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—Gracias —Dijo Christopher apenas acabó la película.

—¿Porque? —Preguntó el moreno con el ceño fruncido.

—Porque desde que te conozco soy una mejor persona, y sé que es gracias a ti —Respondió el ojimiel acomodando sus lentes.

Richard sólo sonrió y acercó su rostro al del castaño para unir sus labios.

—Gracias a ti por dejarme —Volvió a besarlo lentamente pero poco a poco los besos subieron su intensidad y de un momento a otro la ropa y todo a su entorno desapareció, sólo estaban ellos junto con el cariño que sentían mutuamente, disfrutando del placer que se brindaban uno a otro.

[...]

El castaño abrió los ojos y lo primero que pudo notar fue que se encontraba recostado en el pecho de Richard también notó que el moreno lo observaba.

—Buenos días —Saludó el moreno sonriendo.

—Buenos días.

—¿Como amaneciste?

—Me duele todo, pero genial —Volvió a sonreír. —¿Y tú?

—Estupendo —Respondió el moreno —¡Mierda!

—¿Que?

—¿Que hora es? —Pregunto buscando su ropa.

—Ahm son las 07:25 —Respondió el menor mirando el reloj.

—No, no, no... —Balbuceó vistiéndose rápidamente.

—Richard no entiendo...

—Tengo que trabajar.

—Pero si trabajas aquí —Dijo el castaño bastante confundido.

—Si, y dejaría de hacerlo si vieran que pase la noche aquí —Respondió sin mirarlo mientras terminaba de vestirse.

El castaño no dijo nada, sólo bajó la cabeza sintiendo un nudo en la garganta.

Estaba dolido, se sentía como un idiota.

Apenas Richard salió de la habitación liberó las lágrimas que contuvo.

Y tan sólo unos minutos después oyó que tocaban la puerta.

—A-Adelante —Pronunció limpiando sus lágrimas rápidamente.

Pudo ver que Larissa arrimaba la cabeza.

—Joven buenos días, lamento molestarlo, sólo quería saber si ira a la universidad. —Dijo la morena sonriendo.

—No... No voy a ir.

Larissa sólo asintió y volvió a cerrar la puerta.

Segundos después volvieron a tocar.

—¿Hoy es el día de las visitas o que? —Pregunto con irritación.

Pudo oír la risita del moreno a través de la puerta para luego verlo abrirla y pasar con una bandeja en sus manos.

—Te traje el desayuno... —Anunció dejándolo en la cama frente al ojimiel.

Frunció el ceño al ver que sus ojos tenían un leve color rojizo y la pestañas mojadas mientras sorbía su nariz.

—¿Sucede algo? —Pregunto acercándose.

Christopher sólo negó con la cabeza gacha.

—¿Te hice daño? —Volvió a preguntar.

Departe del castaño sólo recibió silencio.

—¿Bebé? —Lo llamó mientras lo cogía del mentón para levantar su cabeza. —¿Porque lloras?

—No es nada... —Respondió sorbiendo su nariz.

—Bebé... Si te hice sentir mal hace un rato, lo siento tanto... Solo no quería que tu padre te volviera a tratar mal, ni que hablen de ti. Si hubiese sido por mi me quedaba contigo todo el día, pero se que todo te afectaría más a ti. —Dijo el moreno mientras acariciaba su mejilla.

—¿Acaso no te haz dado cuenta que cuando estoy contigo me vale mierda lo que digan los demás? Las personas hablan de mi constantemente, y todo por la familia que tengo. Eres lo único real en mi vida, el resto sólo esta ahí por dinero. —Volvió a bajar la cabeza con miles de lágrimas rodando por sus mejillas. —Te quiero Richard, y me asusta porque nunca quise a nadie así.

—También te quiero bebé... —Sonrió para luego unir sus labios.

Se sentía bien ser correspondido, volvía a sentirlo después de tanto tiempo.

Anorexia ||OreoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora