada que agradecer — tomó mi mejilla e hizo que lo viera —Me encantas— dijo para unir de inmediato sus labios con los mios, me había tomado por sorpresa, sus besos eran tan exquisitos que ya no podía resistirme a él.

Después de unos minutos él se separó de mi, mordió mi labio inferior haciendo que diera un pequeño gruñido y en ese instante una enorme sonrisa se posiciono en su rostro.

—Deja de robarme besos— lo empujé fuerte y él solo río.

—Se que te gusta que lo haga— siguió riendo.

—¡Estúpido!— grité poniéndome de pie. Él no paraba de reír.

—¿A donde crees que vas?— preguntó tomandome de la muñeca.

—Lejos de ti— bromeé empujándolo.

—Jamás podrás alejarte de mi—dijo tomandome de la cintura —Aunque intentes alejarte de mi siempre, siempre tratare se acercarme a ti aunque no quieras — acariciaba mi rostro como si fuera algo que temía a romper.

—No quiero alejarme de ti— dije con voz baja abrazándolo lo mas fuerte que podía. Por fin me habían atrevido a decirlo y solo espero no arrepentirme.

—Mírame — dijo tomandome de los hombros — Ailén, siempre puedes contar conmigo, sé que aun no confías en mi para contarme tu vida pero quisiera poder ayudarte y entender un poco lo que te esta pasando. No te voy obligar a que me digas yo esperare hasta que puedas decirme

No podía responder nada, solo pude llorar. Sentía que mis lágrimas salían solas, sentía que quería desahogarme con él, quería llorar sin importarme que me viera, quería decirle todo lo que me pasaba pero no podía, un nudo en mi garganta me impedía hablar.

No era falta de confianza era miedo, miedo a recordar todo el daño que me habían hecho, todos estos años me guarde todo jamas he hablado con nadie sobre mi vida y hacerlo ahora me costaba mucho

—No llores por favor— susurró sobando mi espalda —No sabes cuando me duele verte así — me estrecho entre sus brazos haciendo que me sintiera segura y protegida con él.

Mis lágrimas no paraban de salir sentía que pronto me quedaría sin lágrimas pero no me importaba quería llorar y desahogarme, quería sacar todo lo que tenia retenido. Ya ni si quiera me importaba que él me mirara derrotada, porque así era como me sentía en estos momentos, me sentía la peor basura.

No tengo a nadie en el mundo, estoy sola a excepción del tierno chico que esta abrazandome en estos momentos pero que seguro en algún momento se cansara y me abandonara como mis padres lo acaban de hacer

Mi mayor miedo no era enamorarme de Jimin; mi mayor miedo era que él me dejara como todos, que un día él se cansara y se fuera.

Jamás me había enamorado de alguien y ahora que creo estarlo el miedo me impide poder dar todo de mi y eso sera un motivo para que Jimin en cualquier segundo se canse de mi y de mi maldito miedo

Todos estos años que sufrí de maltrato por mi padre, solo entendí una cosa y es que una pareja puede estar muy enamorada pero en algún momento todo puede arruinarse.

Mis padres estaban muy enamorados pero yo arruine su felicidad y me da terror arruinar también la vida de Jimin, no soportaría verlo siendo infeliz por mi culpa y no soportaría ver que él se convierta en alguien como mi padre




𝗘𝘆𝗲 𝘀𝗺𝗶𝗹𝗲 ◡̈ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora