24.

689 40 4
                                    

Me siento lo más lejos posible de él sin que se note que no quiero proximidad. Pero como no, se da cuenta.

- No te voy a comer, Eva. - Dice con una sonrisa en los labios que no me inspira ninguna confianza.

- Lo sé. - Digo tajante y dejando claro que no me voy a acercar más.

Suspira y levanta las cejas dejándome por imposible, sabe que tal cual está la situación va a tener que jugar mejor sus cartas si quiere que esto mejore.

- ¿Qué te contó Berta exactamente? - Pregunta, y aun que lo ha intentado disfrazar muy bien de indiferencia, aún así soy capaz de leer la ansiedad y el miedo en sus palabras, teme que sepa la verdad.

- Todo. - He decidido apretar un poco más la situación, quizá hasta que me estalle en la cara, pero quiero ver hasta donde llega su paciencia.

- Joder, Eva, ¿qué es todo? - Pregunta sabiendo controlar su genio, y me sorprende, no suele hacerlo.

- Lo tuyo, lo vuestro, lo de la chica que se suicidó... - Digo, y mi tono de voz es como el de una niña de seis años que está confesando una travesura.

- Te habló de Angélica... - Dice, y al mirarle sus ojos me están mirando pero no me ven, y me parte el corazón.

- Pero yo quiero que me cuentes tú tu versión de eso, merezco saberlo y también tenemos que aclarar que hay entre nosotros, Antón, necesito paz y no más inseguridad. - Confieso.

- Me puedo imaginar lo que te pudo contar, pero Eva, quiero que sepas que yo no soy ningún monstruo y que si alguna vez he hecho daño a alguien nunca ha sido mi intención.

- A mí me has hecho mucho daño, y me cuesta creer que no supieses que lo estabas haciendo. - Digo sacando garra de donde ya pensaba que no tenía.

- Lo nuestro es a parte. - Dice rebajando la importancia de la situación.

- ¿Por qué? - Pregunto incrédula.

Siento que está evadiendo lo evidente y con eso solo está consiguiendo hacerme más daño, nunca puedo llegar al fondo de este asunto con él, pero necesito hacerlo, por mi.

- Yo sé que a Berta la he hecho daño, que la he engañao y que ha estao mal, y to eso lo he hablao ya con ella. Eso se acabó.

Hace una pausa, como pensando en algo.

- Y lo de Angélica ya no lo puedo cambiar, pero si es algo que me hizo cambiar a mi... - Y su tono de voz me hiere y me confunde.

- Has hecho lo mismo conmigo. - Digo, y en mi tono de voz está implícito el hecho de que no entiendo la hipocresía de su comentario.

- Ya te he dicho Eva, que lo nuestro es a parte. - Dice clavando directamente sus ojos en los míos.

Y nunca una frase y una mirada había  expresado tanto. ¿Amor? No, no lo creo. Pero la parte más ilusa e ingenua de mi quiere hacer por creer que sí, pero necesito más, mucho más, una mirada y una suposición no compensa el daño, el abandono y las noches y días vacíos con dudas y comeduras de cabeza.

- Antón... - Comienzo,  pero me frena.

Alarga el brazo para alcanzar mi mano y apretarla, acto seguido se acerca un poco.

- También siento el daño que te pude hacer a ti, yo no sé controlar mis sentimientos Eva, no se gestionarlos y odio tenerlos, te lo dije, para mí son una mierda, pero tampoco estaba en mis planes que aparecieses tú... No supe como llevarlo, y a veces tenía miedo de que desaparecieses... - Dice y me encuentro teniendo muchas ganas de que sea verdad.

Bien Duro (C. Tangana)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora