Quito el exceso de humedad de mi pelo con la ayuda de una toalla, y poco a poco el vaho del espejo desaparece y puedo ver mi rostro. El agua no hace milagros contra ojos rojos. Me pone nerviosa el hecho de tener a Antón esperándome en el salón. Es raro. Pero mentiría si dijese que no me gusta. Pero como siempre que estoy con él, no se como va a acabar la noche, quizá la pase aquí, o quizá se vaya enseguida. Quizá solo quiera hablar. La idea me decepciona, durante la ducha he fantaseado con la posibilidad de poder volver a pasar una noche con él. También existe la posibilidad de que solo quiera tener sexo y después se vaya, al fin y al cabo, en esencia, en eso consiste nuestra relación.
Me pongo el pantalón del pijama y una camiseta de tirantes blanca bastante trasparente, que deja casi plasmados en ella mis pezones, pero eso es un punto a mi favor, además, su presencia no debe alterar mi rutina. Que alegato a mi favor más barato...
Salgo del baño y recorro el pasillo hasta la cocina, pasando por el salón. Está sentado en el sofá, mirándose las manos.
- ¿Puedo fumar aquí? - Dice suficientemente alto como para que le oiga desde aquí.
- Ven.- Digo, no quiero tener que gritar esto.
Oigo crujir el sofá, y sus pasos viniendo hacía mi. Apoya su peso en el marco de la puerta, estoy de espaldas a él metiendo mi ropa sucia en la lavadora, cuando termino, me incorporo y me giro, colocándome frente a él a apenas un metro. De inmediato su mirada se dirige a mi pecho, y siento mucho calor en las mejillas. Él, por su parte intenta disimular una sonrisilla, pero paso por alto ese detalle.
- ¿Te importa fumar en la terraza de la cocina? - Pregunto.
- Pero no lo entiendo, tú fumas, ¿por qué no fumas en tú propia casa?
- Esta casa me la dejaron mis padres y ellos no me dejaban fumar a no ser que fuese en la terraza... Es por respeto, no sé...
Me mira como si fuese un bebé, pero no me dice nada. Y sin decir nada sale a la terraza. Le sigo.
- ¿Tienes un cigarro para mi? - Pregunto.
Se enciende el suyo, y entrecerrando los ojos para evitar que le entre el humo, me tiende uno y me lo enciende.
Y permanecemos callados apoyados en la barandilla, con grandes vistas a mi barrio.
- ¿Qué hacías esperándome en la puerta de mi portal? - Rompo el silencio.
- ¿Pa' que fuiste tú al hotel? - Suelta el humo.
- Quería saber si seguías allí...
- ¿Para?
- ¿Verte? - No entiendo que le sienta mal exactamente.
- ¿ Y de paso quedarte hablando con el Sticky o que? - Guiña un ojo con el ceño fruncido mientras da una calada y me mira.
- Yo solo hablé con él porque vio que estaba preguntando por ti, así que esos humos no se a que coño vienen, tronco.- Tiro prácticamente el cigarro entero.
Y no dice nada, continúa fumando mirando para delante.
- No me gusta que hables con otros tío.
- Pues trabajo en un bar, tengo amigos... Hablo con hombres...
- Hombres que luego te parten la cara. - Dice, tira el cigarro y después escupe.
Un escalofrío recorre mi cuerpo, un escalofrío que duele, y me parte el pecho.
- No puedo creer que me hayas dicho eso... - Consigo decir en un susurro.
Pero ni si quiera me mira. Así que sin decir nada más, me voy, dejándolo sólo.
ESTÁS LEYENDO
Bien Duro (C. Tangana)
FanfictionAntón ha puesto patas arriba mi mundo, yo ya no soy la misma, y probablemente jamás vuelva a serlo. ''Si lloraste por mí no merezco la pena...''.