Forty Four ❤

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—Ailén.

Jimin insistía en que estaba bien y que no quería ir al doctor. Pero yo estaba demasiado preocupada, qué tal que ese hombre le dio un mal golpe y después tiene más problemas

—Ya tranquila— susurró rodeandome con sus brazos como si hubiera leído mi mente—Se que estas preocupada. Pero ya enserio, estoy bien.

—No puedo estar tranquila viéndote así

—Sólo fueron unos pequeños golpes—sonrió acariciando mi mejilla.

—Agh, ya vuelvo—dije poniendome de pie.

—¿A dónde vas señorita?—preguntó sujetandome de la mano.

—Iré abajo por un botiquín, si no quieres ir al médico al menos curaré tus heridas.

—Esta bien—chilló lanzándose en la cama.

Bajé a toda prisa para buscar un botiquín. Cuando llegué a la sala vi a la señora Minsuk, ella estaba con su cabeza baja y se escuchaba sus sollozos

—¿Está bien?— pregunté tímida. No sabía si era bueno acercarme.

—¿Cómo está Jimin?— pregunto levantando su cabeza. Me veía como si lo único que quisiera escuchar era mi respuesta a que Jimin si estaba bien.

—Tranquila—sonreí para tranquilizar—Él está bien, sólo fueron algunos golpes—Ella dio un gran suspiro y volvió a bajar su cabeza—¿Y usted como esta?

—Yo no importo

—Claro que importa. Usted es alguien muy importante para Jimin y a él también le preocupa como este

—Me siento tan mal—dijo lanzándose abrazarme mientras lloraba sin control en mi hombro. Yo no hice nada más que corresponder a su abrazo.

—Tranquila—acaricié su espalda de arriba abajo—Todo estará bien

—No. Nada está bien, Jimin jamás me perdonará—lloró más fuerte.

—¿Sabe?—me alejé de ella—En el tiempo que he conocido a Jimin me he dado cuenta que él es un chico con un gran corazón, no le importa cuanto daño le hagas él siempre te perdonará porque su amor es más grande que su orgullo

—Veo que lo amas mucho—sonrió limpiando sus ojos—Me alegra que Jimin tenga a alguien que lo ame a su lado. Así cuando yo me vaya se que estará en buenas manos

—¿Cuándo se vaya? ¿A dónde se irá?— pregunté sorprendida.

—Me iré. No se a donde pero si me iré. No puedo estar más tiempo aquí, lo único que hago es causarle dolor a Jimin y es mejor que me aleje de él

—¿Que?—se escuchó la voz de Jimin resonar por el lugar. La señora Minsuk fijó su vista en él. Ambos hacían contacto visual —Esa es tu manera de afrontar tus problemas. Huyendo

—Estoy cansada. Cansada de sólo causar problemas, por mi culpa tu has sufrido todos estos años, por mi culpa no puedes ser completamente feliz, por mi culpa estás así—lloró viéndolo fijamente—No pude ni cumplir la promesa de tu madre— se dejó caer al sofá. Sus lágrimas no paraban y ahora también Jimin lloraba.

—¿De qué promesa hablas?—preguntó Jimin acercándose a ella—¡Contesta Minsuk!—gritó sin parar de llorar.

—Tu madre sabía que iba a morir—explicó levantando su mirada—El doctor le había dicho que tenía cáncer y que no le quedaba mucho tiempo de vida—sus lágrimas aumentaban a la vez que las de Jimin— También le dijo que tenía que tomar tratamiento pero ella se negó, dijo que no quería pasar sus últimos años en un hospital. Quería pasar tiempo con su pequeño Jimin, antes de morir me pidió que me hiciera cargo de ti, que te cuidara y amara como si fueras mi hijo y yo se lo prometí, pero le fallé—apoyó su cara en sus manos. Jimin se encontraba viéndola fijo sin para de llorar.

—¿Papá sabía esto?

—No. Nadie lo sabía. Ella me hizo prometer que no se lo diría a nadie, ella no quería que se enterarán

—Quiere decir que mi madre sufrió sola con su enfermedad, sufrió sin poder decir que le dolía algo, sufrió sin poder decir que la ayudaramos—Jimin se giró dándole la espalda. Sus lágrimas salían y él alborotaba su cabello con desesperación.

—No te sientas mal. Ella fue muy feliz en sus últimos días, muchas veces me contó que la felicidad que tú le causabas era inmensa y que no se arrepentia de haberte traído al mundo. Lo que más le dolía era dejarte y ya no ver cómo te convertías en un gran bailarín como ella— Minsuk se sentó junto a él—Esta bien si no me perdonas porque te oculté todo esto pero por favor sé feliz, tu madre no le hubiera gustado verte mal

Jimin se lanzó a los brazos de Minsuk y empezó a llorar como un bebé al igual que ella, ambos lloraban sacando todo lo que tenían guardado desde hace años

—Lo siento. No quise causarte tanto daño— dijo Minsuk mientras frotaba la espalda de Jimin.

—No. Perdóname tú por tratarte mal los últimos años, yo estaba enojado contigo por las cosas que hacias, me sentía mal por papá pensaba que lo estabas traicionando al meterte con esos hombres

—Eso es algo de lo que ahora no me siento orgullosa. Ahora que me doy cuenta esas cosas las hacia porque me sentía sola, me sentía vacía

—No estás sola. Me tienes a mi—dijo abrazándola nuevamente.

Me daba tanto gusto verlos así. Al fin estaban arreglando sus problemas, al fin iba a ver a Jimin completamente feliz y eso me hacia feliz a mi también

—Tú también ven aquí—dijo la señora Minsuk extendiendo su mano frente a mi. Me quedé en shock unos minutos pero después la tomé. Ella me jaló hacia ellos y ambos me abrazaron, se sentía tan bien sentirse parte de una familia.


(...)

—Muévete—dije empujando a Jimin hacia adentro de la habitación. Después de la emotiva reconciliación fui por el botiquín aún no se me olvidaba que tenía que curarlo.

—Ailén—renegó—Estoy bien

—No. Así que ya deja de quejarte y siéntate—ordené señalando la cama.

—Agh esta bien—dijo sentándose en el borde de la cama. Me puse de pie entre sus piernas y empecé a limpiar con alcohol sus heridas.

—La próxima asegúrate de no dejarte golpear—dije en tono divertido.

—Que buen consejo— rió apretando mi cintura.

—No te rías que no ves— me burlé.

—Eres nefasta—chilló dejando caer sus manos sobre sus piernas.

—¿Por eso me perseguías?—lo vi alzando una ceja.

—Te perseguía porque no tenía a quien más seguir—dijo serio. Dejé de pasar el algodón por su herida y lo vi con mi ceño fruncido—Es broma—rió volviendo a sujetarme de la cintura—Te perseguía porque me gustabas—sonrió para luego pegarse a mi pecho.

—Cursi—dije burlesca.

—Lo dice la que me llamaba eye smile

—¿Qué?—me hice la indignada—Sólo es porque me gustaba tu sonrisa.

—¿Te gustaba? Entonces, ¿ya no te gusta?— hizo puchero.

—Me encanta— dije dándole un pequeño beso en sus labios.

—A mi me encantas tú—empezó a dar muchos besos por toda mi cara.



𝗘𝘆𝗲 𝘀𝗺𝗶𝗹𝗲 ◡̈ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora