19

1K 90 2
                                    

Yenny observaba a su hijo dormir a través del cristal que los separaba en silencio y detenidamente captando cada detalle.

Es hermoso, y con orgullo podía decir que salió de ella.

«Lo de Richard es comprensible ahora. »Pensó.

Era lógico que lo que sentía por Richard era algo más que simple cariño o algo temporal, podía notarlo de lejos incluso más de lo que sintió por James.

No necesitaba el "Sexto sentido de madre" para darse cuenta que su hijo se estaba enamorando, si es que ya no lo estaba.

Estaba contenta porque sabia que el amor es algo que su hijo debía experimentar tarde o temprano. ¿Y quien mejor que Richard? Un chico guapo, carismático, talentoso, caballeroso y atento.

Nunca le molestó que a su hijo le gustaran los chicos, es más lo notó desde que el era pequeño.

Tenía entendido (Por parte de Erick) que habían estado peleando bastante, suponía que ese era el porqué de que el moreno ni se acercara al hospital.

Llamó algunas veces preguntando pero no los visitó, incluso dijo que iría a alcanzarlos esa noche, pero no llegó. Supusieron que fue al hospital en el que anteriormente internaron a Chris pero no fueron ahí porque quedaba bastante lejos y no llegarían con Christopher en ese estado.

Entendía que su hijo necesitaba sentir lo que era la falta pues, siempre tuvo todo lo que quiso, cuando lo quiso.

—¿Doctor mi hijo esta bien? —Lo detuvo mientras este pasaba por el pasillo.

—¿Podría decirme quien es su hijo? —Pregunto mirando la plantilla de pacientes.

—Christopher Vélez.

—Mmh... No precisamente, su peso esta bastante abajo de su peso ideal, eso está haciendo que ciertas cosas comiencen a actuar una manera poco regular —Explico el doctor que por su bata podía leerse "Dr. Thompson". —Tengo que irme disculpen, tengo una cirugía programada dentro de 5 minutos.

—Claro —Asintió Erick agarrando la mano de Yenny. —Lo siento...

—También lo siento... Y mucho. —Dijo la pelinegra sollozando. —Pero ambos sabemos que sólo una persona puede ayudarlo ahora, porque los dos ya lo intentamos.

—Richard... —Murmuró el menor suspirando.

—¿Que sabes de el? —Preguntó Yenny pues era Domingo y el moreno no trabaja ese día.

—Que está loco por venir a verlo, pero también ama a su orgullo y a su dignidad —Respondió el ojiverde concentrado en la pantalla de su teléfono. —Sinceramente yo creo que Chris necesita extrañarlo para poder tomarlo enserio.

—Tienes razón, siempre le dimos todo lo que quiso con sólo tronar los dedos sin saber el daño que le hacíamos. —Suspiró la mujer.

—Si, pero estoy feliz por el y agradecido con Richard, pareciera que nos devolvió al Chris de antes —Argumentó el cubano.

—Si también lo estoy, el es el único que lo hace feliz con todo esto de su padre, la universidad y su abuela...

—Mhm, ¿y que pasó con el? —Cuestionó Erick después de darle la razón.

—¿Con quién?

—Su padre, el señor Vélez.

—Ahh, pues pasa más tiempo en la calle que en la casa, se que ya no le interesamos y que probablemente tiene a alguien más... pero no se divorcia por el que dirán. —Volvió a suspirar.

—Lo siento tanto Yenny, de verdad no te lo mereces. —Dijo el ojiverde acercándose a la mujer para abrazarla.

—Gracias cariño, se que no me lo merezco pero es lo que yo escogí...

Anorexia ||OreoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora