𝗘𝘆𝗲 𝘀𝗺𝗶𝗹𝗲 ◡̈

Forty One ❤

—Jimin.

Llegamos a casa muy rápido. Ya que no había mucho tráfico así que ahora estábamos entrando a casa, con miles de preguntas en mi cabeza las cuales quería hacerle a Minsuk

Entre con Ailén tomados de las mano, no quería alejarme ni un minuto de ella. Minsuk estaba en la cocina, cuando escuchó que la puerta se abrió enseguida se acercó a nosotros

—Hola—saludó con una sonrisa en su rostro. Ailén hizo una reverencia y yo sólo la vi con mi ceño fruncido.

—Tenemos que hablar—dije serio haciendo que Minsuk borrará su sonrisa.

—¿Qué pasa?—preguntó temerosa.

—Yo los dejo—habló Ailén soltando mi mano. Subió a la habitación dejándonos solos.

—Explícame esto—dije poniendo frente a ella la foto.

Minsuk se puso pálida y tomó la foto con sus manos temblorosas. Se veía nerviosa y trataba de contener sus lágrimas

—Habla—grité desesperado.

—Jimin calmate—dijo entre cortado.

—¿Porque sales en esa foto con mi madre?—grité fuerte.

—Cálmate y hablaremos

—No, no quiero calmarme. Quiero que me expliques que haces en esa foto con mi madre.

—Esta bien—gritó llorando.

—Deja de llorar y habla— hablé tomandola de los hombros.

—Ella y yo éramos mejores amigas— susurró.

—No lo puedo creer—reí sarcástico—¿Como pudiste casarte con el esposo de tu mejor amiga?

—¡Escúchame!—gritó —Es una larga historia.

—Déjame adivinar—caminé alrededor de ella conteniendo mi furia—Te casaste con mi padre porque te enamoraste perdidamente de él y "en el amor no se manda"—repeti lo último en tono burlesco—No me salgas con esas estupideces. Lo que hiciste es..—me quedé pensativo. Ni siquiera sabía cómo llamar lo que ella había hecho.

—Se que estas enojado. Pero realmente no todo fue así

—¿Sabes que? Me das pena—escupi sin pensarlo. Estaba demasiado enojado como para medir mis palabras.

—Jimin por favor—habló sin poder contener sus lágrimas—Escúchame—suplicó tomándome del brazo.

—¡No me toques!—grité alejandome de ella—No me toques, ni me hables, ni te me acerqués no quiero nada que tenga que ver contigo—dije pasando a un lado de ella para empezar a subir las escaleras.

Estaba demasiado enojado. No solo era la traición que sentía hacia mi madre, si no también sus mentiras. Todo este tiempo jamás me dijo nada

Minsuk era la mejor amiga de mi madre y ella aún así se casó con mi padre, probablemente ellos ya tenían algo cuando aún mamá vivía y aún así no les importó su sufrimiento

—Jimin—llamo Ailén en cuanto me vio entrar a la habitación—¿Estas bien?— preguntó sin acercarse a mi.

—No—dije sentándome en el borde de la cama— Todo está mal. Minsuk y papá siempre me mintieron ¡Ellos dos engañaron a mi madre!—grité alborotado mi cabello con desesperación.

—Calmate— dijo sentándose junto a mi— Tienes que tranquilizarte—pasó su mano sobre mi hombro y se pegó a mi.

—¿Porque no me dijeron nada? ¿Porque tenían que mentirme?

—Tal vez no querían ser juzgados—tomó mi mejilla— Seguro hay una explicación para todo. Debes entenderlos y ponerte en su lugar

—No puedo—dije secandome algunas lágrimas que corrían por mis mejillas—Perdón—dije viéndola fijamente.

—Perdón, ¿porque?— me vio confundida.

—Por todo esto, tú no tienes porque estar presenciando mis problemas— aparte mi vista de ella.

—¿Sabes? Durante toda mi vida presencié muchas peleas protagonizadas por mis padres o a veces por mi y lo único que pensaba era en que no quería pasar otra vez por eso, pero ahora que estoy contigo sólo quiero que puedas solucionar todo y que ese chico con la Eye Smile más linda vuelva—tomó mis mejillas entre sus manos.

—Gracias. Gracias por estar aquí conmigo— la abracé lo más fuerte que pude—No se que pasaría si no estuvieras aquí.

—El universo se a movido a nuestro favor— dijo y de inmediato recordé la canción que siempre le cantaba. No pude evitar sonreír.

—Just let me love you—cante en su oído.

—Sabes que cuando haces eso mi estómago sufre de una invasión de mariposas—dijo separándose del abrazo.

—Me gusta que te sientas así— reí dejando un sonoro beso en sus labios.

—Park Jimin no puedes hacer eso y dejarme así como si nada—habló en tono indignado haciendo que riera.

—Entonces lo haré bien— dije en un hilo de voz acercándome lentamente a sus labios.

—Te amo—susurró antes de unir nuestros labios en un maravilloso beso.

Cuando al fin decidimos separarnos del beso por falta de aire, me lancé sobre la cama junto a Ailén

Ambos quedamos abrazos mientras ella hundía su cabeza en mi pecho y yo jugaba con su cabello

—¿Qué pasará con Minsuk?— preguntó haciendo que diera una gran suspiro.

—No lo sé

—Jimin ella te adora

—Pero me mintió—dije alejándome de ella.

—Se que está mal que te haya ocultado la verdad pero si no dejas que te explique nunca sabrás porque lo hizo—me vio fijo mientras apoyaba su cuerpo en uno de sus brazos.

—No lo se—rodé mis ojos.

—Jimin— regañó pasando su mano por mi abdomen.

—Eso se llama jugar sucio—hablé tomando su mano— No enciendas el horno si no lo vas usar— dije viéndola. Ella sólo rió al escucharme hablar.

—El horno debe aprender a perdonar—rió mientras se cubría con las sabanas.

—Ailén, sabes que te amo ¿verdad?—la volví a rodear con mis brazos.

—Lo se. Pero no me evadas el tema Park— regañó como si de una madre se tratara.

—Ya, ya. Lo pensaré—dije derrotado—¿Contenta?

—Mucho—dio un pequeño beso en mis labios y se pego más a mi cuerpo—Duerme mañana tienes que ir a la Academia

—Esta bien—besé su frente para dormir.