La mansión Vélez se encontraba repleta de personas "De la alta sociedad".
Mujeres con vestidos largos y ceñidos al cuerpo, y hombres con los trajes más caros.
Y a Christopher Vélez se lo notaba agobiado.
Richard lo observaba desde lejos mientras el ojimiel charlaba con algunos socios y amigos de su padre.
Pero había una mujer, que le molestó bastante.
De aproximadamente 25 o 26, alta de largos cabellos castaños con un vestido al cuerpo rojo, esa mujer no le quitaba la vista de encima a Christopher, y de vez en cuando, su mano bajaba a su cintura o paseaba por el largo de sus hombros y espalda; —Definitivamente eso no le agradaba.
El agasajado se acerco a el con un semblante serio y una copa de vodka en una mano.
—¿Esta todo bien? —Le preguntó frunciendo el ceño ante tal comportamiento.
Normalmente, en presencia de su padre, solía ser un poco más amable y agradable de lo que acostumbraba.
—No, sabes que no quería esto... —Respondió el castaño bajando la cabeza.
—Lo sé, pero ya son las once... Aguanta solo un poco más. —Dijo mirando su reloj y el menor sólo suspiró en respuesta.
—Disculpen, Christopher tu madre te esta buscando. —Interrumpió aquella mujer cuyo nombre era desconocido por el moreno pero, que aún así, le caía mal.
—Si ya voy, gracias...
—Te acompaño. —Dijo agarrándolo de la mano.
El castaño observó a Richard y su miraba expresaba confusión.
[...]
Richard iba camino al patio trasero para corroborar que todo estuviese bien con Christopher pues no lo había visto desde hacía ya un rato.
—Yo te puedo hacer muy feliz...
—Tengo mucho dinero podríamos disfrutarlo juntos.
Oyó la voz de aquella mujer que tanto le estaba molestando.
—Ahm yo... —Murmuró Christopher pero antes de que pudiera continuar la fémina junto sus labios con desesperación.
La mujer estaba de espaldas y Christopher estaba frente a ella besándola.
—Yamile yo.. Richard...—Intento hablar al separarse pero se interrumpió a si mismo.
—¿Richard? ¿Quien carajos es Richard? —Preguntó la chica cuyo nombre al parecer era Yamile.
Christopher lo observaba fijamente ignorando a la tal Yamile haciendo que esta también se voltee.
—Ahh el chofer... —Dijo la mujer.
—No soy el chofer, soy el guardaespaldas del joven Vélez. —Aclaró Richard ocultando el dolor y la decepción que sentía.
—¿No es lo mismo acaso? —Preguntó ella y el castaño sólo guardaba silencio observando a Richard.
—Por desgracia no.
—Richard ¿Podemos hablar? —Interrumpió Christopher y Richard sólo negó con la cabeza.
—Yo sólo venía a ver si todo esta bien y por lo que veo, esta todo muy bien, entonces me retiro, con su permiso. —Dijo el moreno dándose la vuelta y yéndose.
—Que chofer más maleducado ¿no?. —Preguntó la castaña apenas Richard se fue.
—No es mi chofer.
—Ay guardaespaldas o como sea...
—No sólo es mi guardaespaldas, es mi amigo, y por si no lo notaste, también es un ser humano como tú —Dijo por último para luego ir en busca del moreno.