Yuanfen ☁ Ayato Kirishima

☁ Ten ☁

[Noche]

Tn estaba barriendo el suelo de la cafetería mientras Touka ordenaba algunas cosas tras la barra, Nishio estaba allí también, bebiendo un café. La noche había caído ya. De pronto, la puerta se abrió; ambas giraron, para mirar a quién entraba.

– Bienve- –calló, sorprendida.

Tn iba a darle la bienvenida al cliente también, pero en cuanto la mayor calló, ella la miró con curiosidad.

– Bon soir –saludó aquel, en francés.– ¿Kirishima?

– To...Touka... –murmuró.

– Tsukiyama –sonrió.– Así que sigues vivo todavía.

– Jaja...Una cafetería, eh...Va bien contigo...

– La voluntad de Yoshimura, un segundo Anteiku...

– ¿Eso es lo que es esto? –preguntó.– Supongo que ya sabes lo de Kaneki, ¿Cierto...? ¿Qué estás haciendo aquí todavía?

– ... –miró a la menor.– Tn, está bien. Terminamos por hoy.

– Ah...E-Entendido.

– Oh... –sonrió.– ¿Tú no eres la novia del otro Kirishima? –miró de nuevo a la mayor.– Así que tu cuñadita te ayuda.

– Tch. Eso no es asunto tuyo –miró a la contraria.– Ignóralo.

– ...Uhm. Ok –asintió.– Entonces...volveré a casa ahora.

– Hazlo. Debes tener mucho que estudiar.

– Sí, realmente sí –rió.

– Ve –sonrió.

Tn asintió y fue atrás por sus cosas, para luego llamar a su novio para que pasara a recogerla. Cuando el rubio llegó, ella se despidió de Touka, Yomo, Nishio y el misterioso "cliente" (Tsukiyama); salió del café y subió al vehículo.

– ¿Por qué sales temprano hoy? –preguntó curioso, mientras comenzaba a conducir.

– Ahm. No lo sé. Llegó alguien y...Touka me dijo que podía irme, que seguro tenía mucho que estudiar.

– ¿Alguien?

– Sí. Parece que era un conocido de ellos, y...de algún modo me conocía.

– ¿Te conocía?

– Algo así. Me reconoció como...la-la novia de...Ayato...

– ...Ya veo.

– Lo siento –se disculpó, encogiéndose de hombros y bajando la mirada.

– ¿Por qué te disculpas? No hiciste nada malo.

– ¿Ah? –lo miró.

Hajime rió y la miró, sonriendo, luego volvió la vista al frente y estacionó.

– Bueno, ya que saliste antes –la miró.–, aprovecha el tiempo para estudiar. Tu examen de ingreso será dentro de poco, ¿No?

– Sí. Y debo tener una buena nota porque es una universidad privada.

– La tendrás, yo confío en ti –besó su frente.– Ve.

– Sí. Y...lamento hacerte salir del trabajo, debí tomar un taxi.

– Está bien, no es problema.

– Te veo en una horas –sonrió mientras bajaba.

– ¡Oh! Kitten –llamó. Ella lo miró.– Estamos con un caso importante, así que tal vez llegue un poco más tarde.