26.

631 37 9
                                    

Aunque Antón insiste en que tomemos una copa después de cenar, ni Sticky ni yo tenemos fuerzas después del largo viaje que hemos hecho hoy, además, tenemos a cargo de nosotros una adolescente que mañana tiene clase, que encima es su hermana. Es descorazonador ver lo poco implicado que está en temas de su propia familia, que incluso le importa una mierda que su hermana pequeña tenga que estar pronto en casa o no. Así que a pesar de su insistencia conseguimos hacerle ver que a ninguno le apetece y partimos de regreso a su casa.

Una vez aparcado el coche en la puerta de la casa Antón habla, con la voz suficientemente alta como para que en la parte de atras también le escuchemos.

- Ya podéis entrar en casa. - Dice de la nada.

- ¿Tú no vas a entrar? - Pregunta Claudia agarrando el reposacabezas del conductor para hablarle más directamente.

- Cállate, Claudia. - Se limita a responderla y me hierve la sangre.

- No la hables así, tiene razón, ¿tú por qué coño no vas a entrar? - Inquiero.

- Yo si quiero beberme una copa, os he traído hasta aquí, ahora dejadme hacer lo que me de la gana. - Dice en tono defensivo.

No entiendo a que viene este humor ahora, durante toda la cena ha estado calmado, haciendo bromas y siendo divertido, pero ahora vuelve a sacar las garras. Algo me dice que es su casa lo que le pone a la defensiva, pero no logro encontrarle el sentido al porqué.

- Venga pucho, estamos tos cansaos, mañana salimos y nos pegamos una buena tio. - Se une Sticky.

- Callaos todos la puta boca y salir del puto coche.- Dice en tono amenazante.

- Colega, tú eres subnormal. - Responde Sticky pero obedece.

Claudia y yo hacemos lo mismo.

Una vez estamos fuera los 3, se pone en marcha y se aleja por el camino por el que ha venido para dejarnos aquí.

- Lo peor es que va a conducir borracho.- Comento.

- Y drogado...- Añade Claudia.

Me parte el corazón que tenga tan asumidas las adicciones de su hermano. Es tan pequeña... Nadie se merece sentir tanto desprecio de un hermano.

- ¿Vamos?- La animo a entrar a su casa.

Ella asiente y gracias a Dios tiene un llavero con copias de las llaves para poder entrar.

Una vez dentro me indica cual es el cuarto de invitados, el contiguo al de Antón por cierto, y dónde está el suyo, por si acaso necesito algo.

- Muchas gracias, Claudia, eres un sol. - Digo entre susurros para no despertar a sus padres.

- Ojalá no seas la novia de mi hermano...- Me responde.

Pillándome por sorpresa.

- ¿Por qué dices eso? - Pregunto.

- Tú eres demasiado buena para él. - Dice con gesto triste.

Y una vez más me parte el corazón.

Finalmente nos despedimos y entro a la habitación que sé que con tanto cariño han preparado para mi, sin apenas conocerme y solo por que soy amiga de Antón. Siendo un hogar tan cariñoso, tan comprensivo y cálido, no consigo entender los motivos por los que él sea así con ellos. No entiendo tanto odio, inclusive con su hermana. Ella nacería aproximadamente cuando él tendría unos 13 años, lo que me hace pensar que quizá por entonces ya sería conflictivo y a Claudia siempre la ha visto como una molestia. Pobre niña... No sentirá pena por las largas temporadas que pasa sin ver a su hermano, aunque quizá si. Antón o pucho, como ellos le llaman y como yo debería llamarle mientras esté aquí para evitar confusiones, es una persona muy querida por los suyos, pero desprecia ese amor, y no lo puedo comprender. No sabe lo que yo daría por un último abrazo de mi padre o una última caricia de mi madre...

Bien Duro (C. Tangana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora